¿Artistas en la organización?

Una de las nuevas apuestas en los modelos de aprendizaje y formación.

No creo que iniciar un año sea obligatoriamente razón para modificar, cambiar estrategias, o en definitiva reinventarse; sin embargo si considero que es buen momento para revisar las tendencias y adoptar o introducir aquellos cambios pequeños o grandes que podrán significar avances en nuestro día día. El tema de formación continua que hemos compartido cada bimestre tiene siempre matices distintos, así como posturas, propuestas y tendencias tan innovadoras como realistas. En ésta y las próximas entregas me gustaría compartir algunas de ellas con el objetivo de revisarlas juntos para entender de que forma podría adaptarse a las necesidades de tu organización.

Una de las tendencias que está en auge y mi experiencia no implica grandes inversiones es el nuevo formato “STEAM”, que por su siglas en inglés se refiere a: Ciencia, Tecnología, Ingeniería, ARTE, y Matemáticas; siendo la incorporación del arte una gran diferencia con la propuesta anterior que solo incluía ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Este modelo combina las ciencias logrando mediante distintos ejercicios, actividades y recursos el aprendizaje, ampliar el panorama o capacidad de respuesta ante distintas situaciones, así como aumentar la creatividad en el momento de resolver los problemas planteados.

Este año, como si necesitáramos un elemento que nos motive, se cumplen 500 años de la muerte de una de las mentes más creativas de la historia, el Genio del renacimiento Italiano Leonardo Da Vinci, que a 5 siglos de su partida sigue inspirando obras de literatura, investigaciones, exposiciones, y a un sin fin de seguidores post mortem. Sin duda me confieso una de sus incontables admiradoras de su trabajo artístico pero también por la forma tan especial de autoaprendizaje que tuvo gracias a “su desmesurada curiosidad por saber e innovar en múltiples disciplinas” en palabras de Walter Isaacson, en la biografía que le dedica. O en palabras de Kenneth Clark, “el hombre más implacablemente curioso de la historia”. El Milano, como se le conoció en su época afirmó en más de una ocasión ser discípulo de la experiencia, ya que al no ser hijo legítimo no tenía acceso a educación formal.

Y es esta experiencia, curiosidad, capacidad de establecer claras conexiones entre distintas disciplinas sigue siendo la clave para la innovación que tanta falta nos hace y que tanto se exige en nuestro país como en el resto del mundo de los negocios. La innovación la entendemos desde distintos enfoques y como todo tiene múltiples definiciones, pero si la definimos según el concepto de wikipedia tenemos que:

            “Innovación es un cambio que introduce novedades, y que se refiere a modificar elementos ya existentes con el fin de mejorarlos o renovarlos. Este término proviene del latín «innovatio» que significa «Crear algo nuevo», y está formada por el prefijo «in-» (que significa «estar en») y por el concepto «novus» (que significa «nuevo»). Además, en el uso coloquial y general, el concepto se utiliza de manera específica en el sentido de nuevas propuestas, nuevos inventos y sus implementaciones económico-sociales.

 

Solo que estas modificaciones en las rutinas de enseñanza – aprendizaje también exigen que los tutores o formadores hagamos un esfuerzo en la forma en la que se comparte el conocimiento, en la arquitectura o modelo elegido de formación, en selección y diseño de las actividades de aprendizaje, y en la evaluación del conocimiento adquirido y generado por los aprendices, obligando pues a ser “creativos” y ser nosotros mismos agendes de cambio que ven más allá de lo que tradicionalmente se ha hecho, que dicho sea de paso: no está funcionando o no está brindando los resultados que se necesitan. Eliminar las barreras que limitan a cada disciplina es una iniciativa liderada por la Escuela de Diseño Rhode Island, EEUU, quienes también consideran que la innovación solo se da a partir de la combinación de todas las áreas del conocimiento. Entonces, porqué no potenciar el pensamiento flexible y creativo usando el razonamiento y el desarrollo de habilidades propias del siglo XXI?

La sugerencia es dejar de lado prejuicios, miedos y estándares establecidos y dar prioridad a las necesidades de la organización utilizando los recursos con los que se cuenta; no importa la metodología ya que se puede trabajar con APB (aprendizaje basado en proyectos), aprendizaje lúdico o gamificación, clase invertida, etc… Lo importante es facilitar el trabajo a quienes toman decisiones y probar nuevas estrategias, en resumen, abrir la mente y las posibilidades para obtener resultados acordes a lo que se requiere en las organizaciones.

Que el 2019 sea un año en el que el conocimiento y el aprendizaje brinden los éxitos esperados.

MTE Diana González

Poliedro

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