BAJAVIÓN ¡Vive, México!

(“Oblígame prro”.)

Por: Roble Limón

Ya con presidente electo y toda la cosa, creyéndome la muy muy y que’sto y quel’otro, me encuentro nuevamente aquí, estimado lector, para recordarle que no soy escritora ni analista política, mucho menos directora técnica ni politóloga, y que las opiniones aquí expresadas no representan a la empresa para la que jalo ni a la carísima educación que me dieron mis padres. A mí nomás me invitaron a escribir en este bonito medio, aun sabiendo cómo soy. Si eso no es amor entonces dígame usted lo que será.

No está usted para saberlo ni yo para contarlo, pero mi pecho no es bodega y, total que para no hacerle más largo el cuento, le platico que recurro a este medio como fuente extra de ingresos porque me gasto más de la mitad de la quincena que cobro en mi trabajo de planta en gasolina y en suscripciones a Netflix y Spotify. Ahí le va lo chistoso: la gasolina me la gasto yendo de la casa al trabajo y viceversa. Con tanto trabajo, no me queda tiempo para ver en Netflix que la serie de Luis Miguel, que la del Chapo, que las chingadas caricaturas de perdido. Y en la computadora de la oficina, lugar en donde paso la mayor parte del día, tengo bloqueado Spotify… Bonita carajada. Y no pos sí, si no soy más pendeja nomás porque no estoy más alta.

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¿Y que por qué le cuento lo anterior? Pues porque tarde se me hace para que se llegue el 1° de enero y entonces empiece la transformación de cuarta, digo, perdón, la “Cuarta Transformación”, para poder mandar todo a la fregada y ‘ora sí empezar a cobrar mi beca de “nini”. No será mucho lo que le ofrezcan a uno, pero ya de jodido me va a quedar tiempo de mirar la televisión y también me voy a ahorrar en gasolina, porque supongo que el dinero se lo van a hacer llegar a uno, ¿no?, ¿o apoco hay que ir por él?…

En palabras de nuestro virtual presidente, Andrés Manuel López Obrador, cuando se refiere a la “Cuarta Transformación” —término utilizado durante su campaña— lo hace para equiparar el tan pronunciado cambio que vivirá el país con lo sucedido durante los periodos de Independencia y Revolución de México, pero sin violencia. Y es aquí en donde entra aquello de “transición ordenada pero radical”. Entonces vuelvo a respirar, porque todavía no se acababa de aprender bien-bien los nombres de los Niños Héroes uno, cuando ya le querían volver a encasquetar los nombres de más héroes nacionales a uno.

Si bien es cierto que urge una conversión de raíz en cuestión de rendición de cuentas y derechos humanos, también es cierto que ésta no será posible si la energía con la que la ciudadanía llevó a AMLO a la silla no es aprovechada y valorada para trabajar en colectivo con organizaciones que sí voltean los reflectores hacia los temas incómodos… aunque si lo piensa detenidamente, en estas luchas revolucionaras o “in-the-pendientes” —diría Mafalda—, como que al ciudadano le toca siempre jugar el papel de Pípila, ¿no?, pero en vez de piedra, echándose al lomo el peso de una larga lista de pura chingadera proveniente de la polaca.

Como quiera que sea, yo ya ando confeccionando mi estandarte de la Santísima Virgen de las Barricadas porque esta nueva lucha que empezó hace cerca de seis años se divisa larga y de poca tregua.

Por lo pronto confirmen si el grito de Independencia del próximo 16 de septiembre de este año lo dará la chingada exclamando un: “Ay, mis hijos”.

 

“¡Amiga, date cuenta!”

‘Óra sí, regresando al tema de los nuevos héroes nacionales, tengo a bien sacar a colación el asunto del gabinete de la coalición –me salió un verso sin esfuerzo– “Juntos haremos prehistoria”, digo, perdón, “historia”.

Parece que en días pasados ‘ora sí que al que se le “cayó el sistema” fue a nuestra cabecita de algodón, AMLO, pues de otra manera para muchos no tiene explicación el nombramiento de Manuel Bartlett como próximo director de la Comisión Federal de Electricidad.

Bien dicen que “no hay corazón —ni armario, ni conciencia— desocupado, porque cada uno guarda sus fantasmas”, y póngale usted que sí. Yo, por ejemplo, nunca he abierto una lata de refresco o un yugur en lo que hago el mandado en el supermercado y, antes de llegar a la caja, abandonado el empaque para no pagar lo ya consumido, ni lo volvería hacer…, pero lo que también es cierto es que hay otros que todavía la ven respingando y le avientan con el sombrero.

Por ejemplo, entre los fantasmas de Bartlett está nada más y nada menos que el señalamiento por el fraude electoral cometido en 1988 en contra de Cuauhtémoc Cárdenas, aunque el político se empeña en acusar a Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón y Diego Fernández de Ceballos como responsables de la quema de paquetes electorales en el ejercicio político de aquel año. Además, el senador, quien en reiteradas ocasiones se ha deslindado y atribuido la popular frase de “se cayó el sistema” al “Jefe” Diego, declaró en días recientes que no dará marcha atrás a la Reforma Energética, pese a que en la discusión de esta iniciativa en tribuna él fue uno de sus principales detractores. ¡Agárrese! Y luego que por qué se hace uno huachicolero…

En fin, tanto año en la vida no le han sido suficientes a López Obrador para saber que es mejor que un amigo te diga “hijo de la tiznada”, a que cualquier hijo de la tiznada te diga “amigo”, sin embargo, el izquierdista ha defendido el polémico nombramiento afirmando que la intención es acabar con la corrupción dentro de la empresa del Estado mexicano (¿?) … ¡Amiga, date cuenta!

A nadie, ni a los simpatizantes obradoristas, le dio gusto la designación de a quien consideran (mos) “dinosaurio político”, vaya, ni a la mamá de ninguno de los dos (¿sí tienen?). Pero pues como lo único que le queda a uno para formar un gabinete que le embone a uno, es ganar una elección presidencial, pues “abrazos, no balazos” y que sea lo que el güero Chuy quiera. Mientras tanto Bartlett ya espetó: “No soy ‘dino’ y no declino”.

¿Y lo de gobernar como quisiera el pueblo? En mi humilde soberbia opinión, Andrés Manuel, todavía ni empiezas bien-bien y ya “la regastesss machín”. Y experta no seré, pero ya lo dijo Residente de Calle 13: “Si quieres cambio verdadero, camina distinto”. Pero camínale, mijo, no corras, porque “’tas viejito, no pueles”.

 

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Bitácora de una prisionera

Querido diario, hoy me di cuenta de algo (dos puntos)

Discrepo de Gustavo Cerati…

“Poder decir adiós” no es crecer, crecer es cuando te deja de cargar tu mamá y empieza a cargarte la chingada. Principio del formulario

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