Lectura, un hábito para ejercitar la mente

 La lectura es la capacidad de traducir los sonidos del lenguaje a través de la interpretación de grafías convencionales llamadas alfabeto. Es una actividad que conlleva no solo habilidades cognitivas, sino también motoras, que por su complejidad requiere de ciertos procesos mentales que estimulan el desarrollo neuronal, la automatización motora, el procesamiento fonológico, el lenguaje, la atención, la memoria, el análisis y la abstracción, entre otros; lo que trae importantes beneficios a quien la ejerce. 

Leer en otro idioma desarrolla, además, el hipocampo y la corteza cerebral. Pero, ¿Te has preguntado alguna vez qué sucede en el cerebro cuando lees?, ¿Qué partes del cerebro se activan?, ¿Qué capacidades se desarrollan?, ¿Qué emociones se generan? Veamos qué sucede en nuestro cerebro mientras llevamos a cabo el complejo proceso lector.

De entrada el proceso de lectura tiene un preámbulo, ya que desde que seleccionamos el material objeto de nuestra lectura hacemos conexiones con experiencias o conocimientos previos, o bien, planteamos expectativas sobre el contenido basándonos en el título e incluso generamos algunas interrogantes sobre lo que descubriremos en el contenido del libro, creando cierta emoción en el lector. 

Una vez comenzado el proceso de la lectura, son los ojos los que se enfocan en las diferentes imágenes y grafías y es ahí donde el cerebro utiliza un complejo entramado de circuitos para leer, ubicados en su mayoría en el hemisferio izquierdo. Es en el lóbulo occipital, área encargada de reconocer los estímulos visuales como las imágenes y las formas, donde comienza el proceso de lectura reconociendo las letras aprendidas, para luego enviar el estímulo a las redes neuronales en donde se conecta con el significado de la palabra y con la pronunciación y articulación de la misma, que al identificarlas envían al cerebro la información para ser procesada. 

De lo anterior se deduce que la lectura, además de identificar las grafías y transformarlas en sonidos, consiste fundamentalmente en captar el significado del léxico empleado, desentrañar las ideas expuestas y relacionar todo para comprender su contenido. 

Las lecturas se pueden clasificar de acuerdo a su finalidad fundamental en informativas, de estudio o trabajo y de entretenimiento y cada una exige habilidades precisas al lector.

Es una actividad que, si bien no es muy popular en nuestra cultura, trae consigo importantes beneficios tales como el desarrollo de la memoria visual, el enriquecimiento de vocabulario, el desarrollo de la actividad mental y la imaginación, la expansión a nuevas ideas, el acrecentamiento de conocimientos y cultura general, así como la facilidad para entablar una conversación, entre otros. 

El acercamiento a la lectura es un hábito que debe promoverse desde temprana edad como cualquier otro, pues aun cuando los niños no sean capaces de hacerlo por sí mismos, el hecho de que se les lea y de ver a las personas a su alrededor hacerlo hará que desarrollen el gusto por esta actividad y que sigan el modelo de practicar la lectura. 

Pero, ¿cómo hacer para promover el hábito de la lectura? Los lectores no nacen, se hacen; es por ello que es importante ofrecer las condiciones propicias para formar lectores. Por supuesto, los lectores infantiles tienen requerimientos distintos a los lectores adultos.

Estrategias para fomentar la lectura en los niños:

* Leer al niño todos los días: Desde que nace es importante leerle al niño en voz alta, de este modo crecerá incluyendo la lectura como parte de su rutina diaria.

* Seleccionar libros acordes a la edad, interés y habilidades lectoras del niño: Identifica los intereses y capacidades lectoras del niño para elegir los libros que leerás con ellos.

* Dejar que el niño participe en la elección de los libros o materiales de lectura: Esto le permitirá sentirse importante y mayormente involucrado con el material a leer.

* Promover la lectura como una actividad divertida: Al leer a los niños es importante dramatizar la lectura; además, se pueden promover actividades lúdicas y plásticas relacionadas con el libro, por ejemplo: leerles a los muñecos de peluche, dibujar, modelar con plastilina, hacer títeres, crear libros cambiando el final de la historia o creando sus propias historias, etc.

*Crear espacios de lectura en casa y establecer los tiempos de lectura: Es importante tener un espacio bien iluminado, cómodo y relajante para leer, así mismo es recomendable tener un tiempo de lectura establecido, aunque flexible cuando sea requerido.

*Conversar sobre libros y relacionarlos con situaciones o experiencias de la vida diaria: Promover de forma natural hablar de los libros y sus historias promoverá la asociación positiva entre lo que están aprendiendo con la lectura y su aplicación a la vida diaria.

* Promover la lectura con el ejemplo: Los niños tienden a imitar y esta será una oportunidad de compartir intereses.

Leer, además de beneficioso, es saludable; es como ir al gimnasio, nos mantiene en forma, de ahí que es importante ser constantes para obtener resultados. Al leer la mente cambia de estado, así que un buen libro puede despejar la mente de preocupaciones, angustias, estrés y mejorar el ánimo. También, la lectura permite desconectarse temporalmente de la realidad e incluso viajar a lugares distantes y fantásticos, por lo que favorece la relajación y promueve que los músculos estén destensados llevando al cuerpo a una calma ideal para el descanso. Este hábito, además, fortalece las conexiones neuronales previniendo enfermedades, entre ellas el Alzheimer, por lo que es un hábito que aún como adultos podemos adquirir y practicar a través de algunas estrategias específicas.

Estrategias para fomentar la lectura en los adultos:

* Elegir un libro que te motive a leerlo: Si no sabes por dónde empezar, liga tu interés al género de películas que te gustan y busca algunas opciones.

* Establecer un horario y espacio de lectura: Programa tu cita con la lectura como un compromiso contigo mismo y busca llevarlo a cabo en un lugar agradable, ya sea en casa o fuera de ella.

* Alejar cualquier distractor mientras lees. Apaga la televisión, radio o cualquier otro distractor del que puedas prescindir.

* Dedicar a la lectura el tiempo posible: Sé flexible y empieza por el tiempo que te sea posible, la misma lectura te irá atrapando y llevando a incrementar tus tiempos de lectura.

* Cambiar de libro si no fue de tu interés: La lectura es para disfrutarse, es válido cambiar de libro si no es de tu agrado al empezar a leerlo.

* Disfrutar tu momento de lectura: Asegúrate de crear el ambiente propicio para disfrutar de la lectura en un espacio agradable, iluminado, de temperatura agradable, incluso con la bebida de tu preferencia para acompañar el momento.

*Compartir la experiencia: Conversa con tus familiares y amigos sobre tu lectura y comparte la experiencia.

Tengamos presente que la lectura es a la mente lo que el ejercicio al cuerpo, y no dejemos para mañana lo que podemos leer hoy. A través de nuestro ejemplo promovamos en nuestros niños este bello hábito, haciendo de él una actividad para disfrutar y compartir.

Escrito por: Chris Martínez.

@MartiinezChris

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