Bajavión: ¡Wey, pon Tusa!
(Tusa-lud emocional primero, carnal)
Por: Roble Limón
¿Qué abismo, estimado lector? Tochos vientos por Acámbaro, todo Carmela, ya se la Chayo. (Traducción para los que no son barrio: ¿Qué ha habido, estimado lector? Todo bien por acá, todo calmado, ya se la sabe.) Después de esta consulta exprés al diccionario urbano, le saludo con mucho gusto. Pues 2019 habrá sido un año medio gacho, pero por lo menos no tuve hijos ni me puse una de esas diademas gordotas de moda, de temporada. Para gordas nomás las que me almuerzo y, por consecuente, pues yo.
¿Cómo va su 2020? ¿Ya la regó machín y ya quiere que llegue el 2021? No se desanime, aunque ya esté bien encaminado el año siempre vale la pena darnos un momento de reflexión para recordar aquel proverbio chino que dice: “朣楢琴执执 瑩浻牡楧硰执执獧浻牡楧敬瑦朣杢执獧扻捡杫潲湵 潣潬昣昸昸慢正”… Yo casi lloro en la parte en la que dice: “牡楧敬瑦朣”, ahí fue donde me cayó el veinte … No cabe duda, y uno quejándose por banalidades. Muy cierto, amén.
Año nuevo, tiznaderas nuevas. Y si mis cabañuelas no me fallan, usted, yo, y hasta los exduques de Sussex, haremos pura pendejada lo que queda de este 2020. Por cierto que “embeses”, como dice el meme, pienso que el cromosoma número 1 es el de las pendejadas porque por éstas no paramos y todos las traemos como incrustadas en nuestro ADN, mire usted que renunciar a la realeza… Con ganas de decirles a la Meghan y al Harry: “Mijos, cuando el hambre entra por la puerta el amor sale por la ventana, agarren la onda mis hijos ya están grandes. Amigos, dense cuenta.” … Síganme para más terapia de pareja… No se crea, uno no es interesado y en ésta mi casa, su casa… (pausa para que diga “gracias” …) … vivimos pura gente decente, decentones somos; tendremos necesidad, pero robateros ni interesados no somos. Ya para cerrar el tema éste de la realeza, que honradamente a mí me parecen términos y prácticas muy arcaicas, lo último que quiero comentar al respecto es que una vez más se comprueba: “El gallo será muy gallo, pero la gallina es la de los huevos”. PERIOD. (“PUNTO”, por si Santo Clos nunca le trajo El Mundo de Inglés de Disney).
Y hablando de que ya le cayó a uno el 2020 pienso que a la costumbre —típica y muchas veces vacía— de desearnos que su prosperidad, que su amor, que su salud, no estaría de más agregar deseos de salud mental y bienestar emocional. Oiga, por cierto, ¿hasta qué día debe decir uno “Feliz Año” cuando saluda? Ahí tiene que yo como para los días 20 de enero sigo cerrando los correos electrónicos con una felicitación aunque, como dije antes, nomás vacía y nomás por convivir porque al chicle todos a quienes les escribo correos es con fines laborales y pos ni que me cayeran tan bien, la verdad… Bueno, el punto es que debemos dejar de encomendar nuestro bienestar financiero, amoroso o emocional a un color de calzones y, neta, agarrar la onda de que quienes estamos con nosotros 24/7 somos, ni más ni menos, nosotros mismos; procurémonos armonía, positivismo, permitámonos llorar, rabiar, pero también resolvamos en lo individual nuestros pedos para no cagarla en lo colectivo. Hasta me da chingadera escribirlo, pero: normalicemos sentir.
Lo ocurrido el 10 de diciembre en el Colegio Cervantes de Torreón abrió una grieta en mi corazón justo al lado de la que se hizo tres años antes, en el 2017, por un caso similar acontecido en Monterrey. Un día equis, como cualquier otro, te despiertas con la rutina de siempre: pones el café, te metes a bañar y agregas música de fondo para terminar de desapendejarte y agarrar buen ánimo, recurres al maquillaje para que te aliviane la cara de chancla que traes; mientras conduces al trabajo, vas pensando en la junta que no quieres tener, en el reporte que no has entregado y en lo que, además, tienes que hacer por la tarde. Prendes la computadora, antes de abrir el Excel para terminar el reporte entras a tus redes sociales y, ¡pum!, tus quejas porque te ganaron tu lugar habitual de estacionamiento desaparecen al leer un titular que sacude, de golpe, tu ridícula realidad: Menor mata a maestra, hiere a compañeros y se suicida. Inmediatamente te llega la culpa, te sientes responsable. Si de plano nada te han enseñado los años, estigmatizas, señalas y condenas.
Qué duro que tengan que ocurrir situaciones tan cabronas para hacer introspección y replantearte el qué estás haciendo para que este sea un mejor lugar no para ti, sino para quienes se quedan. Sí, papás pónganse al tiro con lo que ven, dicen, hacen, sienten, piensan, sus hijxs. Pero yo creo que no es solamente jale de los papás. Lxs niñxs son nuestrxs. No hay algo que me parta más que dejar de ver la inocencia y dulzura en los ojos de lxs niñxs, ¿quién tiene el valor de arrebatártelas? Todos somos responsables, no nos hagamos pendejos. El egoísmo es sordo y de vista corta; a veces pierdo el optimismo de que algún día todo estará bien, tengo miedo del futuro, más dudas que certezas y el corazón apachurrado. Mañana será un nuevo día y de vuelta a mi / su / la ridícula realidad.
Recurramos al psicoanálisis, hagámonos veganos ☹, practiquemos yoga o volvámonos runners, leamos, resolvamos crucigramas, pintemos, convirtámonos en “influencer” que le llaman, emprendamos (el carbón para asar unos pellejos), echémonos unas caguamas, ¡pero hagamos algo!; el bienestar y la felicidad vienen en distintos tipos de empaque, es lo chingón y cada quien lo encuentra en donde quiere. Permitámonos sentir, pero también hagámonos resilientes y no se lo dejemos todo a la terapia, a la que, por cierto, no todos tenemos acceso. Como quiera que sea sí conozco a 2-3 banda que, con todo y yendo a terapia, nomás anda viendo a quien embarra de su miércoles de ceniza. Pero a mí no me haga mucho caso, pos si yo soy de las que pensaba que —en la palanca de velocidades— la “R” era de “Reciote”… y ahí voy, enfierrada en “R” y con la pura licencia de Diosito santo.
No quiero sonar como aquellos que dicen que “el pobre es pobre porque quiere”… “el deprimido está deprimido porque quiere”, ¡jamás!… Soy de la idea de que, ante la depresión debe apremiar la empatía. Urge que la Secretaría de Salud se ponga a jalar, urgen redes de apoyo que vayan por la recomposición del tejido social. Seamos, todos, esa red de apoyo que tanto necesitamos.
Podré creer en los horóscopos, pero jamás en los políticos
“Orita no joven; a la güelta, a la güelta, es que llevo prisa” … Ay, ¡qué nervios! Ya estoy practicando para ora cuando me saque el avión y me agarren los limpiaparabrisas en cada esquina…
¿Cómo ve la nueva puntada de mi Cabecita de Ñeve, López Obrador, esa de rifar el avión presidencial? Una rifa de a 500 varos el número, para 6 millones de boletos. Pero digo yo, achingá ¿apoco todavía nos vas a vender el boleto, mano? Mejor agárrate el padrón del registro civil, o la madre esa en la que estén los nombres de todos los mexicanos, y de una vez haz la rifa, cawn. Pos si a nosotros ya nos costó esa madre, ¿apoco no, estimado lector? Que la quieras tener ahí nomás parqueada, güelito, ya es otro rollo. Es más, por mí quédatela, úsala, pero invita al pueblo bueno cada que tengas viaje a tal o cual destino… Algo así: “Raza, mañana en la mañana salgo a La Chingada, allá en Veracruz; me quedan 87 lugares libres, ¿quién jala? Salimos a las 7:00 a.m. Que les echen lonche porque en la casa se nos acabó el sin orillas, el pan bimbo sin orillas digo, y nomás alcanzó a salir mi changüis” … Es más, ya que andamos emprendedores, deberían ir considerando convertir en hotel boutique de temporada o Airbnb a Los Pinos… Estaría chido, ¿sí o no?
¿Usted qué haría si se lo saca?, diría Juaquín López Dóriga… Qué pasó, qué pasó vamos ay, mi estimado; sin albur, sin albur. ¿Usted qué haría si se saca el avión? Yo no lo he pensado porque honradamente yo no me saco ni los pedorros “gibaweys” de jabones artesanales que hacen los “influencers” en sus redes sociales, cuantimenos el mugroso avión. En el firungado caso de sacármelo, no permitiría que me azoten las puertas y le instalaría altavoces para decir “Pip- pip” cada que quiera pasar, ya ve que ese es el claxon mi raza de bronce, nosotros los mexicanos.
No hay que confundir, estimado lector, los escupitajos con una lluvia de oportunidades. ¡Amáaa, mueva la troka pa’ estacionar mi avión! Hay que irlo decretando, como quera que sea.
Cambiando de tema y continente, aprovechando el mueble (vehículo), me permito hacer una pausa para darle un aviso parroquial: la cabeza de descanso, la de los horóscopos, es real; viera qué buena salí para leer la Carta Astral, cuando quiera le leo la suya. Si le interesa, tire inbox.
´Tá bien… pero bien cabrón, digo. Jeje. Perdimos a Walter Mercado pero nos queda Mhoni Vidente. Llegó el 2020, número cabalístico, y entramos a una nueva era, de cambios, de orden, de reestructura, de progreso y de igualdad entre las clases… pos ya que el presidente legalice la marihuana, ¿que no?
Días antes de terminar el Año Viejo, el presidente de Estados Unidos ordenó la muerte del poderoso líder del ejército iraní Qasem Soleimani. La vidente, en entrevista, dijo que al Trumpetas le encanta la guerra y provocar a los demás. Mija (o mijo, sabe qué será), no se necesita ser 100tífiko para darse cuenta de que al Donald Trump lo que le encanta es chingar.
Total que la cosa no paró ahí y las noticias comenzaron a girar en torno a que los iraníes, ora sí que como novela de Juan Osorio, no descansarían hasta ver arruinados los planes del pelos de elote desatando lo que vendría siendo la Tercera Guerra Mundial. ¡Auxilia! Ahí tiene que agarré mis calzones y salí corriendo al registro civil a cambiarme el nombre a Mohammed, luego recordé que yo ya tengo nombre árabe y que sé hacer muy bien los kebabs y los falafels y que pues prácticamente, para acabar pronto, la Tercera Guerra Mundial a mí no me afectaría porque yo ya estoy muerta en vida desde hace 30 años jeje.
Ya me imagino nuestra participación en este histórico acontecimiento, Dios guarde la hora: desplegándonos cual desfile de las Fuerzas Armadas, con tabla rítmica y acrobacias cual Pedro Infante y Luis Aguilar en aquella joya del cine mexicano “A Toda Máquina”. Evidentemente, y mientras unos se agarran a fregadazos con otros, no faltaría el güey que compone y canta narcocorridos ahí en pleno campo de batalla: 🎶Yo no estoy impuesto que me bujeren la panza y luego el dotor trajo el cuchillo y le hizo el abujero🎶.
Apoco porque lo ven a uno acá, piensan que uno no acá. ¿Sí o no? Pero, principio del formulario como dice La Leyenda: “Si el dicho fuera verdad seríamos más fuertes que Hércules, lo que no nos mata nos hace más fuertes. ¡Ánimo
Bitácora de una prisionera
Madurar es decir “La cagué”, en lugar de “A ver, pérate, es que se me hace que hubo una confusión”. PERIOD.
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