Solemos creer que el primer paso para poner un negocio es tener una buena idea, cuando lo verdaderamente importante es tener claro el problema que vamos a resolver.
¿Qué negocio pondría? o ¡Tengo una idea de negocio! Es lo que solemos decir cuando expresamos nuestro ferviente deseo de cumplir el sueño de ser nuestro propio jefe. Imaginas cómo será el producto o servicio, hablas de lo magnífico que será, le pones nombre y somos capaces de crear logotipos y nos apasionamos tanto al grado que te llega a dar miedo que los demás lo escuchen por lo maravilloso que creemos que será. El emprendedor se enamora de su idea y éste es el primer problema al crear una empresa.
Debemos entender que la clave de los verdaderos negocios nunca estará en la idea, si no en el mercado al que te diriges, los problemas a los que se enfrentan y la manera en que le das solución. Por eso, antes de dedicar tiempo al desarrollo de una idea de negocio y trabajar en ella, deberías dedicar tiempo a observar tu entorno e identificar las verdaderas oportunidades de negocio; las cuales se dan al resolver la ecuación: problema + mercado = solución.
Es por eso que cuando quieras poner una empresa, debes dedicarle tiempo a encontrar y entender los problemas que hay a tu alrededor, para tener muy claro el por qué la gente está dispuesta a comprar tu producto o servicio.
Para poder encontrar el problema, un primer paso es personificar y describir a tu mercado. Es decir identificar un grupo de personas con características comunes que tengan situaciones que les generan algún tipo de frustración o inconformidad en su dia a dia. El personificarlo y describirlo, te dará las bases par ubicarlo y por tanto cuantificar el tamaño de tu mercado, determinando así la cantidad de personas, empresas u organizaciones, que atraviesan por estas situaciones y así podrás dimensionar el tamaño que tu negocio podría llegar a alcanzar.
Es importante que cuando buscas un problema no partas de “tus problemas” y mucho menos afirmes que lo que tu vives es la realidad de todos los demás; es por esto que una vez que identificas y cuantificas el mercado, puedas estar en contacto directo con él, para poder analizarlo pero sobre todo entenderlo, y así poder dimensionar el nivel de dolor o frustración que genera en el consumidor; ya que debemos entender que no todos los problemas duelen igual y el verdadero reto es encontrar aquellos problemas que son realmente importantes y urgentes de resolver para el mercado. Si logras empatizar y entender de buena manera al consumidor, tendrás las bases para encontrar el factor diferenciador de tu solución, además de ser la guía para el establecimiento del precio de tu producto o servicio.
El encontrar en primer lugar el problema (antes de centrarte en tu idea o solución), te dará una visión más amplia, permitiendo explorar un panorama mucho más grande de posibles soluciones que puedan ser mucho más rentables, replicables y escalables; incrementando de manera importante la probabilidad de éxito de tu emprendimiento.
De manera sencilla, esto lo puedes lograr al tener la respuesta a las siguientes preguntas: ¿Qué problema resuelvo?, ¿Cuántos y quienes tienen el problema? y ¿Qué tan grave es el problema?. Si las respuestas a estas preguntas son alentadoras, estarás listo para dedicar tiempo (ahora si) a desarrollar una gran idea de negocio.
¿Y tú ya tienes problemas para emprender?
Carlos Dotor Cacho
Mentor, speaker y emprendedor. Apasionado del Marketing y las Empresas Familiares. Estudió la Licenciatura en Mercadotecnia y la Maestría en Administración en el Tecnológico de Monterrey. Profesor de materias de Emprendimiento, Mercadotecnia y Empresas Familiares en nivel universitario y maestría. Actual Director de la Incubadora de Empresas del Tecnológico de Monterrey en Toluca.