Día del JUEZ MEXICANO

7 DE MARZO

DÍA DEL JUEZ MEXICANO

Hoy en día está muy en boga hablar sobre las decisiones judiciales y si son apegadas a derecho o están politizadas.

La decisión de cualquier juez siempre tiene que partir de una valoración de asuntos que deben resolver y que, inevitablemente, los remiten a cuestiones filosóficas. En el proceso de toma de decisiones, los jueces afrontan problemas que requieren juicios sobre cuestiones morales polarizantes que son objeto de un profundo y continuo estudio y confrontación filosóficas. Los jueces deben ser sinceros respecto al papel que realmente juegan en nuestra sociedad; amén de ser realistas, pero apegados a Derecho.

*“… El 7 de marzo fue elegido como Día del Juez Mexicano para conmemorar que hace ya 194 años, en la etapa fragorosa del movimiento insurgente, José María Morelos y Pavón instaló en Ario, Michoacán, el Supremo Tribunal de Justicia de la América Mexicana, completándose así los tres poderes previstos en la Constitución de Apatzingán, fruto del Congreso Constituyente de Chilpancingo convocado por aquél, y primer ensayo político para darle a la entonces incipiente nación una estructura republicana y democrática, bajo la capacidad como estadista y la decisión visionaria del estratega genial, valeroso adalid, apasionado reformador social, el cura de Churumuco, de Nocupétaro y de Carácuaro, que en sus ‘Sentimientos de la Nación’ dio los puntos rectores a ese Constituyente de Chilpancingo, autor del Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, la Constitución de Apatzingán de 1814, que fue, sin duda, el anuncio y la esperanza del Estado Mexicano. El Tribunal de Ario, Poder Judicial en ese momento histórico, deviene antecesor de la Suprema Corte de Justicia, y los integrantes de aquél como los de ésta, son los Jueces por antonomasia. Ello justifica que el día de la instalación de ese Tribunal sea considerado el Día del Juez Mexicano”.

El Juez, según manifiesta el exministro Felipe Tena Ramírez, debe tener un atributo sin el cual se puede ser buen abogado u otro profesionista excelente, pero cuya ausencia implica nada menos que la desaparición del juez. Se puede hablar de un juez deficiente cuando es perezoso, cuando es ignorante, cuando carece del sentido de justicia, que, como una inspiración divina, han llevado en la sangre los grandes juzgadores. Pero no se puede hablar de juez, ni bueno ni malo, cuando le falta la característica esencial e identificadora del juez: la imparcialidad….

Y tratándose de jueces que actúan en forma colegiada, les transmite nuevamente sus vivencias sobre la virtud que, en esas circunstancias, se vuelve mágica: la tolerancia, la cual no consiste en carecer de convicciones, sino en respetar las ajenas, así sean inadmisibles para nosotros, con el mismo vigor que ponemos en la defensa de las propias.

Pero va más allá y apunta a algo más alto que la tolerancia: la aceptación de la razón del oponente, pues, dice, “…el reconocimiento de la verdad ajena y del error propio como remate de una discusión, es actitud que a veces toca el lindero de lo heroico…”. Es un ademán caballeresco el inclinarse ante la victoria del oponente, caso en el que la opinión contraria no vence sino convence, “…hermosa y docta etimología de este último vocablo, según la cual vencen juntos (con-vencer) el que persuade y el persuadido”.

Pero no se queda hasta aquí la sabiduría de la cual dotó la vida al personaje de quien hablamos. Llega hasta lo sublime al descubrirnos lo que ubica al Juez en una dimensión casi sobrehumana, que lo dota de especial clarividencia y afectuosa comprensión de las debilidades del ser humano; es algo singular: “…algo que imprime unidad y calor de vida a la personalidad moral del juez, algo que es capaz de colmar las lagunas de la conducta del juez, algo en fin sin lo cual las mejores virtudes adquieren en el juez la rígida actitud de las espadas. Es eso que se llama piedad, misericordia, amor, la entrega abnegada a los demás… Me inclino, reverente, ante este Juez que reafirma mi fe en la impartición de la justicia.”.

El más alto tribunal del país, en Pleno, emitió el siguiente dictamen con motivo de la jubilación, por retiro voluntario, de uno de sus integrantes: “Exprésese al señor Ministro Felipe Tena Ramírez que se le agradecen sus relevantes servicios y que las elevadas dotes que lo caracterizan de sencillez y de cortesía en su trato, laboriosidad y empeño en el cumplimiento de sus funciones, privilegiada inteligencia y profundos conocimientos jurídicos que sirvieron de orientación y guía en las tareas de impartir justicia, así como su intachable probidad, hacen que su retiro de la Suprema Corte constituya la pérdida sensible de uno de sus miembros más distinguidos.”.

*Parte de este artículo fue la intervención del Ministro jubilado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Felipe López Contreras, que se dio en el marco de los eventos organizados por el Instituto de Investigaciones Jurisprudenciales y de Promoción y Difusión de la Ética Judicial del propio Máximo Tribunal, y por la Mesa de Ética Judicial de la Asociación Mexicana de Impartidores de Justicia (AMIJ), para celebrar, por primera vez en el año 2009, el Día del Juez Mexicano (7 de marzo), en el que se conmemora la instalación,—gracias a José María Morelos y Pavón—, del Supremo Tribunal de Justicia de la América Mexicana.

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