
Hábitats digitales para comunidades de aprendizaje.
Hablar de los ingredientes correctos para diseñar e implementar un programa de formación exitoso es no solo complejo sino también arriesgado; los factores que debemos tomar en cuenta son sin duda los mismos, sin embargo la justa medida en cada entorno es distinto, el balance perfecto no es igual en todos los casos.
Autores como Cristóbal Cobo nos habla de tres ejes generales: Contenidos, Contenedores y Contextos, cuidando que los elementos de los que componemos esta ecuación sean apropiados para la audiencia, acordes a las necesidades de la empresa y sobre todo respondan a los objetivos trazados con anticipación para el programa de formación.
Etienne Wenger, Nancy White y John D. Smith en el libro Digital Habitats nos presentan las distintas formas de construir una arquitectura que responda a las necesidades de cada comunidad y cómo se relacionan entre ellas. Las características de la plataformas, herramientas, funcionalidades brindan posibilidades infinitas desde su configuración o la manera que tenemos de integrar cada elemento, sin dejar de lado que cada elemento influye necesariamente en otro, ninguna funcionalidad trabaja aislada, como el hábitat en el que nos desempeñamos, o como receta de cocina, cada ingrediente o elemento está necesariamente relacionado con los demás componentes de la receta; un hábitat funciona exitosamente no solamente por los elementos físicos que se encuentran en él, funcionalidades en nuestro caso, sino por la manera en que los habitantes (usuarios del mismo) aprenden y toman ventaja de estas funcionalidades para su crecimiento, los elementos que se introducen son adoptados en el ambiente para detonar cambios. Por lo tanto, un hábitat obligatoriamente es dinámico, predefiniendo siempre la relación entre los usuarios y el propio espacio dispuesto para sus habitantes.

Un hábitat construido a partir de herramientas digitales no es distinto, es prioritario comprender las relaciones que tienen sus habitantes (usuarios) para diseñar a partir de sus necesidades y costumbres, adicionando uno a uno los elementos que den respuestas adecuadas a los requerimientos; no se trata de configurar una plataforma, sino de definir las correspondencias y vincularlas de forma dinámica y responsable. La herramienta o plataforma digital con la que trabajemos será transformada en “el hábitat” en el que una comunidad conviva.
En el diseño y posterior construcción de una plataforma de aprendizaje, debemos considerar cuatro elementos base:
– las herramientas que soportan de forma específica cada actividad.
– La plataforma en la que cada herramienta tomará una posición importante.
– Las funcionalidades que darán sentido a la plataforma y herramientas utilizadas.
– La configuración completa de la tecnología sustentando el hábitat, otorgando el sentido de todo en el mismo lugar, con los elementos precisos, no saturado pero tampoco desprovisto.
¿Cómo es que se combinan las herramientas para integrar un hábitat?
El camino para construir una comunidad de aprendizaje a partir de herramientas digitales integradas de forma exitosa, inicia con la descripción detallada de la manera en la que cada comunidad organiza su información e identifica sus propias necesidades; y de como reconoce los límites y las relaciones entre sus integrantes. La forma de organizar la información y las ideas de cada uno ayudan a que el grupo potencialice sus fortalezas y diferencias, se convierten en espacios para aprender juntos, para aprender uno del otro y uno junto a otros, haciendo del trabajo en equipo un ciclo sin punto final. Inician con mucha frecuencia con recursos digitales modestos, que les permiten construir y reinventarse en cada paso, entendiendo el dominio y la práctica que desean como comunidad y exploran juntos las formas de expandirse constantemente.

La idea de la configuración sugiere que cada una de las piezas “hechas a medida” deben funcionar al colocarlas en su lugar, pero esto por si solo no garantiza que los usuarios de la comunidad obtengan una experiencia satisfactoria, es importante responder planteamientos como:
– ¿Los usuarios utilizan solo una clave para acceder a las herramientas correspondientes de acuerdo a su perfil y permisos asignados?
– ¿La información generada desde cada herramienta en individual puede ser transferida, preservada, y protegida en tiempo y desde distintos puntos para crear la historia de la comunidad?
– Como es el look and feel de las herramientas trabajando juntas en la plataforma?
-La navegación es orgánica? Puede el usuario transitar por la plataforma sin perderse en ella?
El diseño de un hábitat digital para construir una comunidad de aprendizaje sustentable en el tiempo depende del cuidado de cada detalle en si mismo por separado y en conjunto. Para Wenger, White y Smith, los cuatro elementos que se consideran en la construcción del hábitat, se convierten a la vez en las perspectivas o caminos sugeridos en la integración del mismo.
- Integración a través de la plataforma. Las personas deseamos encontrar todo en el mismo lugar, el valor del tiempo que toma buscar cobra especial relevancia. RE
- Reconocer las necesidades y circunstancias bajo las que se crea y desarrolla una comunidad deberá otorgar una punto de partida para entregar un elemento que responda de mejor manera a lo que han utilizado, si es más tardado encontrar lo que se busca, no será bien recibida.
- Integración a través de las funcionalidades. La interoperabilidad de cada una de las funcionalidades que conforman el proyecto o hábitat deberá al mismo tiempo motivar y dar confianza a sus usuarios, si existen problemas de carga, retrasos o problemas en la visualización, o es percibido por los usuarios como un experimento será rápidamente abandonado.
- Integración a través de las herramientas. La integración deberá pretender un sólido balance y coherencia entre cada una, integrando fácilmente nuevos desarrollos y actualizaciones, productos cada vez más compatibles y de rápido crecimiento en el mercado.
- Integración a través de la práctica o desde la perspectiva de la configuración. La navegación en la plataforma deberá ser relevante e integrar a los miembros de la comunidad, dando un sentido de pertenencia entre los mismos, y al mismo tiempo la libertad de elegir algunos aspectos desde los individual para hacerlo un especio íntimo y de reflexión.

Prestar atención a los detalles, escuchar aquello que no se dice, observar la dinámica del grupo, tener paciencia, autoconocimiento y automotivación son algunas actitudes indispensables en los miembros de un equipo de diseño instruccional; preguntar, preguntar y preguntar es la única forma de dar respuestas creativas, accesibles y exitosas a las necesidades particulares de una comunidad de aprendizaje que opera a través de herramientas digitales. Diseñar, construir y operar un hábitat digital para una comunidad de aprendizaje dinámica no es seguir una receta predeterminada, sino aprender a incorporar cada requerimiento y cada recurso de forma óptima, en su justa dimensión y en la cantidad adecuada.
Referencia:
Digital Habitats. Stewarding technology for communities.
Wenger, E; White, N; y Smith, J.
CPsquare, 2009.
