Aprendizaje interdisciplinario, intergeneracional e intercultural.

Aprendizaje interdisciplinario, intergeneracional e intercultural.

“Puesto que las guerras comienzan en la mente de hombres y mujeres, es en la mente de hombres y mujeres donde deben construirse las defensas de la paz”.

Preámbulo de la Constitución de la UNESCO

En una sociedad que adapta a los cambios constantes y acelerados, el aprendizaje deberá contemplar todas las dimensiones del ser humano, la dimensión física, social, espiritual, cognitiva, comunicativa, estética, emocional y ética, por mencionar en resumen el conjunto posibilidades o capacidades que cada individuo articula para su desarrollo integral. Cada actor del sistema educativo debiera comprender el alcance y responsabilidad en el proceso de formación de todas las dimensiones en su conjunto y de manera equilibrada. 

El cómo o la forma en la que aprendemos está con frecuencia relacionado al “porqué y el qué” aprendemos. Debemos como formadores responsabilizarnos de crear entornos o contextos en los que los individuos puedan aprender unos de otros, valorar y aprovechar mutuamente cualquier diferencia ya sea de género, religión, etnia, identidad sexual, clase social, discapacidad, nacionalidad, etc. Respetar la dignidad de las personas significa brindarles la posibilidad de pensar y decidir por sí mismos, no indicarles qué o cómo pensar. Esto significa crear oportunidades para que los aprendices de cualquier edad o etapa de vida descubran su propio propósito y determinen lo que será una vida floreciente para ellos. Al mismo tiempo, necesitamos construir colectivamente un mundo dónde tales vidas puedan realizarse y esto significa colaborar para desarrollar las capacidades necesarias para mejorar el mundo.

Se requiere para ello impulsar un estilo de aprendizaje que sea a la vez participativo, colaborativo, enfocado en la solución de problemas, interdisciplinario, intergeneracional e intercultural. Un estilo de enseñanza que se integre a los conocimientos adquiridos previamente y continúan a lo largo de la vida, reconociendo las oportunidades únicas de cada edad y nivel de educación.

El aprendizaje activo reconoce la importancia de desarrollar conocimientos tanto conceptuales como procedimentales. Reconoce también la necesidad de comprometerse cognitiva y emocionalmente para cultivar el conocimiento, la capacidad de traducir el conocimiento en acción y la disposición para actuar. Las prácticas de transmisión de conocimiento deberán fundamentarse en aprovechar las generaciones con experiencia, la reflexión y el estudio, todo lo cual necesita ser continuamente revisado bajo las exigencias del presente y necesidades del futuro. Los poderosos motivadores del aprendizaje son la autenticidad (comprender la relación de lo que se aprende con el mundo que habitamos) y la relevancia (comprender la relación de lo que aprendemos con nuestros valores). El aprendizaje basado en proyectos y problemas brinda numerosas oportunidades para un aprendizaje auténtico y relevante y aprovecha nuestro interés intrínseco en conocer y comprender. Estos enfoques son relevantes para la educación en todos los entornos, incluso en entornos informales y no formales, como museos, bibliotecas, campamentos de verano y centros comunitarios, entre otros. Los principios rectores para el diálogo y la acción  incluyen: establecer conexiones más profundas con el resto del mundo, fomentar la colaboración, construir bases éticas, desarrollar la empatía y utilizar la evaluación para apoyar el aprendizaje. Hoy, todos estos hábitats podemos encontrarlos desde lo presencial hasta lo virtual, con cualquier combinación de posibilidades. 

Requerimos formar comunidades de buscadores y constructores de conocimiento que se nutren y contribuyan al conocimiento común de la humanidad, eliminando cualquier tipo de barrera espacial, generacional, étnica, etc. Esto implica pensar en lo que hoy es real y en lo que se puede construir y reconocer que todos los actores del proceso de enseñanza-aprendizaje, formadores, aprendices, gestores, tienen derecho de generar conocimiento y de aprovechar dicho conocimiento en beneficio de su comunidad.

Hoy los modelos de formación más gratificantes o con mejores resultados, se desarrollan en entornos o contextos enriquecidos por un flujo constante de ideas más allá de los límites que las materias o contenidos imponen. Las nuevas formas de enseñanza o transmisión de conocimientos, deben incorporar disciplinas distintas, al igual que los problemas cotidianos de la comunidad y los enigmas del universo, no se deben limitar a las fronteras espaciales, disciplinarias o metodológicas. Sin embargo, como hay muchas soluciones posibles para un problema dado, se deben seleccionar enfoques pedagógicos que también cultiven los valores y principios de interdependencia y solidaridad. El mundo de hoy requiere una educación que nos permita ir más allá del espacio que ya habitamos y que nos acompañe hacia lo desconocido, desarrollando de manera individual a cada ser humano y construyendo un colectivo responsable de sus acciones. 

“Puede haber dos planes de lecciones o unidades curriculares idénticas, pero no hay dos formas idénticas de enseñar. Esta idea insta a la cautela con respecto a algunas de las tendencias de tecnología educativa que están en auge en la ‘industria de la educación global’ ”. Contemplar el complemento humano y un contrapeso a la creciente ubicuidad de los sistemas automatizados que prometen proporcionar caminos preparados para la enseñanza, el aprendizaje o la evaluación es prioritario en todos los hábitats que incorporan tecnología digital para dinamizar el aprendizaje. Cuando se utilicen los recursos digitales, las limitaciones de tales herramientas, no deben perderse de vista, así como los riesgos de construir estructuras de poder que resuelvan algunos de los problemas a los que nos enfrentamos, que que tienden a marginar a quienes “ejecutan” el aprendizaje de manera diferente a los demás. 

La pedagogía debe estimular la imaginación y el pensamiento creativo, y promover la libertad intelectual, que incluye el derecho a cometer errores y aprender de ellos. Los entornos que permiten esta parte del aprendizaje, a veces, en apariencia desordenado, es crucial para desarrollar una verdadera comprensión, empatía, marcos éticos y una apreciación de las diferencias en la comprensión y los puntos de vista. Los formadores de cualquier nivel formal o no formal deben trabajar para crear entornos que permitan a los estudiantes ser vulnerables y libres de temor a ser juzgados cuando se enfrentan a nuevas ideas y conocimientos difíciles. Imaginar, reimaginar, construir, deconstruir, y colaborar juntos para transformar el mundo en un mejor lugar para vivir. 

Reimaginning Our Future Together, A new social contract for education.

UNESCO, 2021.

Digital Habitats. Stewarding Technology for Communities. 

Etienne Wenger, Nancy White, John D. Smith. 

2009. 4

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