Bajavión: Bajan en la esquina…

Estimado lector, disculpe la molestia que le vengo ocasionando. No le voy a mentir diciéndole que soy una exconvicta, o que acabo de salir de un centro de rehabilitación. Las mañas y el léxico son desdendenantes y prefiero escribir en este medio, antes que lanzarme a saquear tiendas nomás así, “a lo Borras”.

¿Entonces qué? ¿Ya los sorprendió lo suficiente el 2017?

Apenas empieza y ya se dejó ir, como hilo de media. El año entró macizo y éste como que sí pensando en “cómo joder a México”.

Amanecimos el domingo primero de enero —deje usted la cruda— con un aumento de más del 14% hasta poco más del 20% al precio de la gasolina, según el tipo. Recordemos que los nuevos precios se mantendrán estables hasta mediados de febrero, para posteriormente irse ajustando diariamente a la alza o a la baja.

Que si “es por nuestro bien”, que si de esta forma se “mantiene la estabilidad del País”, que si “¿qué hubiera hecho usted?”… pues así como van las cosas: no nacer, eso hubiera hecho yo. En fin, esta medida va más allá del incumplimiento de los beneficios que en el 2013 prometía la Reforma Energética, entre éstos la disminución en los precios de la gasolina.

Va de manera un poco más sencilla. A partir de este año, particulares podrán ofertar servicios de gasolineras, entonces se diversificarán los precios, y en 2018 se liberará la importación de combustibles, perdiendo Pemex el monopolio. El costo de este bien será definido por tres factores: El precio del petróleo en el mercado impactado en el costo de la gasolina. También cuánto cuesta transportar y almacenar el combustible recaerá en que el litro de éste sea más caro o más barato. Y por último, pero no por menos menos chingaquedito, el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS).

Entre que son peras o son manzanas, que “malentendimos” el que fue un eje de campaña de cara a las elecciones presidenciales o que si dependiendo de la pedrada será el moretón, será casi imposible que incluso a mediano plazo se reduzca el precio de este bien, tomando en cuenta la falta infraestructura en el País para hacer eficiente a este servicio.

¿Que qué hubiera hecho yo?… De seguir así, al menos ya tengo una opción: pos me pongo a robar. Aprovecho este espacio para agradecer al senador Javier Lozano por la idea. ¿Por qué no se me ocurrió hace seis años que empecé mi vida laboral y a cotizar al Infonavit?, (crédito que —de ser posible—aprovecharé para pagar mi parte del muro). Ahorita estuviera viendo arder el mundo desde Ibiza, y no aquí pensando en cómo esquivar tanto fregadazo, entre trompazo, gasolinazo y tortillazo.

El incremento al precio de combustible rápidamente se ha reflejado en el aumento del precio de bienes y servicios, más no del salario. Uno aquí, pariendo chayotes, y Javier Duarte recostado sobre una cama de miles de millones de pesos… ¿Neta es tan difícil encontrarlo? ¿Por qué les toma tanto tiempo? Digo, ni que hubiera tantos obesos, cara de compungido y con una voz que cause dolor al escucharla, porque se le afigura a uno que lo traen pescado de los tanates al pobre hombre.

Hace unos días el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes, afirmó que durante la gestión de su antecesor se aplicó agua destilada a manera de quimioterapias a niños enfermos de cáncer. ¡¿Qué?!, ¡¿que existe el efecto placebo?!… ¡Avísenme!… Me imagino que cuando llegue Duarte a inaugurar el décimo círculo al Infierno, el Diablo lo rechazará por aquello de que “hay que ser marranos, pero no tan trompudos”.

Sin necesidad de mencionarlo, sabemos que la medida gira en torno al desvío de recursos. Y entonces pienso, si el exgobernador de Veracruz salió tan bueno para recortar gastos ¿por qué no haberlo convertido en titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público?, dependencia que dejó Luis Videgaray en septiembre pasado tras la burdelesca visita del entonces candidato a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, recibido como todo un Jefe de Estado.

Apenas el 4 de enero Enrique Peña Nieto anunció el regreso de Videgaray a la Secretaría de Relaciones Exteriores con la encomienda de facilitar el diálogo entre ambas naciones para que, desde el cambio de gobierno el 20 de enero, se empezara a establecer una relación constructiva.

Para algunos especialistas la designación obedece a la relación que mantiene el ahora nuevamente secretario con algunos miembros del gabinete de Trump, entre éstos su yerno, lo cual facilitaría la comunicación con el presidente de Estados Unidos. Para otros, es un grave error mandar al ruedo a quien “viene a aprender” del tema sobre la marcha, pero que cuenta con la empatía del magnate estadunidense (según Twitter).

Las respuestas a los cuestionamientos que dejan estos temas que, dicho sea de paso, superan la ficción, quedan en el aire. Según yo, 2018 llegará lleno de aclaraciones por aquello de las elecciones federales, pues. Qué miedo.

Bitácora de una prisionera

Total que para no hacerles más largo el cuento, me gasto más de la mitad de la quincena en gasolina y en las suscripciones a Netflix y Spotify. Ahí le va lo chistoso:

La gasolina me la gasto yendo de la casa al trabajo y viceversa. Con tanto trabajo, no me queda tiempo de ver Netflix. En la computadora de la oficina, lugar en donde paso la mayor parte del día, tengo bloqueado Spotify… Bonita carajada. Y no pos sí, si no soy más sonsa nomás porque no estoy más alta.

Tiempos difíciles, y vendrán peores. Hora de despedirme de la holgada vida (económica y emocionalmente hablando) que llevaba hasta antes de que se dejara venir violento el 2017.

Sin joder, jodiendo…

Por: Roble Limón 

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