Cualquier emprendedor ha vivido la experiencia de ser el todólogo de su organización, pero…
¿Hasta cuándo es bueno seguir siéndolo?
Cuando se inicia el negocio, el emprendedor es el responsable de que las cosas sucedan. Por lo que es normal que éste sea el vendedor, quien fabrica, el personal de mantenimiento y hasta el CEO de su organización; el haber realizado todas estas actividades, le permite tener dominio de su empresa y suelen legitimar su rol como dueño, dándole el empuje que necesita la organización para sobrevivir sus primeros años.
Conforme el negocio empieza a funcionar, el emprendedor se verá en la necesidad de integrar más personas y es la misma experiencia, su pasión y empuje lo que mantendrá motivado a su personal y lo posicionará como líder (o súper héroe) de su organización, ya que es capaz de resolver cualquier situación sin importar el área en el que se encuentre involucrado. Sin embargo llega un momento en la vida de todo negocio en que dicha actitud llega a convertirse en el principal lastre para el crecimiento tanto de la organización como del mismo emprendedor.
Para poder entender mejor esto es importante partir de la definición de las palabras, y el ser un todólogo (como bien lo dice la RAE), es aquella persona que cree saber y dominar varias especialidades. Y en esta definición encontramos la razón por la cuál el Emprendedor necesita dejar de ser un todólogo y convertirse en un director.
El emprendedor todólogo, al creer que sabe y domina todas las áreas de su organización, suele destinar tiempo a actividades que comienzan a ser cada vez menos valiosas, y en muchas de las ocasiones, descuidando aquellas que realmente son importantes para el negocio. Estas actividades poco a poco se comenzarán a volver dolores de cabeza para el dueño, pero este no es el principal problema, ya que tarde o temprano comenzarán a convertirse en problemas par ala organización, reflejándose en el cliente, reduciendo su satisfacción y en el peor de los casos provocando la pérdida de estos en un futuro no muy lejano.
Para saber si aún eres el todólogo de tu organización, será importante que comiences a hacerte algunas preguntas: ¿Has perdido clientes? ¿No pudiste visitar, atender o enviar alguna cotización a algún cliente por estar haciendo otras actividades?, ¿Pasas demasiado tiempo en actividades administrativas? A pesar de tener empleados ¿Crees que nadie sabe hacer las cosas como tú?, ¿Todos tus empleados te abordan al llegar a tu oficina?, ¿No se toman decisiones a menos que las apruebes?, ¿No puedes tomar vacaciones porque tu negocio se vuelve un caos?, ¿No puedes iniciar una nueva empresa porque tu negocio actual te necesita?
Si contestaste si a más de dos de estas preguntas es porque en algún grado sigues siendo el todólogo de tu empresa y vale la pena que comiences a tomar las riendas y te vuelvas realmente en el director.
Pero ¿Qué significa ser el director de una empresa? El Director de una organización es aquella persona capaz de dirigir, es decir que es capaz de llevar algo hacia un lugar señalado, gobernándolo, dando reglas y orientando a su equipo para articularlos de manera armónica y alcanzar los objetivos establecidos.
Es en esta misma definición donde tendrás que comenzar a cuestionarte si estás dirigiendo realmente a tu organización. El ser director de tu empresa, requiere en primer lugar de tener claro cuál es el objetivo que se quiere alcanzar, realizar un análisis de las estrategias que se tomarán y tener un control estricto sobre la administración de la empresa. Si un control, es decir comprobar, es inspeccionar, asegurar que las cosas sucedan pero sin que tu tengas que hacerlas.
Para esto será importante que comiences a capacitarte y capacitar a tu personal, ya que la única manera de hacer sostenible el crecimiento de tu empresa, es incrementando las habilidades y capacidades de su gente (incluyéndote). Un siguiente paso será comenzar a delegar, pero con claridad en las funciones y objetivos de cada uno de los puestos. Estas dos acciones, aunque en un inicio te demandarán más tiempo y esfuerzo, son las que a la larga te permitirán liberar tu tiempo. Lo que a su vez provocará que puedas enfocarte en dirigir y realizar las actividades que generan más valor a tu organización y poco a poco dejar de ser un todólogo.
El mejor momento para comenzar a ser director y dejar de ser un todólogo es ahora, así que decide tomar acción, toma las riendas de tu negocio y llévalo a donde siempre haz querido llegar.
Carlos Dotor Cacho
Mentor, speaker y emprendedor. Apasionado del Marketing y las Empresas Familiares. Estudió la Licenciatura en Mercadotecnia y la Maestría en Administración en el Tecnológico de Monterrey. Profesor de materias de Emprendimiento, Mercadotecnia y Empresas Familiares en nivel universitario y maestría. Actual Director de la Incubadora de Empresas del Tecnológico de Monterrey en Toluca.