TDAH EN NÚMEROS.

TDAH EN NÚMEROS

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, conocido de manera más popular como TDAH, es un trastorno neurobiológico, es decir, que el cerebro está detrás de esta condición, en donde el desarrollo de este último y las funciones mentales superiores como son el pensar, la planeación, el entendimiento y ejecución de actividades, se han visto afectados en relación al nivel de desarrollo en el que se esperaría se encontrara la persona.

El TDAH implica una combinación persistente de síntomas relacionados a un patrón donde básicamente se presenta dificultad para prestar atención, hiperactividad y conducta impulsiva.

Hoy en día sabemos que el cerebro de las personas con TDAH tiene una base genéticamente determinada para ser como son. No son así porque así lo quieran. Tampoco se comportan de esa manera por tener una determinada dinámica social o familiar, sino que básicamente se trata de un trastorno de origen genético, pues es precisamente la genética la que determina aproximadamente el 70% de los casos de TDAH. Está demostrado que los familiares de personas con TDAH tienen un riesgo cinco veces mayor de tener este trastorno que personas sin antecedentes familiares de TDAH. El 30% restante es atribuible al medio ambiente, el entorno social y a la crianza.

Pese a ser uno de los problemas más frecuentes que afectan a los niños en la etapa escolar, no es una problemática que se limite solo a los menores. Por lo anterior es que en esta edición queremos hablar del TDAH en números.  

Durante mucho tiempo se creyó que los niños superaban el trastorno por déficit de atención e hiperactividad al llegar a la adolescencia. Sin embargo, las investigaciones existentes muestran que hasta un 70 por ciento de los niños que presentaban TDAH en la infancia continúan teniendo dificultades en la vida adulta.  

El TDAH tiende a ser diagnosticado y tratado escasamente. Probablemente el diagnóstico (en cifras) del TDAH sea en sí mismo una paradoja pues es al mismo tiempo una de las enfermedades más sobre y subdiagnosticadas, lo mismo que la estimación que pudiera tenerse de la misma, lo que constituye una interesante singularidad estadística.

El TDAH tiene una prevalencia más alta que cualquier otro trastorno psiquiátrico como la esquizofrenia o el trastorno bipolar. En el mundo se calcula que el 5.3% de niños y adolescentes están diagnosticados de TDAH y en Europa aproximadamente el 5% (es decir unos 3.3 millones de niños y adolescentes). Se calcula que en México más de 2 millones de niños presentan este trastorno en el momento actual. En Estados Unidos la prevalencia del trastorno es del 4 al 6% (alrededor de 10 millones de personas adultas) y según la Organización Mundial de la Salud más del 4% de la población mundial tiene TDAH.

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una patología psiquiátrica presente en aproximadamente del 2 al 5% de la población infantil. Se trata de uno de los trastornos más relevantes y frecuentes dentro de la psiquiatría infantoj-uvenil o paidopsiquiatría, constituyendo cerca del 50% de su población clínica. Al menos 30% de los pacientes que acuden a valoración de primera vez en los servicios de paidopsiquiatría presentan problemas de inatención, hiperactividad o impulsividad. Los niños son más propensos que las niñas a sufrir TDAH, en cifras que varían de 4 a 1.

El TDAH es crónico y comienza a apreciarse antes de los 7 años de edad. Se estima que más del 80% de los niños continuarán presentando problemas en la adolescencia, y entre el 30-65% de estos niños lo presentarán en la edad adulta, por lo que es un error seguir considerando esta enfermedad como un trastorno exclusivo de niños y adolescentes.

Cerca de dos terceras partes de los niños enviados a consulta por TDAH pueden presentar además otros trastornos de salud mental. Aun en países que ponen más atención al diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad, las tasas de prescripción médicas sólo representan entre el 3 y el 7 % de los niños que se cree que padecen este trastorno.

El tratamiento del TDAH es multimodal y comprende medidas psicoterapéuticas, pedagógicas, escolares, cambios de estilo de vida y tratamientos médicos sobre todo a base de psicoestimulantes no anfetamínicos. Hoy en día existen modernos tratamientos farmacológicos como el metilfenidato que resulta ser eficaz hasta en un 75% de los casos, siendo este solo uno de los varios medicamentos disponibles para el tratamiento del TDAH.

De acuerdo con la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad:

  • Entre un 30 a un 50% de los niños con TDAH presenta trastornos de conducta (TC).
  • Más del 50% de los niños evidencia un trastorno oposicionista desafiante (TOD).
  • Entre el 20 y el 30% de los niños evidencia trastornos afectivos, y el 25%, trastornos de ansiedad.
  • Más de un 20% presentan problemas específicos del aprendizaje (en lectura, escritura, matemáticas).
  • El niño hiperactivo tiene 4 veces más posibilidades de sufrir accidentes y lesiones graves que el niño sin este trastorno, debido a su impulsividad y a la presencia de trastornos de la coordinación motora.

Mientras que, en el caso de los jóvenes y acuerdo a la federación antes mencionada, la conducta delictiva o la personalidad antisocial se aprecian en un 25-40% de los adolescentes y adultos remitidos de niños como TDAH.

Por otra parte, hasta un 25% de los adolescentes presenta un abuso de tabaco, alcohol y/o drogas.

  • A su vez, estos jóvenes tienen mayores probabilidades de experimentar embarazos no deseados (40%), enfermedades transmitidas sexualmente (16%) y accidentes automovilísticos por conducir a una velocidad imprudente o por falta de atención.
  • También es frecuente la depresión (20-30%).

Llegar al correcto diagnóstico de TDAH en adultos no es un camino fácil. Un gran número de trastornos, padecimientos o comorbilidades pueden aparecer o solaparse a la par con el TDAH del adulto; se sabe, por ejemplo, que una persona con TDAH tiene de 6 a 7 veces más probabilidades de padecer otro trastorno psiquiátrico o trastorno del aprendizaje, lo que en la mayoría de los casos dificulta, pero, sobre todo, retrasa el diagnóstico y el tratamiento.

En este grupo de edad el TDAH puede presentarse al mismo tiempo con abuso de alcohol y de sustancias, así como trastornos de ansiedad y del estado de ánimo. Además, en los adultos con TDAH son también frecuentes los desórdenes de personalidad (18-25%).

Por otra parte, el patrón clásico de síntomas en niños (inatención[JP1] , hiperactividad y conducta impulsiva) se sigue presentando, aunque con variantes en el adulto, así, por ejemplo, el déficit de atención es mucho más marcado en adultos y pude presentarse en actividades que necesiten de un mayor nivel de atención. Estos individuos pueden presentar olvidos frecuentes, desorganización en el trabajo, falta de organización en actividades de la vida cotidiana y dificultades en la atención, así como inconvenientes para iniciar y finalizar proyectos, lo que generalmente los lleva a presentar problemáticas laborales por parecer inconsistentes o desorganizados

  • La impulsividad en la edad adulta es tal vez el elemento que más impacta en el ámbito laboral y social, pero sobre todo en la vida familiar. El adulto con TDAH puede parecer ser poco paciente para algunas actividades, puede parecer impulsivo, muy reactivo, y perder el control en algunas circunstancias. Lo anterior lleva a muchos adultos a cambiar de empleo constantemente, a conducir de manera temeraria (lo que implica mayor riesgo de accidentes de tránsito) a tener problemas de pareja (como infidelidades y separaciones) problemáticas familiares y a tener hasta un riesgo de más de 8 veces para presentar abuso de alcohol y de sustancias.
  • La Hiperactividad en el adulto suele presentarse como una actividad constante, como “adicción al trabajo” con horarios sobrecargados, y trabajadores que escogen   trabajos que les requiera mayor ocupación, aunque no siempre con la mayor productividad.

Muchos adultos se percatan de su condición cuando alguno de sus hijos es diagnosticado. En un estudio mexicano realizado por el Dr. Palacios Cruz y colaboradores sobre conocimientos, creencias y actitudes en padres mexicanos acerca del trastorno por déficit de atención con hiperactividad, la mayoría de los padres (60%) identificaron los síntomas de sus hijos en su propia conducta durante los años escolares, en otros muchos casos las personas llegan al “autodiagnóstico” sin saber denominar la situación que los aqueja.

Los datos en nuestro país distan mucho de ser completos. Incluso sigue existiendo la confusión sobre qué especialista debe realizar el diagnóstico del TDAH tanto en niños como adultos, existiendo hasta hoy la falsa creencia de que son los neurólogos los encargados de dicha tarea, en respuesta casi siempre al estigma que para muchos padres y adultos representa el acudir a consulta con un psiquiatra. Para muestra citamos el artículo anterior donde los investigadores encontraron que “el 85.4% de los participantes consideró al TDAH como una enfermedad y el 8.3% como una dificultad de la crianza; sin embargo, el resto lo consideró un mito, una moda, un invento de la industria farmacéutica o no existente. Alrededor del 63% de la muestra consideró que el mejor tratamiento para el TDAH sería el tratamiento combinado, el 16.3% prefirió el enfoque psicológico y sólo 6.6% eligió la psicofarmacología. Casi la mitad de la muestra, 48.5%, consideró que el tratamiento farmacológico solamente apoya al tratamiento psicosocial”. Ante tales números, es innegable que el TDAH debe ser visualizado como una problemática real, existente y que exige poner atención por parte de las autoridades y la iniciativa privada.

No todo es desalentador. Es vital recordar la importancia del diagnóstico oportuno. Las intervenciones adecuadas aun en la vida adulta pueden tener resultados tangiblemente positivos.

Así entonces, y aunque en el momento actual se hable aún muy poco de algunas características que podrían convertirse en efectivas (en pacientes que han sido diagnosticados, pero sobre todo tratados con TDAH), algunos gobiernos y empresas han empezado a tomar en consideración las ventajas que tendría el reclutar y emplear a ciertos trabajadores, tomando en cuenta sus perfiles y fortalezas neuropsicológicas sobre sus debilidades.

Juan Pablo Núñez Martínez

Psiquiatría y Salud Mental

Experto en TDAH en adultos

Hospital Starmedica Querétaro

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Twitter @drjuanpapsiq

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