
BAJAVIÓN
La democracia es una fiesta
(y nosotros la piñata)
Por: Roble Limón
¿Qué “habismo”, estimado lector? ¿Sabe quién “está dura sin ir al gym”? Así es: la vida misma; del 1 al 10 yo le doy un cero, la verdad. Pero cuénteme usté qué hongo, qué transita por sus venas. Porque, sí es por presumir: por las venas de mis jefecitos santos ya transita la vacuna del covijas. ¿Y a usted ya lo imantaron? Que diga, ¿ya lo vacunaron? A mí no, pero estoy ansiosa de veras por recibir el piquete, aunque no tanto por la vacuna sino porque capaz que en ese desfile de personas de 20 a 39 años por fin consigo quien me saque de jalar… Y es que ya ha pasado tanto tiempo y ni el Covid me ha dado…
Ya entrados en jales, ¿a usted no le da risa que les digan “Servidores de la Nación” a las personas que andan “coordinando” el merequetengue de las vacunas? A mí sí porque sí sirven… ¡pero para pura chingada!, con perdón suyo. Y es que el día que llevé a vacunar a mi madre y padre había un chingo de estorbadores parados en la sombra, fumando, tomando agua, vaya, hasta volando papalotes, pero ninguno se acercaba a la raza de jodido a aclararles sus dudas, a decirles cómo iba a estar el pedo, los efectos secundarios, si saliendo ahí se podía ir uno a pistiar, qué sé yo, pues las dudas elementales que le pudiecen surgir a uno… Y nombre, pérese, deje le digo para que le dé más coraje: ¿sabía que este ejército de más de 20 mil brigadistas pertenecientes a la Secretaría de Bienestar cuestan —al año y nomás en salarios— más de 3 mil millones de pesos? Pos chínguese esa, con todo respeto. Y uno vendiendo hasta los calzones en Marketplace de Facebook, para completar…
Hablando de mantenidos… me encuentro escribiendo esta columna el sábado 5 de junio del 2021 a las 11:19 p.m. y es fecha y hora en que todavía no me decido por cuál familia elegir —en las elecciones de mañana 6 de junio — para mantener durante los próximos 4 años, y eso si bien nos va. Pero es que está cabrón, ¿apoco no? No se decide uno por qué ver en el Netflix, se va a andar decidiendo uno por quién votar… ¡Nombre, y déjese de eso, estimado lector! Opciones las hay, y un chingo, el pedo es que todas igual de ríspidas/bizarras.
Y es que póngale usted que mucho internet, mucha pauta en los medios nacionales, día y noche a chinga y jode, harrrrrta pared pintada con el nombre de los candidatos, pero ¿y las propuestas? Será que le echo mucha sal a mi comida y eso me ha dañado el desarrollo cognitivo –pendeja, pues— que a mí nomás no me quedan claras… Independientemente del partido político al que representen, los aspirantes no salen de lo mismo, la 4T (“T” de tragedias): Economía, Seguridad, Salud y Educación. ¿Y el covit?… ‘Tá bien que caiga gordo, pero es el que nos tiene ahorita en Pino Suárez y desde esa perspectiva se deberían estar abordando las agendas, no desde el “Sí, sí, a la chingada”. No me malinterprete, no estoy hablando de la forma sino de la carencia de fondo, de la falta de propuestas concretas; nomás se la pasan echándose el uno al otro y lo tienen a uno con el sentimiento de hijo de papás divorciados a ver a quién le hace caso uno. La lejanía de la gente no es requisito, eh, mijos… Al contrario, ¡si por nosotros tragan!…
Y, ultimadamadremente, ¿por qué chingados si son “las elecciones más grandes del país” les dan chanza a candidatos como Alfredo Adame, Paquita la del Barrio, “Nachito” Peregrín (el carnal de Belinda), el Pato Zambrano y Yessica González (exparticipante del reality show “Enamorándonos”)? ¿Qué pecado viejo estaremos pagando nosotros, el pueblo bueno y sabio?

La “grandeza” de estas elecciones no la hacen los 93 millones de ciudadanos que podrán ejercer su derecho al voto, tampoco los 21 mil cargos de elección popular que están en disputa. En estas elecciones se determinarán las condiciones de gobernabilidad en México para lo que resta del mandato de Andrés Manuel. Haiga sido como haiga sido nomás tenemos dos opciones: que gane Morena, o que no. Y las dos están igual de charras. Dios mío: llévame a mí y devuélvele a la raza a Valentín Elizalde ya de perdido…
Creo yo que lo más cabrón de la vida adulta es tener que dar pésames y tener que elegir por quien votar. En lo primero casi siempre queda uno bien, a menos que se le ocurra a uno decir “muchos días de estos”. También es casi un hecho que en el segundo caso siempre queda uno como estúpido. Y, sin ser Moni Vidente, sé que mañana ambos sentimientos pinchecitos van a converger.
Aunque esto apenas empieza, deje le doy un spoiler: se va a poner peor. Y es cuándo yo me vuelvo a preguntar, ¿qué motivó a mis abuelos a migrar de Líbano a México? Mejor se hubieran ido a Canadá, de perdido tendríamos un presidente guapo que usa calcetines de Star Wars.

Mientras son peras o son manzanas, váyanse todos ALV (a la votación).
Si Juárez viviera…
El pasado 27 de mayo la revista The Economist dedicó la portada de su edición semanal al presidente ANLO, acuñándolo con el mote de “Falso mesías mexicano” y calificándolo como un peligro para la democracia en México.
Aunque el racismo inverso no existe, la netflix no hay como mi raza de bronce pa’ poner apodos. En lugar de “Falso mesías” le hubieran apodado a nuestra cabeza de algodón “El Calcetín”… porque nomás abre la boca pa’ meter la pata, pues apenas unos días después de la polémica publicación el “Peje” se declaró creyente de la fe cristiana.
“Si todos fuécemos cristianos, viviríamos en una sociedad mejor”, declaró el presidente López Hablador alias “El Consumismo”… con su mismo discurso pedorro, con todo respeto. Y errado, errado, no anda; a huevo, si todos fuécemos Cristianos Ronaldos no andaría uno con el mismo calzón desde hace 3 años, no andaría uno comprando $10 pesos de jamón suelto en la misceleanita, no andaría uno esperando a que el hermano mayor dejara las garras o el cacle pa’ estrenarlo uno… A lo mejor al editor de la revista al que se le ocurrió lo de “falso mesías” no sabe inglés y pensó que “mecedora” se traducía como “messiah”… y pues ahí sí tiene razón, porque el viejillo jijo sí nos trae mareados.
Lo que resulta bizarro es que el ANLO, al dar cuentas de su ideología religiosa, lo hiciera casi como una comparación de él con Cristo —porque defendía a los pobres y estaba a favor de los oprimidos; y porque hay la paradoja de quienes son seguidores de Cristo, pero no siguen su ejemplo—; ya ve cómo le gusta a nuestro mandatario buscarle ruido al chicharrón y pudiera pensarse que así fue como respondió a la publicación de la portada del medio inglés, porque en la política nada es casualidad.
Aguzado, señor presidente, porque entre más altos los tacones más dura es la caída. No vaya usted hacer enojar a Diosito y lo termine tumbando de su nube como a Juan Gabriel del escenario.
No lo digo yo —ni sé quién lo dice, pero estoy segura de que yo no—: “Los caminos del Señor son muy culeis (a veces)”, y tú ya andas cayendo de la (des)gracia del electorado. La campaña de 12 años ya se terminó, ¿a qué hora te vas a poner a jalar?
Bitácora de una prisionera
La penitencia es agotadora; primero pistear que ser cristiano.
