BAJAVIÓN

¡Aaaaay, mis hijos…!
(…de la chin…)
Por: Roble Limón
Buenas las tenga, estimado lector. Y por “las tenga” me refiero a las mañanas, tardes o noches en las que me esté haciendo favor de leer esta su columna favorita, inspirada en memes y fantasías animadas de ayer y hoy. Pero ni tan fantasías, aunque a veces sí parezcan por lo surreal que se llega a poner la vida (en México) cuando se lo propone.
Me da la impresión de que si el cabalístico 2020 fuera una película, habría sido dirigida por el que hizo la de “Vacaciones del Terror” con Pedrito Fernández. Anda uno con el cu…tis en la mano, ya no halla uno si reír o llorar. El amor dura lo que dura dura, pero más duros han sido los últimos siete meses en los que hemos caído en predicamentos que incluso nos han obligado a elegir entre nuestra salud o nuestra economía. Porque hasta enfermarse y requerir atención médica, ya no digamos privada, sino pública, es un privilegio. La otra sería morirse, pero pos también le da a uno más pendiente terminar en la fosa común porque ahorita nuay ni para un entierrillo ahí más o menos.
No es cierto, estimado lector, puede que la vida no sea la fiesta a la que todos imaginamos ir, pero pues ya que estamos aquí de perdido asegurémonos de no bailar con la más fea. No me agradezca la terapeada (o trapeada emocional), ahí luego me invita una caguama y unos charales enchilados.
Me va a disculpar pero yo también me tengo que desahogar con alguien, pos uno no es de palo la verdad. Y honradamente yo ya le agarré confianza, cariño, ya lo considero parte de mi círculo de apoyo, además de que siento que no me va a juzgar porque no sabe ni qué madre me parió. Resulta que hace unos días por fin me había animado a abrirle las ventanas al amor, a dejarle penetrar su claridad, a decirle no al pasado y su dolor, sin negar todo lo bueno que me dio, o sease que me animé a aceptar la invitación de un bato que ya llevaba buen tiempo a chingue, y chingue, y chingue con que saliéramos. Ya había vaciado el pozole que quedó de la noche mexicana que tuvimos el 15 de septiembre en un toper para desocupar la vapodera y poner a calentar mi agua para bañarme y, ¡zaz, culebra!, que en eso me llega un mensaje del susodicho pidiéndome disculpas que porque siempre no iba a poder. Y qué bueno que el universo acabó con mis planes, eso me pasa por querer quebrantar la cuarentena. Y por querer volver a enamorarme.
Así es, el 2020 es un misterio… ¡pero un misterio doloroso!: me cancelan una cita de amor(didas), fallece Quino dejando huerfanita a Mafalda, campañas políticas acá en mi rancho por la renovación de diputantos, que diga, diputados locales, no me saqué ni una méndiga bolsilla de cacahuates de esos que dan en degustación en la rifa del avión presidencial, la reaparición de Ricky Riquín Canallín, alias Ricardo Anaya, el Trumpetas malo del “COVI” que le llaman… Y eso nomás de septiembre para acá, porque ya la columna pasada abarcamos lo acontecido en el primer semestre del año. De hacer el recuento ya me volvió a dar la depre… la de preguntarle a usted qué tal está y cómo ha sobrellevado esta crisis no solamente de salud, sino también económica y emocional.
Y es que ´ta cabrón, estimado lector… quién pa’ estas alturas de la pandemia tuviera todavía los ánimos y el poder adquisitivo de “La Chona” para diario ir a los bailes y comprarse una botella, o para estar pagando gastos de mantenimiento de un avión que, literalmente, está como yo: ¡ni se usa, ni sale ni en rifa! Lo que en enero de este año parecía ser un chascarillo, un chistorete para espabilar a la audiencia y mantenerla atenta a “la mañanera”, ajustes más, ajustes menos, terminó en más de dos horas de transmisión de “niños gritones” a lee y lee cifras numéricas anunciando a los cien ganadores del avión presidencial adquirido por Felipe Calderón, que finalmente el único que lo usó fue Enrique Peña Nieto y que a López Obrador le sirvió nada más como pilar de su campaña política, cuando desde entonces anunció: “Lo vamos a vender”. Ese mentado sorteo salió como los que hace mi vecina Doña Adriana, resulta que siempre ganan los boletos que no se vendieron… Mírela, qué chingona.
Andrés Manuel: úntatelo, cómetelo, échalo al kilo, pero, ¡por el amor de Dios!, ya hazle algo a ese chingado avión que nomás está estorbando y devaluándose más, mijo. Y deje usted la estorbada, pos ni que lo tuviera uno en su cochera ¿verdad?, pero se le sigue echando dinero bueno al malo; el mismo presidente lo dijo, aunque la aeronave esté estacionada en su hangar periódicamente se tiene que volar para darle mantenimiento y cada uno de estos vuelos costaría 400 mil pesos. Y pues como diría Lois, mamá de Malcolm el de en medio, “¿te parece que somos ricos?”.
Hasta la entrega de este texto habían pasado más de 15 días de este desliz en la historia de México digno de un capítulo de Los Simpson o mínimo de una monografía, y todavía no estaba claro cómo se iban a repartir los recursos recaudados por la venta de cachitos de lotería entre los hospitales y, es más, había hasta un cheque por 20 millones de pesos “rebotado” por parte del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (Indep), el cual pagaría los premios de la rifa; además, todavía no se asomaba ningún comprador potencial del aeroplano. Y es entonces cuando yo me digo: “si me pagaran por cada pendejada que digo y hago, ya fuera millonaria y sí anduviera pujando (en la subasta) por el avión; pero no, ahorita por lo único que andamos pujando es por parir chayotes”.
“Todos son ateos hasta que les aprieta el zapato”, diría mi mamá
¿Quién cree usted que, tras un par de años de retiro, reapareció prometiendo volver de lleno a la vida pública? ¡Nombre, estimado lector, bueno fuera que Juan Gabriel se hubiera caído de su nube como del escenario, habiendo resucitado! Deje le doy unas pistas: ¿Ha visto el cuerpo de Chicken Little? Pues ni más, ni menos. ¿Y una boquita que toca flauta? Pues ni más, ni menos. Sabe política, sabe herejía, levanta pruebas y le gusta la oposición: ¡Ricardo Anaya!
A través de un video, el “chico maravilla” advirtió sobre el desastre que ha significado el gobierno de AMLO en temas económicos así como de seguridad y su transmisión deja entrever su propósito de reincorporarse al quehacer político a fin de corregir el rumbo del país.

Vaya, vaya —baia, baia, se lee más mejor— yo sé que se está uno quejando de que “Cabecita de Algodón” anda haciendo su soberana voluntad sin que nadie le diga algo porque no hay oposición, pero mire nomás lo que nos están dando… ¿No podría reaparecer Meade? De perdido es más carismático. ¿Será que Anaya se dio color de que el Frente Nacional Anti AMLO (FRENAAA) da más pena ajena / risa / tristeza que los gordos cuando sumimos la panza pensando en que así pareceremos flacos? Pues hágase usted de cuenta que ni haber recibido menos votos incluso que Josefina Vázquez Mota hizo que al “Canallín” se le cayera la cara de vergüenza y quiera ahora ponérsela, la cara, a una pinchurrienta oposición que se manifiesta a bordo de sus Range Rovers o en sus casas de campaña voladoras exigiendo la renuncia de “ANLO”.
Ora que ya entrados en supositorios, que diga, suposiciones, ya que andamos de especuleros, que diga, especuladores, el anuncio del exdirigente nacional del Partido Acción Nacional se dio días después de que saliera embarrado por Emilio Lozoya, exdirector de Pemex, en el caso Odebrecht. No pues si le digo que el miedo no anda en burro, ¿verdad?, anda en curules.
Este pedo ya tronó y huele a fuero…
¿Qué mamá da esos consejos?
Pues no seré abogada, ministra de la SCJN ni mucho menos expresidenta ¿edá?, pero quiero creer que la lógica no me falla —que no estoy tan pendeja, pues— y que una consulta para saber si la raza quiere que se castigue a los expresidentes por los delitos cometidos durante sus administraciones resulta, y perdón por la palabrota, absurda. Tan absurdo como que su mamá le da un $20 pa’ que se lance por las tortillas, ya le dio el varo —y la orden sobre todo— y usté osa preguntarle a sus carnales, a su jefe y hasta al Firulais que si va por las tortillas. Imagínese la madrina que le acomodaría su ruca. Ah, porque para esto figúrese usted que, además, esa consulta que hizo con su pandilla todavía le costaría a su mamá o a su ruca $5 pesos de la impresión. ¿Verdad que “baja uno el cero y no contiene”?, diría mi madre santa.
Bueno, pues algo así fue lo que avalaron seis ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación cuando dieron el “sí” para preguntarle al pueblo bueno y sabio lo siguiente: «¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos encaminados a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas». ¿Entendió? Yo tampoco. Tanto brinco estando el suelo tan parejo. Tan sencillo que era preguntar: «¿Los atoramos, sí o no? ¡¿Qué dice el públicooooo?!».
México: país donde se hace más justicia en una combi que en una corte. Por eso propongo que no se gaste (ah, porque olvidé comentarle que el costo del ejercicio aprobado se andaba calculando en 8 mil millones de pesos), que mejor se meta a los expresidentes en una combi y que sea lo que Dios quiera. Menos Suprema Corte de Justicia de la Nación, más Suprema Combi de Justicia de la Nación.
Ya estuvo suave, yo ya no voy a hacer corajes. Así como hubo una rifa del avión, sin avión, capaz que pase lo mismo con un una consulta para enjuiciar a los expresidentes. Pues si teniendo los pelos de la burra en la mano, los dejan libres “porque presentaron un cuadro anémico”, ¿usté cree que sí se haga la voluntad del pueblo? No pues si por el pueblo fuera ya estarían colgados de los tanates en cada esquina de la Alhóndiga de Granaditas, pero evidentemente faltarían esquinas… y tanates.
Amor de estrés es una mala relación
“No le tengas miedo al Covid. No dejes que domine tu vida”, escribe Donald Trump en su cuenta de Twitter mientras se pone anaranjado por la falta de oxígeno. Perdón, me informan que anaranjado ya estaba desde antes. Sí, sus niveles de oxígeno bajaron pero no lo suficiente: hierba mala nunca muere… aunque si muere ni falta haría. “El que por otros pide, por sí aboga”, diría también mi madre santa, así que mejor me retracto y que Dios le dé vida a este hombre…

Ya lo dijo Gabriel García Márquez: “El cuerpo humano no está hecho para los años que uno podría vivir”. Pero los que tienen ganas de chingar —y además son presidentes de una potencia mundial— vaya usted a saber cómo se las ingeniarán o los hilos que moverán para seguir teniendo cuerpo… Total que me ha durado más una cruda que lo que Donald Trump internado en el hospital por dar positivo a COVID-19, mejor conocido como “El COVI”. Para cuando terminé de escribir esta humilde colaboración ya había un contagiadero de aquellos en la Casa Blanca, desde la esposa hasta su jefe de campaña, asesores y senadores.
¿Será que le habrán bajado las defensas al todavía presidente de Estados Unidos por el estrés de las próximas elecciones del vecino del norte? Hasta ahora los números no le favorecen. La falta de oxígeno sí… Dios: te cambiamos a Trump por Quino.
Bitácora de una prisionera
Dicen que el sol sale para todos… Pos yo seré Londres ¿o qué rollo? Ya ve lo que dicen del “climita londinense”, siempre nublao y lloviendo. Por cierto, ahí viene ya el frío y con él el interminable caldito de res.
Nomás no vaya a estar como aquel señor entacuchao que llegó a echarse un cocidito al Mercado Juárez y al cual le tocó un tuétano. Y pues adecuenta que intentó sacar el tuetanito con el dedo y chingas que se le atora, entonces empieza a jalar el hueso para zafárselo del dedo y pa’rriba y pa’bajo y pa’ un lado y pa’l otro y no salía, entonces baja el dedo —abro paréntesis, con todo y hueso obvio, cierro paréntesis — para hacer palanca en sus piernas, y en eso llega un chuchito de la calle y empieza a lamer el hueso y el ruco con mayor razón se lo quería zafar y nomás nada.
La doña Pelos de la fondita se da color y le dice al elegante hombre: “Señor, déjele el hueso al perro, ahorita le traigo otro”. “Viejo infeliz estúpido baboso díscolo”, ha de haber pensado la señora.
No pos así le hacemos, estimado lector. Ahí nos estamos viendo.