BAJAVIÓN: Made in chinga

Qué tal, estimado lector. Me da gusto volver a encontrarme con usted después de todo el merequetengue que se arma por las fiestas decembrinas, porque no nos organizaremos para dar un golpe de Estado, pero ¿qué tal nos salen los mitotes y las posadas? En fin, cuénteme a usted cómo le fue, ¿disfrutó? Yo abrí más tamales que regalos. No es queja.

Superando la cuesta y hasta el “Blue Monday”, el mes de enero finalmente terminó después de haber durado más que la lucha de AMLO por la presidencia, más que el porfiriato, más que el 90’s Pop Tour, más que el amor que un día me juraron, vaya, más que yo sin regar el tepache… Bueno, cualquier cosa dura más que lo que yo me tardo en regar el tepache.

Apenas estábamos en plena partida de Rosca de Reyes cuando nuevamente salió a relucir el tema de la creación de la Guardia Nacional. Nomás no le vaya a echar también la culpa a Andrés Manuel de que por esta noticia se tragó el niñito Jesús que le salió en su pedazo de pan, cuando todos aquí sabemos que se jodió media dentadura tratando de masticar el plástico del mono con tal de no pagar los tamales di’ora del pasado 2 de febrero…

Siendo el tema de la inseguridad uno de los principales problemas, si no es que el principal, que enfrenta México, el pasado 1° de julio de 2018 llegó Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México con una ventaja electoral nunca antes vista por algún otro mandatario en la historia del país.

¿Y por qué vuelvo a hacer énfasis en la forma en la que llegó nuestro actual presidente a la silla? Porque el 2018 fue considerado el año más violento del que hubiera registro, contexto que evidentemente influyó en la decisión del votante teniendo como opción las promesas de campaña que traía consigo López Obrador: acabar con la violencia y desmilitarizar el país. Me pregunto si hay quien alguna vez creyó que fueron los “ninis quienes llevaron a mi cabecita de algodón al poder, a cambio de su pensión. De que los hay, los hay.

Con una clara falta de estrategia para el combate de este mal que golpea cada vez más fuerte al país, es probable que cuando AMLO vio de cerca el monstruo se le haya caído el calzón y prefiriera seguir con lo que por sexenios criticó: el ejército patrullando las calles. Decisiones “made in chinga” porque ahora sí que no son enchiladas, ¿vea?

Aunque la polémica ley ya avanzó en la Cámara de Diputados, y próximamente en el Senado, las organizaciones de Derechos Humanos insisten en que la militarización del país no resolverá el problema y que además agudizará las violaciones a los derechos humanos. Y nadie refuta o corrobora la crítica, puesto que la iniciativa parece no tener ni pies ni cabeza. Mientras tanto, la violencia aumenta y se expande.

Largas jornadas de debates y consultas sobre el tema en las comisiones y en el Pleno han servido para lo que le sirve una bicicleta a un pez, o un hombre a una mujer. Exacto, pa’ nada. Hasta el día de hoy nadie está contento con el resultado, ni siquiera el mismo presidente, y pues todo mal en un tema en el que no debe haber margen de error. Where is the sensatez? ¡Alguien haga algo, antes de que nos termine de cargar la chingada! Pobre de nuestra Constitución, ya está más tocada que iPad en Apple Store.

Santo Niño Huachicolero, que se arregle pronto este mugrero

Y mientras que el tema de la Guardia Nacional avanzaba en la Cámara de Diputados el país estaba paralizado —a huevo, o sea, a fuerzas pues— en las filas hacia la gasolinera para cargar que sus 100 pesos de Magna, para checarle que su agua al carro, bueno otros que resultaron más jodidos se tuvieron que chutar varias horas en la cola para llegar al establecimiento a fin de poder echarle aire a la llanta de su bicicleta… *inserte aquí un silencio sarcástico*

El problema del robo de combustible, conocido coloquialmente como “huachicoleo”, no es nuevo. Sin embargo, como muchas cosas en este país, en los últimos años el mal se dejó ir como “Godínez” en quincena escalando a tal grado de equipararse con el cochino tráfico de drogas tanto por los daños económicos y por la violencia que genera, así como por los actores implicados en el delito, entre bandas criminales, gasolineras, empleados y exempleados de Pemex, etc.

A finales del mes de diciembre, el gobierno de la cuarta transformación echó a andar la estrategia para combatir la “ordeña” de ductos. Llámeme chaira, morenaca, amlover, pero que yo recuerde (y tampoco es como que tenga tanto que recordar a mis escasos ventisiempre años) es la primera vez que el gobierno federal encara un problema de tal magnitud: AMLO, MALO, AMOL, o como quiera llamarle, se soltó el greñero y mandó a cerrar las válvulas de cuando menos cuatro de los 13 oleoductos de Pemex con el objetivo de evitar que las bandas de huachico(u)leros siguieran extrayendo la gasolina. Con esta medida se interrumpió el suministro de este combustible a varios estados de la República, siendo el Estado de México, Michoacán, Guanajuato, Aguascalientes, Jalisco, Querétaro y Tamaulipas los más afectados.

La estrategia del gobierno de cerrar los ductos a la gacha no fue la más sensata, así como tampoco la falta de comunicación del gobierno con la ciudadanía para explicar, ´ora sí que “con los pelos de la burra en la mano”, las implicaciones que la abrupta decisión tendría y en cuánto tiempo se solucionaría, pero mire, mientras no nos falte gasolina los domingos, día de estar con el Señor… de la barbacoa, el desabasto no ha de estar tan peor.

 

100 mexicanos dijeron

¿Usted está a favor o en contra de que se encarcele a Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón o Vicente Fox? Pues prepare su bolígrafo y vaya buscando promociones por traer el dedo marcado en señal de que sí voto, porque se estaría cocinando oootra consulta ciudadana pero ahora para decidir el futuro de nuestros expresidentes.

Yo le voy a ser bien sincera. Póngale usted que ganemos la consulta con todo y su modificación para que ésta tenga carácter vinculatorio y fundamento legal. Ajá, ¿y luego? Ahí tenemos a Luis Echeverría, acusado y exonerado por el genocidio del 68. Es básicamente ponerse a las patadas con Sansón.

Si lo piensa bien, la idea del “borrón y cuenta nueva” o “punto final” no es tan descabellada tomando en cuenta que “es tan corto el amor y es tan larga la lista de tus chingaderas”; el castigo ya se vio en las urnas y mucha parte de los cimientos rumbo a la construcción de un nuevo régimen libre de corrupción nos toca a nosotros los ciudadanos. Y si no sabe ni cómo se prepara una mezcla, ya no digamos echar una loza, en YouTube hay muchos tutoriales. De nada.

Lo que a mí me deja pensando, y rescato de este tema, es que con tanta chingada consulta este sexenio ya parece médico familiar del IMSS, además de que para lo único que servirán sus resultados será para justificar y legitimar decisiones que son muy difíciles de tomar por su carácter radical. Si mi cabecita de hisopo pendejo, pendejo, no es.

Sí, terminó enero, pero dando paso a febrero loco y marzo otro poco.

Bitácora de una prisionera

A nosotros los poetas poco nos importa el desabasto de gasolina porque nuestro único combustible es la sonrisa de nuestras musas… Y porque muchos no tenemos carro.

 

Por: Roble Limón