“EL MISTICISMO DE LO TANGIBLE”

“EL MISTICISMO DE LO TANGIBLE”

Liliana Barrera Jayme es una pintora mexicana nacida en Torreón, Coahuila. De padre ingeniero, quien falleció cuando era niña, creció junto con sus dos hermanas y su madre, ama de casa, quien fue la que la enseñó a perseguir sus sueños.

Desde niña Liliana dibujaba y esa era su manera de expresarse, ya que es muy callada. La dificultad de la vida la fortaleció y la hizo no abandonar la pintura.

Su primer cuadro fue “Serenata Nocturna”. La artista empezó participando en concursos de pintura, de los cuales ganó la mayoría en su ciudad natal. Así fue tomando confianza y empezó a pulir más su estilo del que ahora considera es impresionista, porque le gusta la expresividad y tiene mucho movimiento la pintura.

“Yo sigo mi instinto, no lo planeo y el resultado de mi pintura es bueno”.

En el año 2009 entró a la casa del artista “Ana Mary Bringas de Martin”, que le sirvió de plataforma y como inspiración al codearse con los mejores pintores de su localidad.

Durante la pandemia, Liliana comenzó a pintar más con lo cual se le empezaron a abrir muchas puertas. Así empezó su camino profesional en la pintura.

La artista lagunera ha participado en diversas exposiciones, organizadas en plataformas como la Casa de la Cultura, Aeropuerto Francisco Sarabia, la Presidencia Municipal de Torreón, Universidad Autónoma de Coahuila, en la Casa de la Cultura de Real de Catorce; San Luis Potosí, en la Casa del Cerro, en el Teatro Isauro Martínez, en el hotel Marriott y en el hotel Crown Plaza.

Actualmente Liliana expone algunas obras en la galería la AURORA y en la Galería 910 en San Miguel de Allende, México. Aceptaron también su obra en la Galería AGORA de Nueva York y acaba de participar en la Feria IMAF México Internacional.

Liliana Barrera Jayme es una mujer muy reservada y la pintura es un confidente y cómplice que le da oportunidad de expresarse. Curiosamente también es atleta y dice que son sus compañías favoritas.

“Para poder pintar, necesito forzosamente entrenar, hacer ejercicio, y una vez que termino, me desconecto de todo y me pongo a pintar”.

El tema que más favorece a Liliana Barrera es el paisaje que interpreta con pinceladas, unas con sentido y otras sin sentido, causando así un efecto especial en la pintura.

“Me gusta pintar cosas de otra época, imaginarme que estoy en ese momento, ya que soy un alma vieja”.

Su paleta dominante son los verdes ocres y azules y su intención no es ser realista, sino esconder su método intuitivo.

La lagunera enriqueció sus conocimientos cuando tuvo la oportunidad de tomar cursos en la Real Academia de San Carlos en la Ciudad de México, en el año 2020, año de la pandemia mundial, etapa a la que considera que la sacó de su confort y la hizo valorar más su don de la pintura y así entrar de lleno al mundo del arte.

“La Academia de San Carlos representó para mí una gran experiencia, ya que me enseñaron las técnicas antiguas de manera muy profesional”.

A Liliana la pintura le ha abierto muchas puertas, pero sobre todo le ha dado sentido a su vida: “Es un don que Dios me regaló y me ha traído muchas satisfacciones. Me ayuda a descubrirme, a probarme, exigirme, a no conformarme y a ser yo misma”.

También, la pintura le enseñó que hacer cualquier cosa bien no es suficiente, se trata de hacerlo con excelencia y es un compromiso que siente con ella, con la vida y con Dios: honrar su don.

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