Hoy en día la demanda de los niños por tener todo cuanto ven en las tiendas va en aumento. Desde muy corta edad, demandan y hasta exigen se les cumpla hasta el más mínimo deseo por poseer objetos de orden material, sean estos juguetes, prendas de vestir, calzado, aparatos electrónicos e incluso de telefonía, muchas de las veces ni siquiera apropiados para su edad.
Pero, ¿a qué obedece está creciente cultura del consumismo? Es innegable que las campañas publicitarias tienen un mayor alcance a través de los medios de comunicación y las redes sociales, que al haber una tendencia de familias más pequeñas ha y también un mayor poder adquisitivo. Sin embargo, es innegable que muchos padres de familia están cayendo en el hecho de compensar con bienes materiales las ausencias, o bien premiar logros u objetivos cumplidos, o incluso proveer lo que ellos en su infancia no tuvieron.
Sea cual sea la razón, es importante que como padres de familia, abuelos o tíos aprendamos a moderar la impetuosa necesidad consumista en nuestros niños; no porque sea malo que pidan se les compre algo, sino porque debemos saber poner límites a las demandas que nos hacen los niños y enseñarlos a moderarse y considerar no sólo el deseo, sino la necesidad, así como la conveniencia de adquirir tal o cual producto, la calidad del producto en sí, las prioridades y sobre todo la liquidez y el estado de salud económico. Esto con el objetivo de formar niños conscientes y responsables que sepan valorar lo que tienen educándolos como consumidores responsables portadores de una nueva cultura.
Escrito por: Christel Martínez Gallardo (MS en Ciencias de la Educación)