ROMÁN EGUÍA

ROMAN

Román es un lagunero nacido en Torreón, Coahuila, donde tiene apenas 11 años residiendo, ya que vivió la mayor parte de su vida en Gómez Palacio y Lerdo, Durango.
Él opina que el acercamiento con el arte uno ya lo trae, en su caso, desde niño siempre ha estado en contacto con el material (papel y colores) al dibujar, hacer trabajos con plastilina etc., la diferencia es no dejar de hacerlo, nació en un entorno que le favoreció, ya que su abuela tuvo una escuela y su mamá era maestra, por lo que estuvo rodeado de libros, cuentos y tenía todo el tiempo para dedicarse a eso.

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Para él el arte siempre fue tan natural y parte de su vida, que nunca le vio como una profesión. Desde muy niño tomó clases de pintura en los veranos, en la casa de la cultura, por lo que toda la mañana y las tardes se las pasaba pintando y luego en el estudio de la casa de su abuela dibujando, pero nunca lo vio como trabajo. Cuando ya tuvo un poco más de conciencia se dio cuenta que era su camino y su vida.

Siguió tomando clases, buscando maestros, aprendiendo porque a él lo que le gusta es encontrar nuevas diversas técnicas ya que es algo que le motiva tremendamente.
Él no se puede definir como pintor o grabador, ya que experimenta y combina las mismas con el conocimiento que ha aprendido, y el talento propio.

Su camino profesional es diverso y en apariencia contrastante, pero en retrospectiva lo que ha estudiado le ha servido para darle ese toque especial a su obra. Estudiódos semestres de arquitectura, psicología, diseño gráficoy comunicación; ese período duró 3 años de su búsqueda por saber que era lo que realmente le gusta. A los 21 años conoce un taller de grabado denominado “chanate” y fue como una especie de epifanía, dándose cuenta que era lo que realmente quería hacer toda su vida. Ese taller lo dieron maestros que venían de la ciudad de México e iban a escoger a 5 artistas de un total de 30, que conformaban el mismo y era para formar maestros aquí en Torreón, él era el más pequeño de todos y dentro de esos cinco estuvo Román; les dieron un curso intensivo de día y tarde, Eguía tuvo la oportunidad en ese momento de dedicarse en tiempo completo a esa formación por 5 años, en ese taller de grabado. Considera que fue su universidad y su carrera profesional, involucrándose con pintores, fotógrafos, grabadores etc. Y aprendió el respeto al oficio, al cuidado de tu técnica, la pulcritud, la dedicación para grabar. Le ayuda mucho su carácter obsesivo en tener su trabajo a la perfección.

Posteriormente lleva un diplomado en diseño de joyería, aquí en Torreón con la maestra Rowena Morales, quien es muy reconocida a nivel nacional. Román llevó ese diplomado más que para aprender joyería fue para aprender las técnicas del grabado en metal, ya que la joyería es el antecedente del grabado en la época antigua.

Lo anterior le brindó un aprendizaje del grabado y empezó a darse de una manera natural esa simbiósis y comienza hacer experimentos e investigaciones en metal, pero con técnicas de joyería. Esas obras las empieza a subir a redes sociales y muchos grabadores de diversas partes del mundo le comienzan a preguntar cómo lo hace.

Durante 10 años, en su comienzo, fue puro grabado en diversos materiales, pero predominó el grabado en metal (cobre).

Su primera exposición la realizó a los 22 años, fueron unos dibujos de unos grabados y que los envió a una bienal denominada “la joven estampa” en la Habana, Cuba. Dicha
bienal es para menores de 30 años y escogen a los mejores de América Latina, resultando seleccionado en 3 bienales seguidas.

Su temática siempre ha sido un autoanálisis, un entendimiento, comprensión, memoria, recuerdos y eso ha sido una constante en su trabajo, la contemplación de las cosas, meditación interna; lo cual lo refleja en sus obras, utiliza el arte para obtener un conocimiento que de otra manera no pudiese ser;

”El inconsciente lo vuelve consciente”

En sus grabados, pinturas y esculturas.

Lo que a él le gusta es estar en un constante replanteamiento de metodologías, es decir, cuando encuentra una forma de hacer las cosas, busca posteriormente una forma distinta de hacerlas, “una fascinación por la dificultad”, busca los retos y eso es lo que lo hace crecer como artista, encuentra nuevas posibilidades y se da cuenta que está haciendo cosas que pensaba que no podía realizar, lo que le provoca una gran satisfacción.
El descubrimiento constante es el camino que a él le gusta y eso lo conlleva al fortalecimiento interno y por consecuencia el de su obra. La honestidad personal con lo que a ti te gusta, te llama, lleva por consecuencia el éxito y gusto de la gente por tu trabajo.
Comenta que esta es una de las razones por la que Picasso fue uno de los artistas más exitosos en el siglo pasado, porque estaba en una reinvención constante.
Entra en una crisis al estar trabajando por muchos años de manera continua el grabado, acababa de ganar la bienal pasada, lo invitan a exponer en la embajada de México en
Madrid, España; regresa a Torreón y expone en el Museo Arocena, siendo el primer artista lagunero en exponer en ese sitio y empiezan a suceder cosas muy buenas con su
trabajo en el grabado, pero ya empezaba a aburrirle porque ya sabía como iba a quedar y ya no le sorprendía, fue cuando decidió a empezar a experimentar en otras técnicas
y fueron muchos años para trabajar con la pintura y la escultura, siendo que de julio a diciembre de 2017 lo invitan a exponer en el Museo José Guadalupe Posada, nombrando
a esa exposición “líneas internas”, por la fascinación de esas incisiones, surcos en la pintura y eso es consecuencia que lo lleva por el grabado y mezcla su conocimiento de esta técnica con la pintura y escultura, es algo que siempre hace por su herencia artística con el grabado.

Es artista por la manera en que resuelve y no por un tema, le gusta más la parte del proceso y del razonamiento, pero como acompañaste el proceso de la pieza y que se quede una parte de ti, que se siga sintiendo que es tuya.

Ante la pregunta si ser artista plástico es negocio y puede ser una empresa, Román Eguía responde con una anécdota:“cuando era más joven, 17 años, estaba en un taller de acuarela donde realicé una pieza y le pregunté a mi maestra ¿Qué en cuánto la podía vender?, se encontraban unas señoras como alumnas y se comenzaron a reír por
mi comentario. Pensé en ese momento que había una diferencia, ya que ellas el pintar lo
veían como un pasatiempo y para mi nació y vi la posibilidad de vivir de esto, siempre lo vi como una forma de vida; y en todo ese tiempo siempre he sido muy respetuoso con
mi trabajo, pensando ¿Qué materiales voy a utilizar?, ¿Cómo lo voy a desarrollar y de qué manera lo voy a vender?, ser siempre muy profesional porque es a lo que me dedico y es mi vida.”

Para Román no planea en el sentido de que quiere hacer algo u otro más adelante, lo que quiere seguir haciendo es su trabajo con honestidad y profesionalismo, que es lo que le va a seguir dando oportunidades y exhibiciones de su trabajo. Por ver su trabajo lo invitaron a dar un taller en Granada, España; pero lo que él quiere es que vean su
trabajo.

Ampliará el manejo de materiales, nuevas escalas, nuevos procesos en su trabajo, cambiar constantemente.
Su obra se puede ver en redes sociales, la plataforma que más le ha funcionado es Instagram, hay que buscar romaneguia y está constantemente subiendo fotos.
En San Miguel Allende, en la galería de su hermano se está vendiendo su obra, el nombre de la galería es me galería.

“El que no se contradice quiere decir que no está pensando, pero contradecirse no es negar lo que has pensado es dudar de las certezas y que vas a tener nuevas certezas, con la plasticidad del cerebro”

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Román Eguía.

Fotografía: Claudia Robles

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