Lesiones deportivas

Lesiones deportivas

Actualmente muchas personas eligen como actividad deportiva correr, teniendo previa experiencia en la práctica deportiva o sin conocimiento de la misma, incluso existen diversos grupos de corredores divididos en distintos niveles según las capacidades. Con esta práctica se va crea un espacio en el que la salud es la protagonista, pues dicha actividad ayuda a mejorar la respiración, la concentración, la técnica y, en general, aporta un gran beneficio al estado físico de quien lo practica.

El corredor de fondo suele ser un deportista metódico y cuidadoso. Un poco de sentido común debería de ser suficiente para minimizar el riesgo de lesión. Incluso el corredor de elite tiene las mismas lesiones que el “deportista social”. Correr es un deporte en el que la técnica individual y la forma de hacerlo son determinantes.

Los fallos biomecánicos comprometen la eficacia del movimiento y eso conduce a la lesión deportiva. Por tanto, como son predecibles, estas lesiones deberían de ser fáciles de evitar o prevenir. Cabe destacar cuatro grandes grupos de problemas o anomalías generadoras de lesiones en el corredor:

  •  Anomalías estáticas (es decir, que se nace con ellas, como dismetrías anatómicas, longitud de piernas, genu varo y valgo [piernas en forma de paréntesis o equis]).
  • Las anomalías funcionales (esguinces repetitivos, técnica inadecuada, contracturas musculares, estiramientos, masajes de descarga…).
  • Problemas biomecánicos de pies y piernas (excesiva pronación o supinación, calzado…).
  • Mala biomecánica de la pelvis, una excesiva inclinación anterior o lateral (por escoliosis) o un movimiento pélvico asimétrico.

El running es un deporte individual, es la forma de desplazamiento más rápida. En los últimos 10 años, el interés en participar en un maratón ha aumentado considerablemente. Desafortunadamente, la carrera de larga distancia se asocia con lesiones, especialmente de la extremidad inferior.

Una lesión deportiva es un problema físico debido a una alteración de la integridad de los tejidos que se produce como resultado de la práctica de actividad física o deporte, y que altera la capacidad absoluta o relativa para practicar deporte, independientemente de que se requiera la atención por personal sanitario o que conlleve ausencias o modificaciones en las sesiones de entrenamiento o en las competencias.

CLASIFICACIÓN DE LAS LESIONES DEPORTIVAS

La clasificación permite establecer criterios para tener un adecuado manejo a fin de que, con ayuda de estudios epidemiológicos, se establezcan programas efectivos de prevención. Las lesiones deportivas se clasifican con base en la localización anatómica, edad, sexo, tipo y mecanismo de lesión, para establecer gravedad, tejido afectado, métodos de tratamiento y prevención. 

A su vez, estos padecimientos se clasifican en lesiones agudas y crónicas. Las agudas son aquellas que tienen un inicio repentino (traumático o no traumático) provocado por una caída, choque, mal gesto o una carga que supere los límites fisiológicos. Las lesiones crónicas se caracterizan por un inicio lento e insidioso, con un aumento gradual de las molestias. Son producidas por microtraumatismos de repetición y muchas veces los deportistas continúan entrenando y compitiendo con el problema hasta llegar a un momento que deben detener su actividad deportiva al ir aumentando los síntomas.

La lesión por sobreuso es un síndrome doloroso del sistema musculoesquelético con inicio insidioso y sin ningún traumatismo o enfermedad conocida. El mecanismo lesional más frecuente en los deportes muy técnicos se basa en la repetición de patrones de movimiento similares (salto, lanzamiento) y en deportes de fondo se necesita de largas sesiones de entrenamiento (ciclismo, natación, carreras de largas distancias…) también se observa en deportes de equipo como futbol, baloncesto y voleibol.

Las lesiones por sobreuso se dan cuando el daño tisular aparece en determinado momento y va progresando lentamente sin manifestarse, hasta que más adelante aparecen los síntomas.

Las lesiones también pueden clasificarse según su gravedad:

  • Muy leves (0-1 día), leves (2-3 días), menores (4-7 días), moderadas (8-28 días) y graves (> 28 días).

Las lesiones deportivas pueden producirse por un traumatismo directo o indirecto: el directo es cuando interviene un agente externo al deportista (por ejemplo, el impacto contra un oponente o cualquier objeto relacionado con el deportista) y es más común en deportes de contacto. En el indirecto no interviene ningún agente externo al deportista, sino que se refiere a un movimiento en eversión forzada de tobillo que puede causar un esguince por traumatismo indirecto (Miguel del Valle Soto., 2018).

Otros autores clasifican las lesiones en extrínsecas e intrínsecas. Las lesiones extrínsecas son aquellas que se producen por mecanismos directos y agentes externos como choques, agresiones, sistemas de entrenamiento, equipamiento inadecuado, materiales deportivos, terreno de juego, factores ambientales, etcétera, en tanto las intrínsecas son secundarias a un mecanismo interno, como edad, sexo, composición corporal, estado de salud, coordinación, factores hormonales, etcétera.

Una lesión es recurrente cuando es del mismo tipo y localización que la lesión de origen y ocurre después de que el deportista haya alcanzado la recuperación completa y haya regresado a sus actividades. A una lesión recurrente que se presenta después de los 2 meses posteriores al regreso de sus actividades se le denomina “recurrencia temprana” y si ocurre entre los 2 y 12 meses después de que el jugador regrese a la práctica deportiva total se le denomina “recurrencia tardía”; en cambio, si ocurre después de los 12 meses del incidente se le considera “recurrencia retrasada”. Es muy importante saber diferenciar cuando el deportista tiene una nueva lesión de una recurrencia o una exacerbación.

Las lesiones relacionadas con el deporte se clasifican en agudas (también traumáticas) o crónicas (exceso). Las lesiones agudas se producen debido a un traumatismo repentino (fractura de hueso en la pierna causada por una falta de oponentes en el futbol o una rotura repentina de isquiotibiales durante la carrera).

Las lesiones crónicas se desarrollan gradualmente como resultado de la acumulación de microtraumatismos que es causada por una tensión submaxima repetida.

Según la aparición del dolor, las crónicas se clasifican en cuatro etapas:

Etapa 1: dolor presente solo después de la actividad.

Etapa 2: dolor presente durante la actividad sin afectar el rendimiento.

Etapa 3: dolor presente durante la actividad deteriorando el rendimiento.

Etapa 4: dolor incesante sin retroceder incluso con descanso.

Los corredores son particularmente propensos a desarrollar lesiones por uso excesivo. Las lesiones más comunes relacionadas con la carrera incluyen síndrome de estrés tibial medial, tendinopatía de Aquiles, fascitis plantar, tendinopatía rotuliana, síndrome de la banda iliotibial, fracturas de estrés tibial y síndrome de dolor patelofemoral.

Silvia Vianey Cruz Reyes

Master en Fisioterapia Deportiva

Escuela Universitaria Real Madrid Universidad Europea

Universidad Del Valle de México, campus Chapultepec

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