Nació en Tuxpan, Jalisco, un 23 de enero. Vaya preparando el regalo de cumpleaños, si es Ricky Martin envuelto en betún no nos enojamos… Ay wey, ¿lo dije o lo pensé?…

Tulia es contadora lo mismo de números que de grandes historias, pero de pecas no, no se confunda ¡papiripau! Además, se dedica a atender temas administrativos y fiscales. Así es, nuestra contadora estrella es adulta y de las buenas, de las que sí le entienden al SAT(anás), de las que muy seguramente nunca han estado ni estarán en buró de crédito, de las que no andan pagando más de intereses que de lo que firman con la tarjeta de crédito; de las que sí saben ser adultas pues, pa’ acabar pronto.

Lo mejor de Tulia es que, además de entenderle a estos temas, escribe y comparte su conocimiento con los que nomás le hacemos al cuento y aprovechamos la adultez única y exclusivamente para acceder a las bebidas alcohóli…¡Digo, nada!

Cuando no se está echando un tiro con los números y los impuestos, le encanta hacer pasteles, bordar, ver películas y oír música… ¡Adópteme, maestra! Romántica y soñadora, su película favorita es El Diablo Viste a la Moda y su libro por excelencia El Diario de Ana Frank.

Dicen que todo pasa por algo… por wey, por ejemplo…, pero para Tulia muchas veces las cosas pasan por tomar malas decisiones. Lo triste: cerveza y malas decisiones son dos cosas que uno rara vez se cansa de tomar… Ya ni modo.

En cinco palabras Tulia es alegre, generosa, creativa, leal, resistente, optimista y justa. A caray, fueron más de cinco palabras, pero weno, la contadora es ella no yo. Ah, nomás no me la hagan enojar, porque la paciencia no está en su lista de virtudes.

Sus personas favoritas: su esposo y sus sobrinitos. Podrá llegar tarde a muchos lados, menos a la cita de ser feliz y existir con alegría sin importar la forma que tenga esa alegría: trabajo, cocina o tiempo con su compañero de vida y con su familia.

Tulia Hernández

Por: Roble Limón