La Copa Mundial Rusia 2018 ha sido un evento lleno de sorpresas, incluso antes de comenzar, cuando quedaron fuera de la justa equipos como Italia, Holanda y Chile. Era difícil imaginarlo sin ellos, pero, lo que vendría, era mucho más complicado de presentir.
Llegó el 14 de junio, la espera terminaba, 4 años soñando con ese momento, el local daba el banderazo inicial al ganarle 5-0 a Arabia Saudita y, no es que fuera una sorpresa, sin embargo, nadie se imaginaría que la victoria fuera tan contundente. Era sólo el principio…
Uruguay sorprendía no sólo por su buen fútbol, sino por sus victorias, Alemania perdía con México y Korea, quedando fuera el campeón, Brasil comenzaba con un empate ante Suiza, Argentina con Islandia, España y Portugal pasan de panzazo la fase de grupos, Colombia y Japón dan la sorpresa y, México… bueno, imaginaron cosas chingonas.
Hubo 2 equipos que sobresalieron desde su primer partido, Bélgica que venía de ser el equipo joven en Brasil 2014, sus jugadores tuvieron 4 años para consolidarse y así lo hicieron, al mando de Eden Hazard, dieron cátedra de fútbol, fue el equipo mejor conformado y más sólido.
RUSIA 2018: EL NUEVO CAMPEONATO MUNDIAL
El otro, se esperaba que fuera la revelación del mundial y, vaya que lo fue, liderados por Antoine Griezmann y el joven Kylian Mbappé, de 19 años de edad que milita en el PSG, quien llevaba la responsabilidad de portar la camiseta #10, que para los franceses no es poca cosa, la historia nos remonta a jugadores como Zinedine Zidane y Michel Platini, señores instituciones en la historia mundial. Francia nos demostró que venía por grandes cosas en este mundial desde el inicio.
Los franceses quedaron como líderes del Grupo C, ganándole a Australia y Perú, empatando con Dinamarca sin goles, de hecho, el único partido de la justa que quedo en ceros.
Francia se mostró un equipo fuerte, con buen fútbol, individualidades jóvenes y muy interesantes como Raphael Varane, Samuel Umtiti, Lucas Hernández, Paul Pogba, Steven Nzonzi, Antoine Griezmann, Kylian Mbappe, Djibril Sidibe, Ousmane Dembele, Nabil Fekir, Presnel Kimpembe, Blaise Matuidi, Ngolo Kante, Adil Rami, arropados por los veteranos Hugo Lloris y Olivier Giroud, todos dirigidos por Didier Deschamps. La actual cara del futbol francés.
UN POCO DE HISTORIA
Francia ha participado en 15 mundiales, logrando ser campeón dos veces: en 1998 como equipo local y, ahora en Rusia 2018, también fue subcampeón en Alemania 2006 al perder la final frente a Italia.
Francia y Argentina son las únicas selecciones del mundo que han ganado la Copa Mundial, los Juegos Olímpicos, la Copa Confederaciones, la Copa Intercontinental de Selecciones y su respectiva copa regional, Eurocopa y Copa América, respectivamente.
Hablar de Francia y sus jugadores es recordar al portero Fabien Barthez, los defensas Lilian Thuram y Laurent Blanc, los mediocampistas Didier Deschamps, Michel Platini, Zinedine Zidane y Franck Ribéry y los delanteros Raymond Kopa, Just Fontaine, Jean-Pierre Papin, Éric Cantona, Thierry Henry y David Trezeguet.
NÚMEROS DEL CAMPEÓN
La selección gala, igual que hace 20 años que fue campeón, tuvo el mismo rendimiento, alrededor del 90.4%, mismos números: 7 juegos, 6 ganados y un empate, tuvo menos posesión de balón que sus rivales, le anotaron más goles que a otros campeones anteriores, sin embargo, fueron efectivos al ataque.
Es la cuarta selección más joven del mundo que logra un campeonato con un promedio de 26.1 años. La más joven fue Brasil 1970 con una media de 25.7 años.
Fueron el equipo con mayor efectividad goleadora con un tanto cada 5.9 tiros, sólo superados por el equipo local que anotó un gol cada 4.2 intentos. Por otro lado, ningún campeón había promediado tan pocos tiros a gol, con una media de 11.7 intentos y, al mismo tiempo, el segundo que recibió menos tiros a gol, 9 por juego, detrás de España en el 2010.
Francia ha sido de los últimos cuatro campeones que menos tuvo posesión del balón, con un 47.9%, de hecho sólo en 3 partidos superó a sus rivales, ante Australia con el 51%, Dinamarca con el 62% y ante Uruguay con el 58%. Los otros 3 fueron Italia en el 2006, 51.9%; España en el 2010 con 58.3% y Alemania en 2014 con 56.7%.
Fueron el ganador de un mundial con más goles recibidos desde Italia en 1982. A Hugo Lloris le marcaron un gol cada 10 tiros y, si esto no fuera suficiente, la cosa empeora cuando recordamos que le llegaron un promedio de 9 tiros a gol por partido, lo que la hace la peor cifra de un campeón en 36 años.
Acertaron un total de 2,493 pases de 3,058 intentados, logrando un promedio de 81.5%. Recibieron 103 faltas, cometieron 92, les mostraron 12 tarjetas amarillas y ninguna roja.
De los 14 goles que anotaron, un promedio de 20.9%, un gol cada 45 minutos, 6 fueron con el pie izquierdo, 4 con el pie derecho, 2 de cabeza y 2 más de otra forma, 3 penaltis, ninguno fallado, 10 goles dentro del área, 4 de fuera de ella, ninguno a balón parado.
ALLEZ LES BLEUS!!!
Luego de una casi perfecta etapa de grupos, un emocionante partido ante Argentina donde sufrieron para pasar a cuartos, una difícil aduana ante Uruguay y una final adelantada en semifinales ante Bélgica, llega la gran final ante Croacia, donde eran los favoritos por tradición e historia, sin embargo, muchos corazones estaban por el gran esfuerzo y desempeño que los croatas habían mostrado durante sus presentaciones en este mundial, especialmente ante Inglaterra y Rusia.
Domingo 15 de julio, 18:00 horas, tiempo local de Moscú (10 de la mañana de México), Estadio Olímpico Luzhiniki (antes Central Lenin, recientemente remodelado, de hecho sólo queda original su fachada, se invirtieron alrededor de 300 millones de euros), todo listo para la final entre Francia y Croacia.
Francia se quedó con los goles, Croacia con el resto, incluyendo el corazón del mundo. Los franceses tuvieron 8 tiros a gol, 4 terminaron en la red, mientras que los croatas tuvieron 15, 2 fueron anotaciones.
Más números: los campeones tuvieron 2 tiros de esquina, 39% de posesión del balón, 271 pases de los cuales 202 fueron completos, el 75% de efectividad, recuperaron 45 balones, recibieron 2 tarjetas amarillas y cometieron 14 faltas.
Mientras que los subcampeones tuvieron 6 tiros a gol, 83% de posesión de balón, 547 pases de los cuales completaron 456, logrando el 83% de efectividad, recuperaron 45 balones, recibieron una tarjeta amarilla y cometieron 13 faltas.
Una de las actuaciones más controversiales del partido fue la del árbitro argentino Néstor Pitana, que no marcó una falta dudosa en la jugada del primer gol francés, auto gol por cierto y, la segunda, al revisar el VAR para determinar la mano de Perisic para el segundo tanto. Y aunque, no influye literalmente en el marcador final, sí lo marca en lo anímico.
Pese a todo lo que puedan marcar los números fríos, hay una cosa que no se debe olvidar, los jóvenes franceses mostraron un gran nivel desde el día uno, se impusieron ante una Argentina que despertó pero no le alcanzó, un Uruguay que no sabían por dónde ganarle, ellos lo hicieron, ante el mejor equipo del mundial, Bélgica y, finalmente, con todos los números en contra lograron ganarle el título a una Croacia que se entregó con todo el corazón y fútbol que tenía.
Méritos para ser campeones le sobran a Francia, ya que al mando de Deschamps, que fue un gran jugador y ahora un gran técnico, no sólo fueron la revelación del mundial, sino la consolidación al lograr lo que pocos esperaban, su segundo campeonato mundial, exactamente 20 años después de levantar su primera copa en casa.
PD: ¿QUÉ PASA CON LA COPA CUANDO TERMINAN LAS CELEBRACIONES?
Una vez que los fuegos artificiales cubren el cielo, los gritos de campeones, las celebraciones alrededor del mundo, fiestas, pasando de mano en mano, se tomará fotos con todo el que se pueda acercar a ella y después… ¿qué pasa con la copa?
La copa fue ideada en 1971 por el orfebre y escultor italiano Silvio Gazzaniga, está confeccionada de forma totalmente artesanal, excepto por el registro del nombre de los países campeones.
Después de unas semanas, sin divulgar la fecha por seguridad, Francia deberá entregar la copa al pueblo de Paderno Dugnano en Milán al norte de Italia, el trofeo vuelve a casa, donde esperará tranquilamente otros 4 años al próximo campeón
Por Liliana González Lobo