
Insomnio en tiempos de COVID
El insomnio o ausencia del sueño es hoy en día uno de los trastornos más comunes. Desde el inicio del confinamiento se ha producido en consulta un aumento de casos de insomnio en todos los segmentos de edad.
Mayores, adultos, jóvenes y niños están teniendo problemas para conciliar o para sostener un sueño reparador. Y esto es debido a que se han alterado las estructuras que sustentan un buen sueño. El aumento de la preocupación por la coyuntura laboral y económica, el miedo al contagio y enfrentarnos a una situación inaudita de encierro, hacen que el proceso del sueño se resienta considerablemente.
El cambio de ritmo cotidiano también ha alterado los mensajes que vamos enviando a nuestro cerebro a lo largo del día.
Se ha reducido la actividad física, menos exposición natural a la luz solar, al no estar sincronizado con la naturaleza, no tener contacto con ella, nuestro organismo se modifica teniendo consecuencias sobre nuestra parte física, emocional, mental y espiritual.
Mientras sigamos en esta situación debemos seguir unas pautas que se acerquen a nuestra actividad anterior. Hacer ejercicio, vestirse como si saliéramos a la calle y tener el intelecto ocupado y estimulado.
El sueño lo que hace es limpiar nuestro sistema nervioso, mientras dormimos es como si la basura saliera, de tal manera que en la mañana siguiente nos levantamos con energía con esa sensación de descanso de haber tenido un sueño reparador.
Según los especialistas en medicina del sueño, acostumbrarse a tener en mano el móvil, la tablet, los ordenadores y los relojes inteligentes durante la noche es un hábito que puede derivar en un grave problema.

Las pantallas emiten un tipo de luz azul muy intenso que, a corta distancia, inhibe la melatonina endógena, lo que hace que el cerebro actúe como si fuese la luz del día. La luz, que es el principal sincronizador del cerebro respecto a la noche y el día, provoca que la persona no pueda dormir, y su influencia es tan potente que, si se toma un medicamento para el sueño y sigue expuesto a la luz de los dispositivos, el fármaco no hará efecto. En estos casos, es importante tener en cuenta las rutinas que preceden al momento de irse a la cama y tratar de modificarlas tanto como sea necesario.
Pero no es un inconveniente que uno deba dejar pasar el insomnio, como si no tuviera remedio. Gracias a los avances científicos de los últimos años, las unidades del sueño pueden tratar casi 90 tipos de trastornos diferentes y en todas las edades. Entre ellos hay varios tipos de insomnio y conocer cuál de ellos te está impidiendo tener un sueño reparador es fundamental porque no todos se tratan igual.
Ya sé, es mucha información, pero ¿se pueden imaginar que hay más de 90 causas de insomnio?, es demasiado y casi todas tienen su raíz en nuestros hábitos y comportamiento.
Algunas medidas que puedes tomar:
- Reducir el tiempo en cama (si usted se despertó y no puede volver a dormirse, levántese, no se quede en la cama).
- Evite las siestas, el tabaco, el alcohol y el café.
- Evite los ejercicios intensos cerca de la hora de acostarse.
- Evite la actividad intelectual dos horas antes de acostarse.
- Si usted no puede conciliar el sueño, levántese y cambie de lugar. Sólo vuelva a la cama cuando tenga sueño.
- Evite comidas abundantes por la noche.
- Evitar pantallas 1hr antes de dormir.
Dado que muchas enfermedades pueden causar insomnio (problemas respiratorios, cardiológicos, enfermedades reumáticas, trastornos digestivos, apneas del sueño, trastornos hormonales, etc.), el tratamiento en estos casos va dirigido a mejorar estas dolencias y por ende la queja de insomnio.
Hay que evitar la toma de medicamentos sin prescripción médica. Cada caso debe ser individualizado, valorando los beneficios del tratamiento, si este está realmente indicado. En general, el tiempo de tratamiento es limitado para evitar en más de lo posible la aparición de efectos secundarios.
