Que competencias requerimos para la nueva configuración de nuestro día a día?

La nueva configuración de nuestras actividades diarias, como la forma de comunicarnos, de comprar y consumir bienes y/o servicios, y hasta de adquirir conocimiento ha sido re configurada gracias a la tecnología y las herramientas digitales; para bien o para mal la tecnología dicta tanto la velocidad de cambio como la dirección hacia la que se mueve el mercado, y la posibilidad de éxito o fracaso de una organización tiene una relación directa con su capacidad de adaptarse a los cambios, de aprender de lecciones pasadas y de tomar las medidas adecuadas para continuar. Dicho de forma diferente, depende en gran medida de un continuo proceso de aprendizaje.

Para entender la capacidad de aprendizaje de una empresa se deben observar la destreza que se tiene para transformar el conocimiento en crecimiento, y este cambio organizacional en nuestros tiempos no lo concibimos sin el aporte de la tecnología y los medios digitales. El término “coeficiente digital” que mide la facilidad y el manejo de medios digitales de un individuo, pero más allá de las categorías que mide y de los ejes sobre los que descansa el coeficiente digital, la destreza de los equipos de trabajo para manipular las herramientas tecnológicas y digitales brindan mayor capacidad de adaptación a un mercado cada vez más exigente y cambiante. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) afirma que la inversión en educación, innovación y tecnología conducirá a un aumento en la creación y el uso de conocimientos para alcanzar el más alto nivel de bienestar social; para lograrlo, la información y el conocimiento deberán ser un bien común, de esta forma las fronteras de una empresa estarán modeladas por la capacidad de coordinar tecnología y gestionar los conocimientos, actitudes, habilidades y competencias para que los procesos de capacitación y formación resulten en productos e ideas innovadoras.

La tecnología aplicada a estos procesos de actualización, formación y capacitación nos brinda innumerables posibilidades para realizar transiciones más intuitivas, rápidas y efectivas, de acuerdo a los objetivos estratégicos de la empresa y a los de aprendizajes trazados para los diferentes perfiles.Trabajar bajo el “efecto novedad” sin tomar en cuenta parámetros de transformación solo traerá como resultado pérdidas de recursos valiosos como tiempo y talento. La renovación del conocimiento debe avanzar de la mano de la actualización de la tecnología sin dejar de observar necesidades de aprendizaje y recursos de cada organización.

 

El desafío de las competencias digitales es que requieren ser estimuladas mediante experiencias prácticas. Además de conocer las posibilidades, se requiere ser capaz de aplicar el pensamiento complejo para resolver problemas de diversas maneras. Es decir, invisibilizar las tecnologías en sí y ser capaz de generar, conectar y diseminar el conocimiento creado, dando prioridad a la capacidad de cada miembro del equipo y no a las herramientas digitales propiamente.

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