Tres niveles de liderazgo, ¿Cuál es el tuyo?

POR RAÚL ERNESTO GONZÁLEZ PINTO
Si te encuentras familiarizado o familiarizada con el tema, seguramente sabrás que existen diversos estilos de liderazgo, entre ellos el líder autocrático, el paternalista y el laissez-faire o anárquico. Mi propósito no es hablar aquí de ellos, pues te bastará con hacer una búsqueda simple en internet para saber cuáles son los demás y qué tanto se parecen al tuyo o al de los líderes con quienes te relacionas.
Lo que sí te puedo garantizar es que los tres niveles de liderazgo que aquí describo no los encontrarás en ningún otro lado, por la sencilla razón de que dicha clasificación es mía, y la estoy dando a conocer por primera vez en estas líneas de Talento Empresarial Magazine. Dicha tipificación es fruto de las cuatro décadas que llevo estudiando la manera de actuar de los líderes empresariales, desde que inicié mi doctorado en comunicación organizacional en los Estados Unidos a inicios de los años noventa, labor que he continuado en mi práctica cotidiana como consultor y docente universitario.
Empezaré poniendo sobre la mesa dos conceptos que resultarán vitales para entender a cabalidad cada uno de los tres niveles: CONEXIÓN y CONTROL. En lo personal, empecé a prestar particular atención a ambos desde que una de mis autoras favoritas los mencionó en un podcast. Me refiero a Brené Brown, una académica y escritora afiliada a la Universidad de Houston, cuyos libros se encuentran en las listas de los más vendidos. Una de sus charlas ha sido vista más de 20 millones de veces en YouTube, lo que la vuelve una de las más populares en los tiempos recientes.
LO QUE DEBEMOS SABER SOBRE CONEXIÓN Y CONTROL
Seguramente te preguntarás ¿conexión con qué y control sobre qué? Desde el punto de vista psicológico, los seres humanos nos la pasamos oscilando entre ambos. Por un lado, deseamos establecer conexiones emocionales con nosotros mismos y con quienes nos rodean. Por ejemplo, tal vez sientas una fugaz conexión con la tristeza de un pequeño que va de la mano de su madre y que de pronto empieza a llorar desconsoladamente porque se le cayó su cono de nieve a la banqueta. Por otro lado, sin duda te sentirás más segura si sabes que tienes las cosas bajo control en tu acontecer diario. Digamos que te choca que tu tía Dolores te siga tratando como niña, de manera que cuando te la encuentras antes de misa el domingo decides ponerle un alto severo: “¡Tía, me tienes hasta la coronilla con tu tonito empalagoso, ya basta!” Tal vez te voltee a ver sorprendida, pero no te importa porque por fin habrás podido desahogarte.
“Conexión es la energía que existe entre las personas cuando estas se sienten escuchadas, contempladas y valoradas”, señala la doctora Brown en “Atlas of the heart”, su libro más reciente. El problema es que interrumpimos la conexión anhelada cuando nuestras inseguridades nos acaban alejando de otros (entre ellos la hipotética tía Dolores). “Huimos de la ira y la aflicción – precisa la autora – solo para caer en los brazos del miedo, el perfeccionismo y la desesperada necesidad de control”.

Una de las formas más comunes de manifestar las ansias de control del ego es cuando nos comparamos inútilmente con otros, ya sea que nos sintamos inferiores, debido a una baja autoestima, o superiores, por una simple cuestión de soberbia, tal como lo advertía un popular poema de antaño: “si te comparas con los demás, te volverás vano y amargado”. Peor aún, a veces nos empeñamos en querer conectar y controlar al mismo tiempo, fuera de toda lógica: “Quisiera ser como los demás, para sentirme aceptada, pero si bajo la guardia ¿Qué tal si se aprovechan de mí?”, que es como querer meter el freno de mano cuando vas en el carro a todo lo que da.
Para evitar los bloqueos provenientes del afán de control del ego, es menester situarnos en la frecuencia del amor, entendido como energía universal reparadora, para garantizar los momentos de conexión emocional que nutren nuestro ser interior y posibilitan la cercanía con nuestros semejantes. “La conexión, junto con el amor y el sentido de pertenencia, es la razón por la que estamos aquí y es lo que provee de propósito y significado a nuestra vida”, apunta Brown.
Habiendo explicado la importancia de la conexión emocional, estamos listos para describir los tres niveles de liderazgo y el lugar que se le concede a la misma en cada uno de estos estados del ser. Le he puesto nombre a cada nivel siguiendo la metáfora de una casa para facilitar su comprensión. Al nivel inferior lo identifico como liderazgo de sótano, al intermedio como liderazgo de planta baja y al superior como liderazgo de planta alta, en el entendido de que no son del todo excluyentes entre sí. Es decir, yo puedo ubicarme cotidianamente en la frecuencia de conexión emocional que caracteriza al nivel intermedio en la “planta baja”, con ocasionales “visitas al sótano” cuando la situación me exija un mayor control de mi equipo de trabajo, y al mismo tiempo desplazarme paulatinamente hacia las bondades de la “planta alta” al sintonizarme más con mis colaboradores para llevar a un mejor lugar a nuestra organización.

LIDERAZGO DE NIVEL SÓTANO: MANTENER EL CONTROL ANTE TODO
El más primitivo de los tres es el liderazgo de nivel sótano, en el que a la/el líder le resulta prioritario mantener un control férreo sobre sus colaboradores. En este nivel no le interesa tanto ser admirada o respetada con tal de conservar el poder, de ahí que hará uso indiscriminado del mismo para sostenerse en la cima de la pirámide organizacional. Por ello, el 90% de sus esfuerzos se enfocarán a intimidar y controlar a otros, y solo un 10% a la conexión emocional interna y con sus semejantes.
Su orientación hacia el control, sin embargo, no necesariamente es de naturaleza negativa. Por ejemplo, si el/la líder es a la vez un gerente, en este nivel de liderazgo probablemente se enfocará en ejercer las cinco funciones básicas de la administración (planear, organizar, coordinar, controlar, ordenar), las cuales exigen una conexión emocional mínima con sus colaboradores.
La sombra del caudillo. Históricamente, este nivel ha sido dominado por la figura simbólica del caudillo, como se da en llamar a aquel que comanda a un grupo de correligionarios, típicamente en las instituciones armadas. “Caudillo” es la adaptación al español de la voz alemana “führer” y la italiana “duce”. Por ejemplo, Francisco Franco se autonombró “generalísimo” y se hizo llamar “Caudillo de España por la gracia de Dios”. En México, los dirigentes revolucionarios fueron en su mayor parte caudillos, empezando por Emiliano Zapata – “El Caudillo del Sur” – y Francisco Villa , y terminando con Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles. A nivel organizacional, por cierto, aún se utiliza el término “capitanes de empresa” para referirse a los dirigentes industriales.
Cuáles son las formas de poder en este nivel. De los cinco tipos de poder identificados por John French y Bertram Raven, en el nivel de sótano los líderes recurren de manera sistemática al poder coercitivo, basado en el sojuzgamiento y la intimidación de los subalternos. De acuerdo con el blog toolshero.es, “el poder coercitivo puede llevar a un comportamiento poco saludable e insatisfacción en el trabajo. Los líderes que usan este estilo de liderazgo confían en las amenazas en sus estilos de gestión. A menudo estas amenazas se relacionan con el despido o la degradación”.
Arquetipo representativo. En su libro “Psicología y religión”, Carl Jung define los arquetipos como formas o imágenes surgidas de los mitos universales. Margaret Mark y Carol Pearson, identifican en “The hero and the outlaw” (El héroe y el forajido) 12 arquetipos que han sobrevivido en las sociedades modernas. De los 12, soy de la opinión que el arquetipo GOBERNANTE es el que más cercanamente simboliza al líder propio del nivel sótano. A este arquetipo le anima el propósito de ejercer su poder personal sobre sus semejantes. Su frase característica es: “me gusta estar en control y ayudo a la gente a sentirse segura”. Su meta es estar al frente de una comunidad próspera y exitosa, en la que pueda ejercer su liderazgo; su virtud es la responsabilidad; su riesgo es convertirse en un individuo autoritario y su vicio es la tiranía.

Estructuras organizacionales propias de este nivel. Gareth Morgan, autor del libro “From bureaucracies to networks” (De las burocracias a las redes), describe varios tipos de organizaciones. Soy de la idea de que el nivel de liderazgo sótano corresponde al de la burocracia rígida, cuyo organigrama es piramidal, claramente marcado por las jerarquías, y que entroniza la figura del director general. La línea de mando se debe respetar sin excepciones (los jefes mandan y los subordinados obedecen, no hay más) y la creatividad y la toma de iniciativa no son bien vistas, pues cada quien debe limitarse a su descripción de puesto. Este tipo de estructura funciona mejor en instituciones poco cambiantes, como las militares y eclesiásticas. Metafóricamente, este tipo de organizaciones se ven a sí mismas como máquinas, en la que cada colaborador representa un engrane dentro de su intrincada maquinaria. Es obligación del/la líder controlar el funcionamiento de sus “piezas” haciendo uso de todos los medios a su alcance.
LIDERAZGO DE NIVEL PLANTA BAJA: LOS LÍDERES IRRADIAN CARISMA
En el nivel intermedio, la/el líder recurre a sus dotes carismáticas para sustentar una relación cálida con sus colaboradores. En este nivel los líderes son admirados y respetados por la cercanía emocional que construyen con sus equipos de trabajo. Por ello, el 70% de sus esfuerzos se enfocarán a establecer una conexión emocional consigo mismos y con sus seguidores. Por ello, solo el 30% de sus acciones se orientarán a llevar el control de las operaciones diarias, en el entendido de que delegarán en los mandos medios el grueso de dicha responsabilidad. Su propósito principal es guiar y hacer crecer a su gente. Ejercen su autoridad de manera sutil gracias a la magia personal que los caracteriza. Entre los líderes carismáticos más importantes se encuentran personajes como Nelson Mandela, la Madre Teresa de Calcuta, Evita Perón y, más recientemente, Barack Obama.
Formas de poder características de este nivel y arquetipo representativo. De los cinco tipos de poder de French y Raven, en el nivel planta baja los líderes recurren principalmente al poder de conexión, surgido de sus cualidades personales. De entre los arquetipos identificados por Mark y Pearson, en este nivel destaca el arquetipo del PROTECTOR o la PROTECTORA. Es un arquetipo de socialización que basa su influencia en su capacidad de nutrir emocionalmente a sus semejantes para infundirles paz y tranquilidad. Su frase característica es “me preocupo por los demás y ayudo a la gente a sentirse segura”. Su meta es proteger a los vulnerables; sus virtudes son la compasión y la generosidad; su riesgo es preocuparse de más por los demás en demérito de sí misma y su posible vicio es llegar al extremo del sufrimiento moral intenso
Estructuras organizacionales propias de este nivel. El nivel de liderazgo de planta baja es más bien propio de las organizaciones basadas en proyectos, en las que los líderes delegan buena parte de sus actividades básicas a equipos independientes, cuya misión es echar a andar o dar continuidad a proyectos específicos. Los líderes funcionan como una plataforma que da soporte a dichos proyectos. Las organizaciones de esta factura le apuestan al dinamismo y a la innovación continua en sus equipos de trabajo. Metafóricamente hablando, estas organizaciones se visualizan como seres vivientes, de ahí que se preocupen por el crecimiento y desarrollo de sus integrantes, así como por la evolución y transformación de ellas mismas.

LIDERAZGO DE NIVEL PLANTA ALTA: ESPACIOS PLURALES DE CONCIENCIA
En el nivel superior de liderazgo no podemos hablar ya de líderes individuales como tales, sino de espacios comunitarios en los que integrantes selectos de diversas áreas y niveles de la organización ejercen un liderazgo de conjunto, que es avanzado y dinámico, y orientado a la toma integral de decisiones. No entraré aquí en mayores detalles sobre el funcionamiento de este nivel, ya que en el número anterior de Talento Empresarial Magazine abordé este tema a fondo en el artículo “Llegaron los tiempos del liderazgo de conciencia compartida”, que puedes consultar en https://talentoempresarialmagazine.com/ Me referiré aquí, sin embargo, a aquellos factores que te permitirán comparar este nivel con los dos antes descritos.
Arquetipos representativos. De los arquetipos identificados por Mark y Pearson, en este supremo nivel de liderazgo destacan dos arquetipos: el del CREADOR/CREADORA y el del GESTOR/GESTORA. El primero, porque el equipo de liderazgo debe abrir caminos hacia la innovación organizacional, y el segundo porque opera con redes de apoyo, que coadyuvan a gestionar estrategias y acciones. La frase característica del arquetipo del creador/creadora es “aporto ideas frescas”; su meta es idear un propósito que nos lleve a un lugar distinto; sus virtudes son la creatividad y la imaginación, y su deseo es el de crear cosas de valor duradero. En cuanto al arquetipo gestor/gestora, su frase característica es “disfruto relacionarme con otros y ayudo a la gente a sentirse en comunidad y apreciada”; su meta es formar parte de grupos dinámicos; su virtud es la empatía, y su deseo es el de conectarse con otros.
Generación de ambientes de alto desempeño y seguridad psicológica. El liderazgo del nivel planta alta propicia la formación de equipos de alto desempeño, que habrán de llevar a la organización a un lugar diferente. Marcial Losada, una autoridad en el tema, describe así la manera en que los equipos de esta naturaleza se contemplan a sí mismos: “Tenemos un enfoque positivo, hablamos y nos sabemos escuchar, y le concedemos igual importancia al estado interno de la organización y a la manera en que esta se relaciona con los múltiples entornos de los que forma parte”. Un sello característico de estos equipos es que funcionan en un ambiente de seguridad psicológica, en el que las personas sienten que pueden ser ellas mismas, por poseer la certeza de que no serán castigados o humillados, pero sí comprendidos y escuchados. En una de sus investigaciones, la doctora Brené Brown presenta el testimonio de una persona que forma parte de una organización que opera en este nivel superior de conciencia: “Puedo ser yo misma cuando sé que estoy con gente que reconoce la intrincada e innombrable conexión espiritual que constituye el sentido de humanidad compartido”.

Si perteneces a una organización como esta, no me cabe duda de que la modalidad de liderazgo que a ustedes los caracteriza se ubica ya en el nivel planta alta. Si no es así, este testimonio será el punto de referencia al que tu comunidad organizacional podría y debería aspirar para llegar allí.