La Lengua de Señas Mexicana (LSM) es un sistema de signos lingüísticos articulados con las manos, producto del uso de diferentes señas y combinación de las mismas, acompañados de movimiento y expresión corporal, expresiones faciales y mirada intencional; cuya finalidad es la comunicación con personas no oyentes. La LSM al igual que cualquier otra lengua, está dotado de reglas gramaticales, amplio vocabulario, expresiones y convenciones lingüísticas que conllevan a la interacción comunicativa.
Existen algunas variaciones en la LSM de acuerdo a las diferentes regiones del país, e incluso a pequeñas comunidades o grupos locales.
La LSM es una lengua rica y compleja, con la cual pueden transmitirse ideas completamente estructuradas y profundas de cualquier tema o disciplina. Como primer paso para su aprendizaje, es importante empezar por conocer el Alfabeto Dactilológico o Alfabeto Manual Mexicano, que es un conjunto de 27 señas, cada una de las cuales corresponde a una letra del Español oral. Aunque no es necesario deletrear cada palabra, salvo cuando no hay una seña específica para la palabra o expresión que se quiere comunicar; ya que como cualquier lengua, existe un amplio vocabulario para la estructuración de ideas y mensajes.
En toda sociedad el lenguaje y la comunicación son elementos fundamentales de interacción y desarrollo, y al hablar de las personas no oyentes, la LSM constituye un elemento fundamental para el acceso a la información y la diaria interacción en todos los ámbitos que la vida diaria conlleva. Sin embargo, es un hecho que no todos los miembros de la comunidad no oyente tienen acceso al aprendizaje de la LSM, y mucho menos tienen acceso a información y comunicación a través de intérpretes en la adquisición o contratación de bienes y servicios como cualquier otra persona oyente. El conocimiento de la LSM es tan limitado, que las personas no oyentes deben enfrentar diversas dificultades, sintiéndose no solamente excluidos dentro de la sociedad, sino que enfrentan un sin número de eventualidades e inconvenientes al buscar abrirse pasó diariamente para resolver sus necesidades e integrase a la comunidad. Esta condición de vulnerabilidad puede incluso tornarse grave, cuando se habla de ámbitos médicos y legales, en donde una mala interpretación o ausencia de la misma, llevan al no oyente a experimentar diagnósticos y tratamientos equivocados, así como juicios desventajosos e injustos.
Es importante reducir la brecha que se abre entre la comunidad oyente y no oyente y garantizar una mayor inclusión a través de la enseñanza de Lengua de Señas Mexicana, así mismo es importante promover y garantizar la capacitación en los diferentes sectores de bienes y servicios con las nociones básicas de la LSM y tecnicismos propios de los diferentes sectores, a fin de romper las barreras. Si bien es cierto, en la actualidad podemos ver en muchos de los noticieros, e incluso en algunos eventos oficiales la presencia de intérpretes, aún hay mucho por hacer en este ámbito. por lo que habrá que empezar por hacer conciencia de la importancia de la comunicación para el entendimiento y el desarrollo del ser humano.
Trabajemos unidos por un México incluyente!!!