
La Industria de la Lucha Libre
Por: Arturo Oliver Fuentes.
México es un país con una gran riqueza cultural. En el mundo entero nos identifican por nuestra historia, gastronomía, tradiciones, culturas indígenas, destinos turísticos, música, lenguaje y nuestra manera tan peculiar de expresarnos, sin embargo, no hay mejor símbolo de mexicanidad que una máscara de lucha libre.
Por más de 80 años, la lucha libre ha sido uno de los pasatiempos más populares del país, precisamente por eso, porque engloba nuestra cultura, tradiciones e historia en un deporte con tintes de espectáculo o representación con un tema en específico: el desarrollo de la eterna lucha del bien contra el mal, en donde los “Técnicos” lucharán contra los “Rudos” divirtiendo a niños, jóvenes y adultos, envolviéndolos en un colorido y folklórico ambiente, donde hasta el más escéptico termina divertido y entretenido.
Partiendo de que una industria se define como el proceso productivo que requiere de determinada cantidad de trabajo y capital, para hacer esta fiesta realidad se involucran muchos círculos económicos generadores de empleos convirtiéndolo en una fuente muy próspera de ingresos para diversos grupos particulares, ya que se involucran desde vendedores y fabricantes de máscaras, capas y playeras, meseros y acomodadores, expendedores y boleteros; hasta los más altos círculos económicos como la televisión y la radio, publicidad en revistas e historietas. Incluso también, participa activamente el turismo en general, hoteles, restaurantes y hasta el cine nacional e internacional.

Sin embargo, de todos los círculos mencionados anteriormente, ¿cuántos de ellos participan activamente en el comercio formal?, es decir, cuántos de ellos declaran y pagan sus impuestos. En este tema económico ¿quiénes son los Rudos y quienes son los Técnicos? La interpretación seguramente dependerá de la realidad de cada uno de nosotros. Para las autoridades todos los mexicanos, seamos personas físicas o morales, tenemos la obligación de aportar al gasto público tal como lo estipula el Artículo 31 Fracción IV de nuestra Constitución y el 1ro del Código Fiscal de la Federación, por lo tanto, para las autoridades ellos son los Técnicos y los que no aporten son los Rudos. Ahora bien, partiendo de que los impuestos, son destinados a cubrir los gastos de operación e inversión de las dependencias, ¿cuántos de los que aportan están de acuerdo con la administración de dichos recursos? Entonces en este caso, los contribuyentes serían los Técnicos y las autoridades los Rudos, volvemos a la eterna batalla del bien contra el mal, pero esta vez no tan divertida ni entretenida.
Independientemente del lugar en que nos encontremos, seamos Rudos o Técnicos, lo cierto es que este deporte-espectáculo es identidad y tradición que debería seguir por muchos años más y jamás perderse. Es tan importante para nuestra cultura que en el año 2016 el Honorable Congreso de la Unión emitió por decreto el día 21 de septiembre de cada año como “El día Nacional de la Lucha Libre y del Luchador Profesional Mexicano”, reconociéndolo como patrimonio intangible, popular y cultural de México.
¡Larga vida a la Lucha Libre Mexicana!