SUICIDIO

Expertos indican que la nueva pandemia a nivel mundial será la de problemas de salud mental.

Desde que que inició la pandemia por la COVID 19 se vaticinaba que las enfermedades mentales irían al alza, de tal manera que hoy podríamos decir que vivimos una pandemia que aún no termina inserta en otra pandemia que apenas empieza.

En España, por ejemplo, la pandemia ha deteriorado gravemente la salud mental de sus pobladores logrando duplicar los ingresos hospitalarios a las salas de urgencias psiquiátrica, siendo las tentativas suicidas y el suicidio consumado uno de los exponentes más graves a los que se enfrentan el personal de salud no sólo de España sino del mundo entero.

El suicidio es definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2019) como un problema grave de salud pública, puesto que, de manera general, representa la décima causa más frecuente de muertes en adultos. Peso a ello, el suicidio tiene la cualidad de ser prevenible. En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se celebra cada 10 de septiembre, resulta importantísimo hablar de este complejo, pero doloroso tema que, de ser tratado a tiempo, puede literalmente salvar una vida.

Quien toma la decisión de quitarse voluntariamente la vida generalmente ha llegado a extremos existenciales de profunda depresión, desesperación, pero sobre todo desesperanza, en donde el individuo cree que la única alternativa de solución a esta crisis es el suicidio. Hoy sabemos que la depresión mayor incrementa 15 veces más el riesgo de suicidio.

Por ello es necesario no solo atender los casos de depresión o intentos de suicidio, sino implementar estrategias para la detección temprana de otras enfermedades mentales, abuso de drogas, así como conflictos familiares y/o personales que puedan convertirse en posibles riesgos de suicidio. Como ejemplos podríamos citar que aquellas personas que padecen de trastorno bipolar tienen un riesgo 22 veces mayor de intentar y completar un acto suicida comparados con la población general, y que el riesgo de suicidio es mayor en las minorías sexuales

En los últimos 45 años las cifras de suicidio han aumentado un 60%.

En el momento actual, el problema es de tal magnitud que un millón de personas a nivel mundial mueren cada año por suicidio. Se estima que cada día se suicidan alrededor de 3 mil personas, es decir que cada 40 segundos alguien pone fin a su vida en algún lugar del mundo, eso sin tomar en cuenta que siempre existen registros infraestimados.

De manera generalizada la población más afectada son los adolescentes y los adultos jóvenes. En México, por ejemplo, se suicidan más personas entre los 15 y 24 años, presentándose casos de suicidio en edades cada vez más tempranas, incluso en niños,

El aumento en la tasa de suicidio entre estas juventudes de hombres y mujeres es una tendencia mundial alarmante, probablemente como resultado en el incremento del abuso de drogas y el crecimiento en la prevalencia de depresión. Por otra parte, se ha sugerido, que la representación del suicidio en los medios audiovisuales como el cine y la televisión, así como en espacios noticiosos, suelen ser seguidos por un aumento en los intentos de suicidio y desgraciadamente por suicidios consumados.

En épocas recientes, y para aumentar la severidad de este complejo problema, algunos estudiosos del tema no han dudado en señalar a la pandemia que atravesamos, al confinamiento y a la crisis económica y social que suele acompañarse de falta de oportunidades derivadas de esta contingencia, como una posibilidad para incrementar el riesgo suicida. De tal forma que los estudios indican que a mayor pobreza mayor riesgo de intento y de suicidio completado, por otro lado, se ha observado que entre más alto sea el nivel escolar es menor el riesgo suicidad.

La OMS ha señalado que cada vez aumentan más las tasas de suicidio en adolescentes y adultos jóvenes. Trágicamente el suicidio ha dejado de ser la tercera causa de muerte en personas jóvenes, para desafortunadamente convertirse en la segunda causa de muerte en nuestro país.

Se cree que en un futuro las muertes por suicidio podrían rebasar a las muertes por diabetes.

Cada año en México se suicidan más de 7 mil personas, la mayoría de ellos son solteros o son personas que viven solas, siendo el lugar más habitual para la ejecución del acto suicida el interior de los hogares. Los hombres se suicidan en una proporción de 2-4 veces más comparados con las mujeres. Aunque son las mujeres las que presentan mayores intentos de suicidio, son los hombres los que mayoritariamente logran consumar el acto de ponerle fin a su vida.

El suicidio afecta no solo a la víctima sino al entorno. Las estadísticas dicen que al menos 20 intentan suicidarse por cada una que lo consigue y se afectan al menos 6 personas cercanas. Contrariamente a lo que muchos creen el dolor del suicida que logra su cometido no suele ser pasajero, sino que afectara continuamente a familiares, amigos, personas cercanas e incluso a los médicos que hubiesen podido tratarlo, puesto que esta descrito que la gran mayoría de suicidas acuden a una consulta médica días previos a perder la vida.

Debido a que el suicidio es un desenlace común de muchas enfermedades psiquiátricas y sobre todo ante la sospecha, la súplica o la petición de una persona que pueda parecernos esté buscando ayuda o se encuentre bajo riesgo suicida y aunque muchas veces parezca difícil e incluso vergonzoso es importante preguntar a la persona sobre pensamientos suicidas. El tema puede abordarse con mucho tacto, respeto y tranquilidad mediante algunas preguntas como ¿Alguna vez has sentido que no vale la pena vivir?, para continuar con otras como ¿Alguna vez has pensado terminar con tu vida? ¿Has pensado en alguna forma, método o plan para conseguirlo? Si la respuesta fuera afirmativa en cualquiera de las preguntas anteriores, busque ayuda profesional con un psiquiatra para la persona en cuestión.

Es importante recordar que la contención, la escucha empática, la vigilancia, la supervisión y el cuidado durante la crisis de una persona con riesgo suicidad, así como el oportuno tratamiento psicofarmacológico y psico terapéutico generalmente son claves para salvaguardar la vida y la integridad del individuo afectado

Un ambiente amoroso durante el desarrollo del individuo es factor protector para suicidio, de la misma manera que el tener apego a prácticas religiosas y el adherirse a un tratamiento que incluya psicofármacos y psicoterapia, así como cambios de vida que permitan al individuo la mejoría del cuadro clínico que lo haya llevado a la crisis serán vitales para intentar prevenir un desenlace fatal

No lo olvide: en lo que usted ha leído este artículo, en promedio 12 personas se han suicidado.

“Cuando una persona se suicida la sociedad pierde una oportunidad y una alternativa”. (Fernando Quintanar)

Dr Juan Pablo Núñez Martínez

Psiquiatra

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Bibliografía:

Organización Mundial de la Salud. (2019). Suicidio. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/suicide Organización Mundial de la Salud. (2014).

La otra pandemia: el suicidio. De los Ríos Uriarte María E. https://www.anahuac.mx/mexico/noticias/La-otra-pandemia-el-suicidio

Tratamiento de las lesiones autoinfligidas y el suicidio. https://www.who.int/mental_health/mhgap/evidence/suicide/es/ World Health Organization. (2017).

More than 1.2 million adolescents die every year, nearly all preventable. https://www.who.int/en/news-room/detail/16-05-2017-more-than-1-2-million-adolescents-die-everyyear-nearly-all-preventable

Texto introductorio de Psiquiatría. Donald W. Black. Nancy C. Andreasen.

Suicidio, Cultura y Ciencia. Irma S. Corlay Noriega/ Obed Jorge Rubio Fuentes.

Comportamiento suicidad. Fernando Quintanar. Editorial Pax México.

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