Caída de cabello, secuela post COVID.

Caída de cabello, secuela post COVID

El cabello tiene una gran importancia en todos los seres humanos, ya sea como una forma de expresión personal que nos diferencia del resto, como en el alto impacto que tiene en nuestra seguridad y autoestima. Cabe mencionar que, además de ser muy útil, es un bello accesorio que proyecta nuestro estado general de salud, pues cada fibra capilar se compone de 70% de agua, 28% de proteínas (siendo la proteína más abundante en el cabello la famosa queratina) y un 2% de lípidos. Ser acreedor de una cabellera abundante, por lo tanto, requiere de una buena nutrición y estado de ánimo, hidratación adecuada, así como un estado hormonal equilibrado, entre otros factores.

Para su maduración, el cabello presenta un ciclo. Este ciclo está regulado por diferentes factores externos (tintes, contaminación, agua dura, tracción fuerte del cabello) e internos (enfermedades como el hipotiroidismo, anemia, estrés, uso de ciertos fármacos, tipo de alimentación, genética, etc), los cuales pueden acelerar o frenar el desarrollo del folículo piloso, que es la abertura por la que crece el cabello.

El ser humano tiene cierta cantidad de folículos pilosos, los cuales pasan por ciclos de actividad cuando producen fibra de cabello y ciclos de inactividad o fase de reposo donde no se produce la fibra capilar. 

Telógeno es la palabra utilizada para describir el ciclo del folículo piloso en reposo. Efluvio, por su parte, es una palabra en latín que significa «soltar». Por lo tanto, el término «efluvio telógeno» describe los folículos entrando a una fase de reposo y desprendimiento del pelo

En una persona saludable el 90% de los folículos están en una fase llamada anágena o de crecimiento y sólo el 10% están fase de telógeno o descanso.

Si el porcentaje de los folículos que están en la fase telógena incrementa significativamente entonces ocurrirá un aumento de la caída del cabello y un adelgazamiento difuso de éste.

Es así, y era de esperarse, que ante un proceso inflamatorio como es la COVID 19, se observara caída del cabello o, mejor dicho, «efluvio telógeno», debido a la presencia de fiebre durante el período de infección. De esta manera, es posible que semanas o meses posteriores a este proceso pueda presentarse una anomalía en el ciclo de crecimiento del cabello que dé origen a una pérdida y caída del mismo.

Si presentas este tipo de problemas es importante que acudas con un especialista para un certero diagnóstico, además de tomar en cuenta los siguientes factores para mejorar el estado general de tu cabello.

Temperatura del agua

¿Amas bañarte con agua muy caliente? Debes saber que esto ocasiona deshidratación de la fibra capilar, por lo que es más fácil presentar caída de cabello. Usa una temperatura media, de 5 a 7°C por encima de la temperatura corporal. Notarás mejoría en la calidad de tu cabello.

Mascarillas y champú

Así como cuidamos de nuestra piel, el cabello requiere mantenerse hidratado, esto lo podemos lograr a través del uso de mascarillas acondicionadoras.

En cueros cabelludos con prevalencia de tipo graso es importante considerar el uso de shampoos que eliminen el exceso de grasa sin deshidratar el cuero cabelludo, porque pudiera causar un efecto de rebote y ocasionar mayor producción de sebo.

Secadores y planchas para el cabello

El uso frecuente de calor ocasiona adelgazamiento del cabello. Además, si lo utilizas por un tiempo prolongado puede causar a la larga efluvio telógeno. Evita utilizar estas herramientas de una manera frecuente y promueve secado natural del cabello

Frecuencia del lavado

Existen mitos sobre la frecuencia del lavado, sin embargo, lo importante es el uso de un shampoo con un pH adecuado (que tenga un pH de 5 a 7), para que tu cuero cabelludo no se vea afectado por su uso. Hay que recordar, entonces, que el lavado diario no interfiere con la fuerza del folículo capilar.

Nutrición para el cabello

Es importante el consumo de diferentes nutrientes como son: proteínas (las cuales se encuentran en el huevo, el pescado y la carne magra) ya que nos ayudan a la formación de queratina. Minerales, como el hierro presente en las espinacas, y legumbres, como garbanzos y habas resultan básicos para el bienestar capilar.  Las grasas de origen vegetal las localizas en los frutos secos y el aceite de oliva, así como los alimentos con vitaminas del grupo B, biotina y zinc que se encuentran en el hígado, los mejillones o el pescado azul.

En caso de presentar deficiencia de estas vitaminas el consumo de suplementos orales puede ayudar a minimizar estas carencias.   

Por último, no olvides consumir abundantes líquidos: por cada 25 kg de peso corporal se recomienda el consumo de un litro de agua.

Dra. Mariana Serrano León

Mtra. En Dermatología

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