
En 1897, Porfirio Díaz lanzó una convocatoria para la construcción de un Palacio Legislativo mismo que albergaría, además de las cámaras de Senadores y Diputados, dependencias de gobierno y oficinas. El autor del proyecto fue Émile Bénard, quien nunca vio su sueño materializado
Cuando el expresidente puso la primera piedra en 1910, estalló la Revolución Mexicana contra su gobierno y la obra quedó varada hasta 1933.
Es obra de Carlos Obregón Santacilia, quien tomó la estructura del Salón de los Pasos Perdidos del malogrado Palacio Legislativo de Émile Bénard para edificar el monumento.
Se localiza en la Colonia Tabacalera de la Delegación Cuauhtémoc, cerca del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Émile Bénard volvería a México para intentar dar vida a su proyecto en 1922 proponiendo un monumento a los grandes hombres de la lucha de la revolución, llamándole Panteón a los Héroes. El presidente electo Álvaro Obregón aceptó su proyecto, pero fue asesinado en 1928; un año después, falleció el arquitecto Bénard.

El Monumento a la Revolución, a cien años de ser inaugurada su construcción y con una inversión estimada en 360 millones de pesos para su remodelación, se reinauguró el 20 de noviembre de 2010 como parte de los festejos del Centenario de la Revolución. Conservando su arquitectura original, han sido renovados el Museo Nacional de la Revolución, el mausoleo, se rehabilitó la fuente adyacente y además fueron restaurados desde la piedra hasta el cobre. Consta de un elevador transparente en el centro, que lleva al mirador que ha sido reabierto al público.
Su arquitectura remite el estilo prehispánico a través de ciertos detalles, sin embargo, también cuenta con elementos art deco como la cúpula de cobre y las lámparas laterales.
Dentro de sus columnas se albergan los restos de Venustiano Carranza, Francisco I. Madero, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y Francisco Villa.
En la parte del sótano se encuentra el Museo Nacional de la Revolución que tiene como objetivo dar a conocer la historia de nuestro país a través de los movimientos revolucionarios. Tiene una exposición permanente con más de 400 piezas que rememoran a los personajes de este periodo.

Para culminar les comentaremos 3 datos curiosos que han sucedido con el monumento:
Hace seis años, en una noche de tormenta eléctrica, un rayo cayó en la cúpula del monumento ocasionándole una abolladura.
La altura del monumento es de 67.5 metros, 52 de ellos los subes en el elevador panorámico. Si cuentas los escalones desde el primero que bajas para iniciar el descenso después de visitar la linternilla, verás que son más de 300.
En 1946 un piloto español atravesó volando en un biplano los arcos del monumento.
