El talento humano que necesitan las empresas
Si eres un empresario y buscas un ingeniero mecánico para incorporarlo a tu plantilla, ¿qué características ideales debería tener el profesionista que contrates? Digamos que también requieres de los servicios de un licenciado en administración de empresas. ¿Qué habilidades distinguirían al uno del otro, además de sus habilidades técnicas?
En épocas pasadas, si un estudiante de prepa era “bueno para el rollo”, sus padres solían animarlo a que estudiara Derecho; si se trataba de un “cerebrito”, entonces se le consideraba buen candidato para convertirse en médico o ingeniero. No me dejarás mentir, así era más o menos la cosa.
Afortunadamente, en la actualidad las empresas contratan en función de perfiles claramente definidos. Si quieres un ingeniero mecánico, por supuesto que te interesará que sea muy picudo en cuestiones de manufactura, automatización, diseño de materiales, montaje y mantenimiento de maquinaria. Pero, quizá más importante aún, resultará fundamental que sepa escuchar, que se adapte al trabajo en equipo y que sea capaz de funcionar bajo presión. Buenos ingenieros habrá muchos, pero tú requieres uno que además sepa trabajar con la gente, ¿cierto?
Contar con profesionistas competentes resulta indispensable. Eso que ni qué. Lo realmente difícil es determinar cuáles son las competencias clave que habrán de distinguir a tu talento humano. Y aquí es donde te echaré un poco la mano.
Aclaremos primero: ¿qué debemos de entender por competencias? De acuerdo con la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), son “las habilidades y capacidades adquiridas a través de un esfuerzo deliberado y sistemático para llevar a cabo actividades complejas”. Lo más importante de una competencia no es saber cómo hacer algo (teoría), sino ser capaz de llevarlo a la práctica, trátese de habilidades técnicas o atributos personales.
PROFESIONISTAS QUE SOBRE TODO SEPAN FUNCIONAR COMO PERSONAS
El Centro de Opinión Pública de Laureate México acaba de publicar los resultados de su Encuesta Nacional de Egresados 2018. Basados en los datos recabados de 12,869 egresados de universidades públicas y privadas, los investigadores revelan cuáles son las competencias que estos consideran que les han sido más útiles en su vida profesional. Tal vez no te sorprenda que la mayoría de éstas no son técnicas sino humanas.
El 91% de los encuestados que laboran en el sector privado coinciden en que la competencia que les resulta de más utilidad es comunicación oral, seguida muy cercanamente por toma de decisiones, liderazgo, trabajo en equipo, negociación, y comunicación escrita.
Un estudio realizado por el Centro de Investigación para el Desarrollo, A.C. (CIDAC), arroja resultados similares. Sus investigadores contactaron a los responsables de contratar egresados de universidades en 499 empresas a lo largo y ancho del país. A estos empleadores se les preguntó cuáles son las competencias que consideraban más importantes que tuviera su nuevo talento. Estos reclutadores pertenecían a las áreas de recursos humanos, finanzas y contabilidad, producción y operaciones, mercadotecnia y ventas, sistemas y tecnología, administración y dirección.
Trabajo en equipo fue considerada, por amplio margen, como la más valiosa. ¿A qué nos referimos cuando hablamos de saber trabajar en equipo? A habilidades como las siguientes: distribución de tareas, coordinación de acciones, negociación y resolución de conflictos al interior del equipo, anteponer los intereses del equipo a los personales, comunicación asertiva, saber escuchar a los demás, autoconocimiento de mis fortalezas y debilidades.
La segunda competencia más mencionada por los reclutadores es liderazgo, mismo que se manifiesta en la toma de decisiones ágil y acertada, capacidad de motivar, confianza en sí mismo, iniciativa y proactividad, sentido de responsabilidad.
La tercera competencia más valorada es comunicación efectiva. Por un lado se busca un manejo eficaz de las herramientas de comunicación, incluida la comunicación oral y escrita, la comunicación en inglés y la capacidad de síntesis de información. Se considera también de vital importancia el comunicarse de manera exitosa con otros. Se trata por ejemplo de saber hablar eficazmente en público, o de dar y recibir retroalimentación efectiva.
Otra de las competencias altamente apreciadas es eficiencia personal, entendida como la capacidad de saber manejar el tiempo, trabajar bajo presión, tolerancia a la frustración, planeación de tareas, resolución de problemas, disposición para aprender y rapidez de aprendizaje.
Fue también referida la competencia innovación y emprendimiento, orientada a la detección de oportunidades en la mejora de procesos y productos, la identificación de nuevas oportunidades de negocio, la implementación de nuevos proyectos, la generación de nuevas ideas y el desarrollo de alianzas estratégicas.
En cuanto a inteligencia emocional, los reclutadores requieren la habilidad de automotivación, la empatía y el desarrollo de relaciones profesionales (networking). En lo referente a imagen personal, se valoran el carisma, lo modales y vestimenta, la puntualidad, la facilidad de palabra, y saber cómo tratar al cliente.
La búsqueda activa de competencias como las anteriores no es privativa de los empresarios mexicanos. Una encuesta realizada por la Asociación Nacional de Universidades y Empleadores de los Estado Unidos revela que las siguientes habilidades son las más valoradas por los empleadores del vecino país del norte: comunicación oral, habilidades interpersonales, trabajo en equipo, habilidades analíticas, liderazgo, comunicación escrita, dominio del campo de estudio y habilidades computacionales.
COMPETENCIAS QUE NOS PERMITAN ENFRENTAR EXITOSAMENTE EL FUTURO
Tratándose de un mundo tan cambiante como el globalizado, es imperativo no solo identificar las competencias consideradas vitales en el presente sino visualizar aquellas que debemos empezar a desarrollar a futuro. El Instituto para el Futuro, afiliado a la Universidad de Phoenix en los Estados Unidos, identifica seis áreas en las que las empresas deberían orientar sus miras: el cambiante mundo de la informática, la nueva ecología mediática, las organizaciones súper estructuradas, el aumento de los sistemas y máquinas inteligentes, la dinámica propia de la globalización, y el aumento de las expectativas de vida en la población.
A partir de este análisis, dicho centro de investigación apunta a una serie competencias que resulta apremiante desarrollar si queremos responder con efectividad dichos retos. Entre ellas figuran: inteligencia social, entendida como la habilidad de relacionarnos exitosamente con nuestros semejantes; pensamiento novedoso, que supone la capacidad de encontrar soluciones que vayan más allá de lo convencional; competencia intercultural, la habilidad de lograr un entendimiento con personas de los rincones más remotos del planeta; transdisciplinariedad, ser capaces de integrar equipos conformados por especialistas de diversas áreas; y colaboración virtual, orientada a concretar compromisos dentro de los equipos virtuales.
¿Qué tan preparadas se encuentran las universidades mexicanas para responder a los retos que el futuro nos pone por delante? Algunas han tomado la estafeta. Por ejemplo, el Tecnológico de Monterrey rige su actuar sustentado en cinco valores, que cito de manera textual:
- Innovación: Generamos ideas y las hacemos realidad, rompemos paradigmas, asumimos riesgos y aprendemos de nuestros errores.
- Visión global: Vivimos una cultura global y fomentamos la diversidad.
- Trabajo en equipo: Fomentamos el trabajo colaborativo y buscamos el éxito colectivo por encima del individual.
- Sentido humano: Respetamos la dignidad de las personas y somos solidarios.
- Integridad: Nos comportamos de manera ética, somos honestos, austeros y congruentes.
En cambio, otras instituciones educativas predican una cosa y acaban haciendo otra. Tal es el caso del Tecnológico Nacional de México (antes Sistema Nacional de Institutos Tecnológicos) que pregona que sus egresados de Ingeniería Mecánica son capaces, entre otras cosas, de comunicarse con eficacia en su desempeño profesional y desarrollar una actitud emprendedora para crear nuevas empresas con espíritu creativo, liderazgo y compromiso social. Sin embargo, al examinar la retícula de las más de 50 materias que conforman el plan de estudios, solamente encuentro dos en las que sus alumnos podrían desarrollar parcialmente las competencias anunciadas: Taller de Ética (primer semestre) y Desarrollo Sustentable (octavo semestre). El 94% restante de los cursos de esta carrera son, a mi juicio, de carácter netamente científico y técnico. Cabe resaltar que la mencionada institución cuenta con planteles en todas y cada una de las entidades federativas, por lo que los efectos residuales podrían ser aún mayores en sus egresados.
En suma, en el mundo globalizado se debería preparar a los profesionistas de todas las áreas en competencias tanto técnicas como humanas que respondan a la dinámica propia de los tiempos. Es lo que las empresas requieren y lo que la realidad demanda. Ante semejante reto, francamente nos estamos quedando rabones. ¿Qué tendríamos qué hacer para blindar a las plantillas laborales con las competencias que los volverán seres humanos plenos y profesionistas a la altura de las circunstancias presentes y futuras?
ESCRITO POR:
- RAÚL ERNESTO GONZÁLEZ PINTO, Consultor en ESTRATEGIAS DE CAMBIO organizacional y capital humano