
Agradecimiento
“Agradecer”: una palabra simple, pero con un significado muy profundo que hoy en día hace tanta falta; una palabra tan pronunciada pero tan poco ejercida con el verdadero significado y sentimiento que tiene y que, además, se merece.
Bien, pues en este artículo me di la tarea de tratar de explicar el verdadero significado del agradecimiento, para lo cual primero revisaremos algunos de los significados de esta palabra:
- Sentir o mostrar gratitud por algún favor o cosa recibida: “le agradecieron su interés”.
- Agradecer supone la estimación que hacemos del beneficio recibido. Reconocer supone la obligación que nos imponemos de corresponder a él.
Ahora bien, ¿Cómo aprendemos los seres humanos a agradecer? Analicémoslo un momento: cuando somos niños, por lo general, nuestros padres nos enseñan a dar las gracias al recibir algo —un regalo, ayuda, agua, cualquier objeto—; la cosa es que al recibir ese algo, inmediatamente nuestros padres nos señalan, por ejemplo, “¿Cómo se dice?”. Acto seguido, decimos la palabra: ¡Gracias!

Haz una pausa para reflexionar: ¿Crees que, a esa edad, 5-6 años, realmente se experimenta un verdadero sentimiento de agradecimiento? Y lo pregunto por el hecho de que nuestros padres, muchas veces, solamente nos enseñan a decir la palabra y no a explicarnos el verdadero porqué agradecer. Es decir, damos las gracias en automático.
Obviamente a edades tempranas es difícil apreciar el valor de lo que recibimos o tenemos en nuestras vidas. Aquí lo importante es enseñar el valor emocional del agradecimiento, a fin de evitar que los infantes tengan que esperar a experimentar momentos críticos para apreciar de verdad aquello de lo que hoy disfrutan en la vida.
Hay dos clases de GRATITUD: la condicional y la incondicional. La primera consiste en sentirse bien cuando las cosas salen como uno espera, pero como no siempre es así, acaba siendo una emoción poco duradera. La segunda consiste en una actitud y un hábito de vida: sentirse bien sin que haya ocurrido algo en especial, es decir, estar agradecido por todo y por nada a la vez. Y al no estar condicionada por ningún otro acontecimiento, ¡esta actitud es la precursora de la felicidad y el éxito personal en la vida!
Si nos diéramos cuenta de cuánta gente realmente está haciendo que nuestro día sea como es —el que barre, el que da las noticias, el que siembra lo que vas a comer, el transportista, los maestros, el sol, la lluvia, etc.—, si dimensionáramos realmente cuánta gente nos influencia directa e indirectamente en un solo día de nuestra vida, no podríamos más que sentir agradecimiento puro, de corazón.

Y para poder expresar ese agradecimiento es necesario estar muy presente de manera que seamos conscientes de las cosas buenas y positivas que nos rodean.
Si, además, damos una mirada hacia el pasado y agradecemos a nuestros antepasados, a los pensadores, sabios y científicos que han enriquecido y hecho más fácil nuestra existencia y seguridad, entonces ese sentimiento de gratitud debería de extenderse hacia los orígenes de la humanidad.
Los psicólogos Emmons y McCollough estudiaron las consecuencias de la gratitud y acabaron concluyendo que tiene profundos efectos en el bienestar físico y también emocional de las personas. También descubrieron que las personas que hacían de esta actitud un hábito de vida se sentían más saludables, más optimistas y más felices con sus vidas. Otros investigadores llegaron a la conclusión de que este hábito mejora las relaciones con las personas y propicia el altruismo, además de ayudar a superar el estrés y las actitudes negativas. Pero uno de los frutos más importantes de la gratitud es que contribuye a generar felicidad.

La maestría en este arte se alcanza cuando uno es capaz de agradecer incluso las dificultades extremas que a cada uno le toca vivir, porque somos capaces de pensar que detrás de cada lágrima, de cada instante de sufrimiento, hay un aprendizaje, una enseñanza que nos convierte en personas más humanas, más suaves y más comprensivas con el abatimiento de los demás. Es lo que se llama “ver lo bueno de lo malo” que siempre existe, aunque cueste reconocerlo en una primera mirada.
10 Frases de Agradecimiento
1. “Si la única oración que dijiste en toda tu vida fue ‘gracias’, eso sería suficiente”.
-Meister Eckhart-
2. “La gratitud se da cuando la memoria se almacena en el corazón y no en la mente”.
-Lionel Hampton-
3. “A menudo damos por hecho las cosas que más merecen nuestra gratitud”.
-Cynthia Ozick-
4. “Debemos encontrar tiempo para detenernos y agradecer a las personas que hacen la diferencia en nuestras vidas”.
-John F. Kennedy-
5. “El verdadero perdón es cuando puedes decir: ‘Gracias por esa experiencia’”.
– Oprah Winfrey –
6. “Nada es más honorable que un corazón agradecido”.
– Séneca –
7. “La gratitud da sentido a nuestro pasado, trae la paz en el día de hoy y crea una visión hacia el mañana”.
– Melody Beattie –
8. “El tributo más elevado a los muertos no es dolor sino gratitud”.
– Thornton Wilder –
9. “La gratitud cambia los dolores de la memoria en una alegría tranquila”.
-Dietrich Bonhoeffer –
10. “Cuando comas brotes de bambú, recuerda al hombre que los plantó”.
-Proverbio chino-
Yo, por mi parte, hoy quiero agradecer profundamente a quienes me permiten expresarme en este espacio; a los creadores de este medio por el cual ustedes reciben mi artículo, pero, sobre todo, hoy les expreso mi mayor gratitud a ustedes, los lectores.
Espero, de todo corazón, que pongan en práctica este hermoso hábito y recuerden que, más allá de pronunciar la palabra “gracias”, hay que realmente sentirla, vivirla y disfrutarla.
Gracias. Gracias. Gracias. Siempre, gracias.