Me recuerdo de niña pequeña sentada en el piso de mi casa en la recámara de mis padres, -junto a mi madre cosiendo en su máquina “Singer” la ropa que ella misma diseñaba y confeccionaba para sí misma-, aplanando plastilina, colocando muros, proyectando espacios, elaborando muebles, autos, personas, para construir un mundo en el que todos convivían. Diseñar de manera empírica estos espacios y luego habitarlos en mi fantasía, me permitió crear soluciones en mi propio laboratorio de juegos y tomar decisiones en las que había nada que perder y todo que ganar para mi desarrollo. No sabía entonces que jugar con plastilina, pintar con acuarelas, rayar con carboncillo, modelar con lodo y hacer figuras con aserrín, eran aliados que me permitirían resolver en el futuro infinidad de problemas, salir adelante de conflictos y salvaguardar mis emociones.
A mis quehaceres infantiles se sumó tempranamente la escritura, mi primer diario lo inicié a los cuatro años de edad, cuando me di cuenta de que me gustaría decir en mis propias palabras mis vivencias, de la misma forma que hacían los personajes de los libros que leía ávidamente. “Mujercitas”, de Louisa May Alcott, “Corazón” de Edmundo De Amicis, Los Tres Mosqueteros, de Alejandro Dumas, así como “La Biblia en Cuadros Para Niños”, editada por Selecciones del Readers´Digest, -la cual contenía imágenes que mis ojos mandaron a la memoria y mi corazón atesora con cariño-, fueron compañeros y testigos de mis juegos y de mis primeras ideas creativas.
Con una fantasía alimentada por el juego, la pintura, el modelado, la lectura y la escritura, decidí construir mis propios personajes y me puse a hacer con mis manos mis primeros títeres. A los ocho años mi papá me regaló un maravilloso armazón en el que él mismo colocó un escenario con un hermoso telón rojo, en el que daría mis primeras funciones de teatro guiñol a mis vecinos.
A la par de estas actividades mi madre decidió hacerme incursionar en el ballet, la danza folclórica y el piano. Aprender a tocar este increíble instrumento me acercó a las matemáticas, ya que aprendí solfeo de una forma disciplinada y rigurosa, que me ayudó a comprender a los clásicos y a sentirlos vibrar en mi propia piel. Del baile…mejor ni hablamos porque entendí muy pronto que no era para mí, aún cuando moverme y bailar libremente era necesario en mi quehacer y lo disfrutaba apasionadamente.
Estoy describiendo a través de hablar de mí misma, a una niña que en su tiempo hubiera sido diagnosticada con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Hace años los padres tenían la opción de sentar a los niños frente a la televisión, de la misma forma que ahora tienen la posibilidad de regalar a sus hijos una Tablet o un celular. En ese sentido los tiempos no han cambiado, siguen siendo tan retadores como lo han sido siempre.
La vida requiere que seamos cada día más, seres creativos dispuestos a experimentar y a probar opciones nuevas y a veces intimidantes, sorprendentes e incluso amenazantes. Ser seres creativos nos distingue del resto de las especies y nos permite transformar el entorno tanto para bien como para mal, de acuerdo a lo que nos corresponda vivir, sin embargo, hacerlo bien, en beneficio de los demás y del medio ambiente, es algo que requiere educación, intención, propósito, voluntad y decisión.
Inicié mi propio desarrollo aun sin tener un rumbo claro, siendo primero Artista Visual, para poco a poco convertirme a partir del estudio y la dedicación en Arquitecta, Maestra en Administración de Instituciones Educativas, Maestra en Psicoterapia Familiar y de Pareja, Especialista y Consultora en Terapia de Artes Expresivas y en Terapia de Reprocesamiento del Trauma y con el tiempo asumí el reto de ser creativa en la resolución de mi propia vida conjuntando lo que he aprendido y lo que he experimentado, haciendo especial énfasis en potenciar la importancia del desarrollo creativo a través del arte, en propuestas educativas y terapéuticas que permitan a las personas alcanzar un mejor desarrollo y concretar sus objetivos de vida, resolver sus duelos, pérdidas, conflictos y problemas y vivir una vida plena y mucho más feliz.
Durante la mayor parte de mi vida he sido maestra y he conducido procesos de aprendizaje y de desarrollo humano. Como maestra he incursionado en las ciencias naturales, la educación, la administración, las humanidades y las artes. Facilitar el aprendizaje y la aplicación de lo aprendido en la vida cotidiana, ha sido parte de la misión de vida que me ha llevado a la investigación y a la creación de propuestas pedagógicas.
A la fecha he diseñado curricularmente opciones educativas que involucran el arte, la psicología, la psicoterapia y la educación, creando seis propuestas distintas que se imparten tanto de manera presencial como en línea y de las cuales he contado con más de cuatrocientos alumnos de México, Latinoamérica, Europa y Asia. A la par de incursionar en la educación, inicié un camino sensiblemente humano a través de “EmociónARTE Consultorio- Taller”, en donde la psicoterapia es ofrecida a todas las edades y géneros, poniendo a disposición de las personas alternativas creativas en un ambiente seguro, colorido y lleno de calor humano. Las redes sociales y mi página de internet me han ayudado a publicar, difundir, comunicar e intercambiar mi quehacer con personas en muchas latitudes del mundo, de lo cual me siento muy orgullosa y muy feliz.
En la experiencia empresarial encuentro que el auto cuidado es prioritario para conservar los pies en la Tierra y nunca perder de vista la misión y visión, conservando la energía y el entusiasmo por seguir. En ese sentido, practico la meditación activa haciendo arte, escribo mucho y administro mi tiempo disponiendo para compartir con mi familia y amigos. Como forma de autoconocimiento y desarrollo artístico me identifico profundamente con la creación de Mandalas, -figuras circulares estudiadas por el Dr. Carl Jung-, en las cuales encuentro la posibilidad de viajar y transportarme a lugares en mi interior que de otra forma nunca hubiera conocido.
En la psicoterapia y en el desarrollo humano no creo que exista la competencia, ya que cada ser humano debe poder contar con alternativas distintas y si para crecer hay que transitar por caminos diferentes, es importante recordar que el objetivo siempre debe ser crecer, el parámetro de referencia: uno mismo. Creo que al igual que en la vida personal, las relaciones y la creación de redes y trabajo colaborativo son fundamentales, los seres humanos nos desarrollamos mejor contando a nuestro derredor con personas que nos ayuden a reconocer nuestras fortalezas y nos recuerden las debilidades. La planeación es siempre indispensable cuando se quiere llegar lejos o cuando se pretende ser acompañado.
Tener una meta clara brinda seguridad y confianza a uno mismo y a los demás.
La meta y visión que comparto y vivo día a día con quienes depositan su confianza en los servicios que ofrezco es la de
“Vivir feliz, vivir sin trauma”
Aurora Luna Walss
Psicoterapeuta
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