“chairos” vs “derechairos”
¿Qué Honduras con las verduras, que andan bajas las temperaturas? ¿Cómo andamos de lo llovido? ¿Cómo estanques? ¿Qué milanesas? Yo pensé que ya estaban morongas, pero nopales, está bien víboras estimado lector. Pues yo qué le cuento. Pobre, el otro día una morrilla de mi trabajo estaba muy entumida con los pelos todos escurridos desde en la mañana y se puso un calentador en las patas para entrar en calor, y pues ya, todo parecía estar bien, la morrilla ya se veía muy cálida, muy a gusto y todo, cuando redepente se da color de que el calentador estaba desconectado. Y pues esa morrilla soy yo, y no pues si les digo que pa’ verme la cara de pendeja conmigo tengo y me basta y me sobra. Espero que usted esté mejor. ¿Aprovechó este Buen Fin para hacer sus compras navideñas, antes de que nos llegue la
venezualización? Ay de usté.
Por lo pronto le invito a pasar, a ponerse cómodo y a quedarse entre estas líneas, se pone bueno.
Nomás no nos vayan a cambiar la cuarta por la reversa Corrupción (f.) (sust.): Dícese del latín referido a aquello que —tratándose del opositor — atacamos y aborrecemos, pero
que cobijamos y le hacemos piojito en el partido propio.
El pasado primero de julio, según información de distintos medios, Andrés Manuel López Obrador se convirtió en el presidente más votado de la histøeria de México. Aquel día, casi 25 millones de ciudadanos (equivalente a 52.96% de los votos) salieron a las urnas para respaldar al candidato de Morena. Y usted se preguntará: “¿y eso qué tiene qué ver con la Navidad?”, pues que precisamente el encabronamiento, el hastío de corrupción
y de malas prácticas de la clase política del país hicieron que Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) arrasara también en la Cámara de Diputados.
Tres candidaturas y dos derrotas después, en medio de la polémica que si porque la cancelación de la construcción del aeropuerto de Texcoco, que si porque el controvertido plan nacional de seguridad, que si porque la designación de Beatriz Gutiérrez Müller, su esposa —la del presidente, no la suya—, como encargada de la Coordinación Nacional de Memoria y Cultura de México, López Obrador tomó posesión como presidente de México el pasado 1 de diciembre.
Yo como AMLOVE, procuro no echarme pedos más grandes de lo que tengo el fun… (*)…, pues resulta que semana y media antes de su toma de protesta, el ya presidente de los Estaros Uniros Mexicanos por todas las de la ley, anunció un “borrón y cuenta nueva”, un “aquí se rompió una jerga y vámonos todos ALV”, pues aquello de perseguir actos de corrupción previos a su gobierno quedaría solamente en una propuesta de campaña. Pero ay de aquél que durante su gestión ose cometer cualquier acto irregular, porque entonces sí recibirá toda la furia de las autoridades.
A mí no me haga mucho caso, pero tras la polémica, dicen las malas lenguas que el tema también se someterá a consulta ciudadana. Sí, igualito que la consulta sobre el NAIM y sin perder el estilo del mismísimo “100 mexicanos dijeron”.
Y como quiera que sea, y no es por defenderlo, pero sí entiendo más o menos al cabecita de algodón. ‘Tá como cuando tiene uno todo el garrero hecho montaña en su cuarto, se acerca la Navidad y va a recibir a toda la familia de fueras:
Yo: “Ay amá, ¿apoco sí vamos a caber todos?”.
Amá: “’Orita a ver cómo nos acomodamos, como quiera le hacemos, cerrando la
puerta todo es cama”.
Ya con esa cantidad descomunal de ropa arrecholada resulta más fácil ponerle una estrellita en la punta, con miras a que simule un pinito de decoración por las épocas decembrinas, que ponerse a separar las prendas y echar varios viajes a la lavadora. ¿Sí o no, raza?
Total, lo que se vaya a cocer que se vaya pelando. Cada comienzo es una nueva oportunidad de volver a cagarla, digo, no, perdón, una oportunidad de hacer las cosas bien o, por lo menos, menos pior pero, señor presidente, como dijo Hipócrates — médico de la antigua Grecia según Wikipedia
—: “Si no vas a hacer el bien, por lo menos no hagas chingaderas”.
AMLO. Presidente más
votado en la histeria de
México.
“Primero los Forbes”
Líneas atrás me referí a que López Obrador llegaba a la silla presidencial rodeado de escándalos, uno de ellos la cancelación del aeropuerto de Texcoco. Además de las repercusiones financieras que esto tendrá, las confrontaciones de la sociedad han sacado a relucir el clasismo con el que vivimos y convivimos diariamente:
“chairos” vs. “derechairos”.
Entre el 25 y el 10 de octubre se realizó una consulta ciudadana para que la gente votara a favor o en contra de la continuación en los trabajos del Nuevo Aeropuerto de México (NAIM), en el municipio de Texcoco.
Con casi el 70% (69.8%) de los votos se canceló la obra diseñada por el arquitecto
británico Norman Foster.
Lejos de mí el ánimo peyorativo de la estigmatización, pero pos no se levantarán pa’ ir por las tortillas, pero los también llamados “Fifís” (parte de aquél 30% que votó a favor del NAIM; según los medios asistieron aproximadamente 5 mil personas) organizaron una marcha porque “también son pueblo”. Enfundados en sus atuendos negros —de marca— en “señal de luto” y con sus cafés de la sirena en mano, los ofendidos salieron a las calles a condenar los resultados de la consulta organizada por Morena. Y así fue como
avanzó el contingente de la gente decente, porque “chairo, escucha, Polanco está en la
lucha”. Importante destacar que en esta manifestación no se colaron grupos de choque para agredir a los participantes como normalmente ocurre en las luchas de la prole. ¿Le quedó claro de qué lado masca la iguana?
A la gente nos encanta hacerla de pedo, la neta, es nuestra insulina diaria. Muchas
veces andamos en lares que ni sabíamos que existían nomás porque iban a dar de comer, ¿sí o no? No tenga pena de responder, así somos los adultos, así como todos los niños hacen las mismas cosas, así nosotros los adultos, y una de esas cosas que hacemos todos es andar en el pedo nomás porque van a dar de comer, la verdad.
Total, en la marcha antes mencionada llamó la atención, entre muchas, una expresión que nada qué ver con el plan original. Circuló en redes sociales la foto de una mujer sosteniendo una cartulina con la consigna: “No sé quién mordería mi cartulina, si un chairo o uno de la caravana migrante… porque resulta que ambos tienen hambre”. Baia baia, quieren un aeropuerto internacional pero no soportan a los migrantes. ¡Ya cien, doscien, tresciéntese señora!
Todo bien, soy de la idea de “que cada quien proteste por lo que le dé su chingada
gana protestar challenge”, pero estaría bien chido que esa rabia y frustración también la sacáramos a la calle para darle voz a los desaparecidos, a las víctimas de feminicidios, a los pueblos indígenas y a las inversiones extranjeras que nos agarran como destino turístico para venir a hacer su desmadrito o spring break fiscal.
Una nueva historia —o histeria— está por escribirse, “y vendrán cosas peores”, dice
uno de los tres libros que he leído en toda mi vida. Lo que es un hecho es que si mueves las cosas de lugar la gente se tropieza, y se encabrona. Mientras, a seguir trabajando porque “el trabajo dignifica”, dicen tus tíos, mejor conocidos como patrones. Y a ver de a como nos toca, si nos toca.
Fue ella
pero no
se acuerda.
Bitácora de una prisionera
No sentía tanta ilusión de que llegara diciembre desde que Santo Clos me traía cosas. Mestraña que siendo araña, con tantos años que de La Oreja, que de La Botana, que de Ventaneando, que de Historias Engarzadas, que de La Historia detrás del Mito, a estas alturas de la vida no sepan que un Juan Gabriel revive cuando se le dé su chingada gana.
Y pasando a otros temas, ojalá que con la Cuarta Transformación las cosas verdaderamente cambien y que del Buen Fin pasemos al buen fin de la humanidad, la verdad.
Por: Roble Limón