¿Haces o te haces?

¿Haces o te haces?

Iniciar un nuevo negocio es una activad apasionante, el sentir la posibilidad de construir algo nuevo y la ilusión de que puede funcionar son dos grandes alicientes para emprender, sin embargo, es importante saber si estás dando pasos firmes o es tan solo una ilusión.

En mi trabajo día tras día llegan emprendedores que dicen: “no lo diré porque me roban la idea”, “no te puedo contar”, “esta idea vale millones”, “necesito que me firmes una cláusula de confidencialidad” o casi que al estilo película “si te cuento tendría que matarte” y la verdad es que me podrías decir que encontraste la fórmula de la vida eterna, pero a menos que tengas 300 años (demostrados) todo será tan solo una ilusión.

Es importante recordar que emprendedor es el que hace, no el que piensa; y a pesar de esto, durante muchos años se le ha dado demasiada importancia a la idea de negocio que, si nos vamos al significado de la palabra, una idea no es más que una imagen o representación que QUEDA EN LA MENTE, o en el mejor de los casos la “intención de hacer algo”, es por esto que en la actualidad el término “idea de negocio” ya no solo se considera sobrevalorado, más bien ahora es casi motivo de chistes, burlas o incluso memes.

Una ilusión según la RAE es un concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos. Y es justo aquí donde debemos de estar muy atentos. Si bien es importante ser creativo y encontrar soluciones nuevas, como emprendedor no debes permitirte cegarte por la imaginación y caer en el autoengaño. Si eres de aquellos aventurados que dicen “idea innovadora” recuerda que la innovación es la creación o modificación de un producto Y SU INTRODUCCIÓN AL MERCADO, entonces sí solo tienes una idea, no estás innovando.

Por otro lado, la realidad es lo que ocurre verdaderamente, lo que es efectivo o que tiene valor práctico, EN CONTRAPOSICIÓN CON LO FANTÁSTICO E ILUSORIO. Y es justo aquí, donde el emprendedor debe trabajar. No importa el giro de negocio en el que estés, sea una miscelánea o un reactor nuclear, debes buscar la manera de dar pasos reales en la construcción de tu negocio. Es cierto que no siempre tienes los recursos para iniciar, aun así hay manera de dar pasos reales en la construcción de tu empresa. Es por eso que te comparto algunas recomendaciones para comenzar a hacer y dejar de imaginar.

  1. Escríbelo: sí, todo comienza en papel; así sea una servilleta, una envoltura de tamal o tu sofistica tableta, escribe lo que has pensado. El tenerlo así te permitirá en primer lugar no olvidarlo y en segundo ser crítico de lo que estás leyendo para entonces poder comenzar a mejorarlo.
  2. Constrúyelo: no estoy hablando de que ya te gastes todos tus ahorros, pidas el préstamo, te compres la nave industrial y pidas la máquina japonesa. Encuentra la manera de construir un pretotipo, es decir una versión simple, (incluso no tiene que funcionar) pero que te permita poner a prueba no solo hablado tu idea de negocio.
  3. Compártelo: si, no tengas miedo a contar tu idea (es tan solo una idea), eso sí… no des tu receta secreta o mucho menos la publiques en tus redes sociales. Pero no tengas miedo a acércate con expertos en el área técnica o en emprendimiento, hay muchas cosas que no sabes que no sabías y que podrán ayudarte a enriquecer tu proyecto.
  4. Véndelo: no hay mejor validación que la venta, si tu producto o servicio es fácil de ejecutar, intenta venderlo. Si no, al menos trata de probar el interés. Encontrar el producto mínimo vendible es clave, es decir ¿Cuál es la versión más simple de tu producto que ya alguien te puede comprar? ¿Quieres poner tu boutique de ropa? Compra una pequeña cantidad e intenta venderla entre tus conocidos ¿quieres hacer la próxima app mundial? Lanza una landing page con pre-registros ¿quieres construir el vehículo del futuro? Organiza un crowdfunding para saber si la gente está dispuesta a invertir en ti.

El objetivo de realizar todo esto, es que como emprendedor tengas evidencia tangible de que el mercado al menos tiene la intención real de comprar tu producto. Después quedará la tarea de encontrar la oportunidad, es decir el momento o circunstancia oportuno para llevarla a cabo.  Pero conforme vayas dando esos pasos, deje de ser una idea y comiences a hacerla realidad podrás saber si realmente es lo que quieres, o si el mercado lo está buscando. Y recuerda, emprendedor es el que hace, no el que piensa. Amig@ ¿ya te diste cuenta?

Carlos Dotor Cacho

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