Regreso, apreciable lector, para recordarle que no soy escritora ni analista política, mucho menos artista ni cantante y que las opiniones aquí expresadas no representan a la empresa para la que jalo ni a la carísima educación que me dieron mis padres. A mí nomás me invitaron a escribir en este bonito medio, aun sabiendo cómo soy. Si eso no es amor entonces dígame usted lo que será.
En fin, ahorita lo que importa es que tenemos salud, juventud y que eso me da para ganarme la vida honradamente.
Ah caray; se cancela la salud. Achingá. Cancéleme también lo de juventud. Y después de tanto “bla, bla, bla” , ‘ora sí, arránquese maestro.
Han pasado poco más de dos meses desde la última vez que mi columna tuvo la fortuna de ver su carita tan preciosa. Sí, la suya mi estimado lector. Y a diferencia de con Los Cadetes de Linares, aquí sí hubo novedad.
Órale, no traes vacas hijo de tu… Mejor bajan en la esquina
Yo como Margarita Zavala: me retiro a tiempo de donde no me quieren. Y es que durante la primera quincena del mes de mayo la exprimera dama le quitó la oportunidad a nuestro chaparrito y berrinchudo Felipe Calderón de convertirse en primer damo al abandonar la contienda presidencial, argumentando “congruencia y honestidad política”. Y con AMLO queriendo quitarles las pensiones a los expresidentes pues pobre
Fecal, ya nomás le falta que le quiten lo bailado.
En fin, la también expanista tuvo su único momento de lucidez del 2018 y durante la transmisión del programa Tercer Grado, transmitido por Televisa, anunció su decisión.
Y aunque pareciera que “pues aquí se rompió una jerga, vámonos todos a la casa”, de cualquier modo, el nombre de la excandidata sí aparecerá en la boleta el mero día de la elección (como me hiere esa fecha) puesto que a la hora del “bajaaaaan” la impresión ya se había hecho y era “imposible cambiar el formato” según el INE, a quien ahora le corresponderá ver de qué manera se contabilizarán (ay, ajá) los votos que inútilmente reciba Zavala, al cabo que ya ve que ni hay gente malora.
Al menos hay una cosa que puedo rescatar de todo esto: ojalá tuviera la fuerza de voluntad de mi Márgara de oro para dejar el PAN. Mientras tanto, oremos: Querido San Nicasio, que me baje la panza sin ir al gimnasio.
Oye Netflix, ¿pa’ cuándo calculas trepar a tu plataforma los stands up de los presidenciables?…
¡¿Qué?!… ¡¿Que son los debates?!… ¡Avísenme!
Un debate busca juntar a los candidatos en un lugar para que, de un jalón, nos informemos y comparemos las propuestas que cada uno le anda manejando, con lo cual sería más fácil tomar una decisión de por quién marcar la boleta a la mera hora. Este año en particular es importante destacar que los formatos aprobados por el INE para este ejercicio político superan por mucho a los de años anteriores. Vaya, hasta
que alguien medio por fin hizo su chamba.
El pasado domingo 23 de abril puse a enfriar unas gracielas (chelas), me preparé una botanita e invité a la casa al que me gusta para ver juntos el primero de tres debates. Soy una romántica, lo sé, porque I love procesos democráticos you. Ha pasado más de un mes y aún tengo pesadillas con eso. O sea, con el debate no con la cita.
Siendo sinceros no podíamos esperar un encuentro audaz debido a que tan solo algunos días antes había comenzado formalmente el periodo de campañas y los entonces cinco candidatos querían básicamente reforzar sus “propuestas” y su cochina imagen con el electorado. Mejor se hubieran quedado en sus casas mis hijos, porque esa noche lo único que pueeeeede que se haya logrado es ayudar a los indecisos e indiferentes a definir su voto. Y es que cuando le digo lo de las pesadillas es neta, estimado lector.
Para sus mamás y jefes de campaña cada candidato fue el ganador, aunque Andrés Manuel se haya limitado a no caer en provocaciones y Ricardo Anaya a por lo menos no
haberse presentado en el foro con bolsas en los ojos, pues nos queda claro que él sí compró lo que viene siendo ¡LA CARTULINAAA!, y por eso pudo dormir tranquilo la noche anterior. También orgullosa debe estar la madre de José Antonio Meade porque su hijo sí que tiene bien clarito quién es, pues durante toda la noche no dejamos
de escuchar “Soy José Antonio Meade… soy José Antonio Meade”. Con Margarita… emmm, sí, bueno, es de que porque… ¿No me entendió? Tampoco yo a Zavala Gómez del Campo cuando trató de responder los cuestionamientos que se le hicieron, pero una madre siempre sabe lo que trae un hijo sin que éste siquiera lo exprese con palabras, y si no pues para eso tienen al jefe de campaña o vocero, pregúntele a Rubén Aguilar, del sexenio de Vicente Fox. El Bronco se cuece aparte y siempre es gratificante para una madre ver a un hijo con los destos bien puestos, sin titubear y defendiendo sus sandeces ideales… Hablando de, yo propongo que le mochen las manos porque desde aquel día se robó mi corazón. Si fuera comediante lo que tuviéramos que elegir el próximo 1° de julio, ya sabemos quién sería el puntero
El segundo round se dio el día que mi Santos Laguna se hizo de la sexta estrella, el 21 de mayo ajaaay. En esa ocasión vimos a unos candidatos más participativos, desenvueltos y chistosos. Y no vimos a Margarita Zavala porque ella se bajó cuadras atrás, como ya lo comentamos. Nuevamente Andrés Manuel y Ricky Riquín Canayín se destacaron por agarrarse y no soltarse, y aunque esta vez los señalamientos fueron menos, fueron KO’s. Tuvimos a un Meade que únicamente hizo acto de presencia al mostrarse un tanto esquivo en algunos temas, para pasar a un Bronco menos participativo y apagado. El común denominador: el maltrato y exhibición de los moderadores hacia los candidatos. Muy mal, León y Yuriria, muy mal.
«Como caca de gavilán, ni oliendo ni hediendo», diría güelita, llegó el tercer debate el pasado 12 de junio. Bastó con los pocos memes que éste generó para darnos cuenta de que el espectáculo fue plano, y los pocos momazos que surguieron hicieron chanfle y se colgaron del tema de Zague (sin albur).
El formato en esta ocasión consistió en la recopilación de preguntas hechas por internautas a través de su mero mole, Facebook y Twitter, en un ejercicio por acercar a los candidatos a las inquietudes de los ciudadanos de a pie y obligarlos a responder con la menor cantidad de tecnicismos posibles, centrándose en temas como crecimiento económico, pobreza, desigualdad, educación, ciencia y tecnología, salud, desarrollo sustentable y cambio climático. Andrés Manuel se mantuvo en su discurso de «corrupción, corrupción, corrupción». Ricardo trató de meter dos que tres reveses saliéndole el curo por la tilata , digo el tiro por la culata, pues los moderadores lo encaminaron a no salirse del redil, por su parte José Antonio evidenció una vez más que su defecto es el partido que lo respalda, porque conocimiento no le falta, mientras que a Jaime Heliodoro -sí, se llama Heliodoro- yo lo vi muy instalado en su papel más que de candidato de moderador de la paz: Debate 2: «Ya dale un abrazo, pues», debate 3: «bésalo», imaginense si hubiera un cuarto encuentro…
Mi conclusión primeramente, me parece que ninguno de los presidenciables gateó de chiquito, en segunda instancia me parece que este fue el round que menos despuntó pues no añadió nada de información relevante a la contienda (ya deje usted las propuestas… ¿ni un trapillo sucio, ni un apodo chistoso,ni nada pa´la banda?) y tercero, pero no menos importante: la vida siempre va a ser difícil y más para los pelmazos.
Pensamos… Todavía queda un debate y poco menos de un mes para que tanto Amlovers, como Canayines, como Meados, como Broncudos nos pongamos chingones, porque a la hora de elegir pendejos no servimos (utilice su libre albedrío para incluir y acomodar una coma en donde mejor a usted convenga).
Lo mejor está por venir. Para otros países, pero está por venir. Ánimo.
¿Qué pasó mi Trump Trumpin Trumpetín? ‘Pos si estamos pisteando tranquilos
Tras varios meses de amago y un balazo en el pie después, el pasado 31 de mayo el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, anunció la imposición de medidas arancelarias al acero (25%) y aluminio (10%) para México, Canadá y la Unión Europea. El argumento: la extensión de las pláticas de negociación que han provocado un impasse del TLCAN. Y me atrevo a decir que balazo en el pie porque los aranceles lastiman al consumidor del país que los impone, al encarecerse los precios.
Cual señora empoderada, ufana y madura que prepara la represalia contra la comadre que le negó un vale para los zapatos, México respondió a la medida imponiendo también el castigo económico a diversos productos provenientes del Chuco, entre éstos piernas y paletas de puerco, embutidos, manzanas, uvas, distintos tipos de queso, entre otros, por un monto de más de cuatro mil millones de dólares aproximadamente.
Por su parte, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, parafraseó a Ricardo Anaya, sí, el candidato a la presidencia de México, al referirse a la medida tomada por EU como “insalting an onacceptabol”, con la única diferencia de que él sí pronunció bien.
Es muy probable que la medida sea fugaz debido a que Donald Trump no estará dispuesto a pagar el costo político que ésta le represente rumbo a las elecciones del Senado del mes de noviembre. Y ojalá y el güero Chuy quiera que los analistas de a de veras tengan boca de profeta, porque qué oso para una como dama decir adiós combinados de Victoria’s Secret, hola pantaletas de la alianza (su mercado local) de a 3 x $25.00.
Bitácora de una prisionera
Me uuurge que termine el periodo electoral para que podamos pasar de estar instalados en nuestro papel de politólogos al de Directores Técnicos de la Selección Nacional en el Mundial, ¿apoco no? Y es que nomás vieras, querida bitácora, la cantidad de amistades que he visto llegar a su fin nomás porque uno va a votar por uno y otro por el otro.
Y luego lo peor es que dice uno puras pendejadas para justificarse: que si vamos a terminar como Venezuela, que si votas por el de la sonrisa psicópata te va a venir a jalar las patas en la noche, que si el único defecto del otro es el partido político al que representa, que si “a las gordas nadie las quiere”, etcétera
Pero, digo yo, pues que no le dé pena a uno defender su gusto, total, muy de uno, ¿sí o no? No pasa nada, al final del día sólo hay dos resultados para cada cosa que haga uno: 1.- Que salga todo por case la chingada y 2.- Que no.
Ya no hay que pelear, de todas formas, aunque no nos organicemos nos van a co(ger)nstruir una democracia a todos. Lo importante aquí es no quedarnos sin morralla, porque el cambio está en uno mismo. Y tampoco Rajarnos como Mariano en España.
Permiso