Recientemente se ha visto cómo la ley que prohíbe el uso de bolsas de plásticos u otros empaques, así como de utensilios o contenedores, han afectado de manera drástica el estilo de vida de muchas personas. Se puede decir que el despojarse de los materiales plásticos es un reto para la sociedad debido a que no quisieran comprometer sus comodidades. Es por ello que se han buscado diversas alternativas que pudiesen sustituir las demandas de la población, y esa es justamente la oportunidad que buscaba el mercado de los empaques eco friendly.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) en el 2019: México recolecta diariamente más de 86 toneladas de basura; es decir que cada persona genera aproximadamente 770 gramos de basura al día, donde en promedio un 30% es de plásticos. Es por ello que los organismos regulatorios del país busquen alternativas para la solución de este problema notorio. El principal problema es generado por los estragos de la industrialización desmedida y el consumismo descontrolado, el cual ahora busca alternativas “amigables” con el medio ambiente, pero se tiene que pensar un momento si se está erradicando un problema o se alimenta otro de gran medida, disfrazado con colores verdes y terminologías extrañas. A continuación, se explicará qué son los famosos empaques amigables con el ambiente y si en realidad son una solución a la crisis ambiental.
Antes que todo se debe entender la diferencia entre envase, empaque y embalaje, un envase es aquel que contiene al alimento y es la primera barrera de protección; un empaque contiene al envase y es la segunda barrera de protección, y un embalaje es lo que contiene los empaques y facilita la transportación de los alimentos, éste es la tercera barrera de protección.
Es importante destacar que un envase o empaque, para que se considere “funcional”, debe ofrecer: protección al alimento, es decir, que no pudiera sufrir alteraciones o daños después de su procesado; funcionalidad para lo que fue diseñado y motivar al consumidor para realizar la compra de ese producto en específico. Existen diversos materiales con los cuales se hacen empaques en la industria de los alimentos: cartón, vidrio, metal y, el que tiene más aplicación, el plástico, que debido a sus propiedades lo hacen tan versátil y económico para su aplicación. En la actualidad el producir envases y embalajes para la industria de los alimentos es un desafío, puesto que éstos deben ser capaces de contener los alimentos y bebidas de una manera adecuada ya que están en contacto directo y actúan con cada uno de los componentes presentes del alimento, es por lo que se busca que el empaque también pueda tener una vida útil mayor a la del mismo alimento contenido.
Comúnmente se denomina “eco friendly” a todos los empaques que sean amigables con el ambiente, pero se debe de entender que hay cuatro tipos de empaques en esta categoría:
Los primeros, y más comunes, son los “amigables con el ambiente”. Éstos promueven el reciclaje, reducción y recolección, un ejemplo son termos para el café que diversas cafeterías promueven para que los usuarios ya no gasten en desechables y mejor pidan sus bebidas en sus recipientes personales.
La segunda categoría son los empaques hechos de biomasa. Éstos son fabricados por recursos renovables que pueden biodegradarse en un periodo más corto que sus semejantes, por ejemplo: los cubiertos de aguacate o bambú, las bolsas hechas con caña de azúcar, cajas de bagazo de maguey, entre otros. Los plásticos oxobiodegradables son los que están en tendencia como sustitutos de plásticos tradicionales, los cuales tardan siglos en degradarse, de igual manera presentan costos más baratos y propiedades físicas que los hacen más fáciles de procesar en comparación a las demás opciones, dichos plásticos usan aditivos como sales de metales pesados con el fin de poder degradar los compuestos del empaque, estos aditivos actúan con el medio en el que se encuentre con ayuda del sol y el oxígeno, así terminan formando una biomasa compostable. Es importante recalcar que muchos envases, para ser degradados, deben de ser tratados en compostas industriales con la finalidad de que se degraden en meses, de lo contrario su tiempo se puede extender de 5 a 10 años, dependiendo del material usado; aún con el periodo sin la composta industrial, es demasiado corto en comparación con los plásticos tradicionales.
Por último, están los empaques comestibles. Éstos son fabricados por procesos biotecnológicos y funcionan como películas protectoras, como frutas o vegetales, las cuales impiden que se maltraten y fomentan una apariencia brillosa en los alimentos, que hace que las personas deseen comprarlos por su aspecto “fresco”, aunque estas películas pueden retrasar la migración de humedad, gas, sabores o grasa, no deben de remplazar los materiales de embalaje sintéticos, no comestibles.
Así que, recapitulando, los empaques biodegradables no suelen formar parte de la primera barrera de protección, se combinan con otros para poder cumplir con la funcionalidad. Aunque la legislación esté en cambio para favor de la sustentabilidad, se deben buscar alternativas que erradiquen en su mayoría el problema. Los avances en la tecnología aplicada en la industria de los alimentos no sólo buscan acercar a las personas alimentos limpios y de calidad, también se preocupan por la repercusión que éstos puedan tener en el ambiente. Como consumidores y sociedad, sólo resta poner atención en lo que se vende y poder diferenciar entre cada una de las opciones que se dan para favor de la sustentabilidad.
Por: Ing. Marian Andira Jiménez Avendaño